Usted está aquí: domingo 26 de octubre de 2008 Espectáculos Lost Films, foro alemán para saber qué cintas se han perdido y como recuperarlas

■ El proyecto se presentará oficialmente mañana lunes, en Berlín

Lost Films, foro alemán para saber qué cintas se han perdido y como recuperarlas

Dpa

Ampliar la imagen Fotograma de la cinta 4 devils, de F. W. Murnau, una de las películas recuperadas por Lost Films Fotograma de la cinta 4 devils, de F. W. Murnau, una de las películas recuperadas por Lost Films Foto: tomada de Internet

Berlín, 25 de octubre. Cuando a primeros de julio se encontró en Buenos Aires una copia con escenas desaparecidas de la mítica Metrópolis, de Fritz Lang, volvió a sonar la señal de alarma: ¿cuántas películas se han perdido desde las primeras proyecciones de los hermanos Lumière? ¿Y cuántas habrá que no constan ni siquiera como tales en los archivos?

Los expertos calculan que entre 80 y 90 por ciento de todas las películas mudas, junto con otras muchas sonoras, se encuentran irremediablemente desaparecidas. Combatir esta lamentable cifra es lo que se propone ahora la Cinemateca Alemana (Deutsche Kinemathek-Museum für Film und Fernsehen) con su proyecto Lost Films, que se presentará oficialmente el próximo 27 de octubre con motivo del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual.

La idea es “construir un foro para saber qué se perdió y buscar cómo recuperarlo”, explicó el director del proyecto, Jürgen Keiper. Para ello han creado la plataforma www.lost-films.eu, a la que cualquiera puede acceder y aportar sus conocimientos.

Hasta la fecha la Cinemateca Alemana ha conseguido reunir más de mil títulos de cintas incompletas o dadas por desaparecidas, entre ellas más de una treintena de películas de aclamados realizadores alemanes como Ernst Lubitsch y los expresionistas F.W. Murnau y Fritz Lang.

Además, la lista se extiende a directores de otros países, como el austríaco Josef von Sternberg, descubridor de Marlene Dietrich; el neorrealista italiano Vittorio de Sica, el estadunidense George Cukor, el húngaro Itsvan György o el español Luis Marquina.

Y es que “sólo conocemos una parte muy pequeña del patrimonio cinematográfico”, afirma Keiper, lamentando que con la pérdida de estas películas desaparece también un importante componente de la memoria cultural.

La censura o los recortes deliberados que realizaban algunos exhibidores cuando una cinta tenía éxito, a fin de incrementar el número de proyecciones, provocaron que muchos de los rollos acabaran en la basura y se perdieran para siempre.

Otras de las causas que llevaron a esta situación fue la llegada del cine sonoro, puesto que la mayoría de las películas mudas realizadas hasta entonces no se adaptaron a las nuevas tecnologías y acabaron condenadas a desaparecer. Hoy en día, apenas se conservan entre 10 y 20 por ciento de los metrajes producidos en las tres primeras décadas del siglo XX.

Sin embargo, no sólo se han perdido títulos de los primeros años de la historia del cine. Las cintas realizadas sobre una base de nitrato de celulosa se consideran especialmente vulnerables y, pese a los esfuerzos de los archivos fílmicos, toda película es a la postre material autodestructivo, cuya descomposición puede acelerarse si no se preserva en las condiciones adecuadas.

También hoy en día siguen ocurriendo casos similares, como les sucedió a los creadores de Toy Story (1995), el primer largometraje de animación producido totalmente por ordenador. Cuando cinco años después intentaron pasar las copias a dvd, se encontraron con que no lograban abrir los archivos debido a un problema de formatos, explica Keiper.

Y en televisión, recientemente se supo que han desaparecido algunos episodios de la primera entrega de Doctor Who y de Los Vengadores, dos míticas series lanzadas por la BBC en los años 60, de los que al parecer no existen copias ni en formato fotoquímico ni magnético.

Para evitar que esta situación siga agravándose, la plataforma Lost Films pone a disposición de los usuarios y de manera gratuita todo tipo de documentos relacionados con las películas desaparecidas, desde fotografías, guiones o carteles promocionales hasta secuencias digitalizadas y fragmentos de bandas sonoras.

Gracias a un software de código abierto que todavía está en desarrollo, cualquier usuario puede colgar o descargarse material, añadir sus observaciones e incluso corregir la información existente, aclara Oliver Hanley, uno de los impulsores de Lost Films.

Así, la plataforma se convierte en punto de encuentro para archivistas, expertos y cinéfilos donde pueden recomponer al menos una parte esencial de esas películas perdidas. Y, poco a poco, ir encontrando las piezas que faltan en el rompecabezas de la historia del cine.

 
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