Usted está aquí: sábado 25 de octubre de 2008 Sociedad y Justicia Disidentes del SNTE someten a juicio popular a Elba Esther, en Morelos

■ Marchan en el centro de Cuernavaca unos 40 mil profesores provenientes de 12 estados

Disidentes del SNTE someten a juicio popular a Elba Esther, en Morelos

■ La acusan de la mala educación en México, de la muerte de mentores inconformes y de desviar recursos públicos, entre otros cargos

■ Manifestantes piden cárcel de por vida para la dirigente

Rubicela Morelos Cruz (Corresponsal)

Ampliar la imagen Maestros de la CNTE durante la marcha que se realizó ayer en Cuernavaca Maestros de la CNTE durante la marcha que se realizó ayer en Cuernavaca Foto: Guillermo Luna/ La Jornada Morelos

Cuernavaca, Mor., 24 de octubre. Maestros disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) sometieron a juicio popular a la dirigente vitalicia del gremio, Elba Esther Gordillo Morales, y la encontraron culpable de la muerte de cuando menos un centenar de docentes, de devastar y desviar recursos de la educación pública, utilizar las cuotas del magisterio para enriquecerse ilícitamente e impulsar sus proyectos políticos, cometer fraudes electorales y violar los derechos de los trabajadores y los niños del país, por lo que exigieron a las instancias judiciales que le den cárcel de por vida.

El juicio contra Doña Perpetua se llevó a cabo la tarde de este viernes ante unos 40 mil maestros provenientes de 12 entidades del país, quienes a las 10 de la mañana iniciaron una gigantesca marcha desde el sur, el norte y el oriente de la ciudad para concentrarse más tarde en el zócalo de Cuernavaca, donde los mentores locales mantienen un plantón desde el 20 de agosto. Allí anunciaron que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) luchará para democratizar al SNTE y echar abajo el cacicazgo de Gordillo Morales.

El primer orador fue Alejandro Trujillo González, dirigente de la CNTE en Morelos e integrante de la comisión negociadora, quien la acusó de ser responsable de privatizar el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del estado (ISSSTE) y de dejar en manos privadas la instrucción con el Acuerdo por la Calidad de la Educación (ACE) que ha firmado con los gobiernos federal y estatales.

Los siguientes oradores la acusaron de la devastación de la educación, de la muerte de alrededor de un centenar de maestros disidentes, de la venta de plazas, de desviar el presupuesto de la Secretaría de Educación Pública para sus proyectos políticos y personales, e incluso de los heridos y muertos que dejó el conflicto magisterial en Oaxaca, así como de perseguir y mandar golpear a casi todos los dirigentes de la CNTE, entre otros cargos.

Ruth Cleotilde Ramírez, maestra de Morelos, leyó el veredicto del juicio popular. Después se pidió a los presentes que levantaran la mano para saber si Gordillo Morelos era culpable. Todos con los puños arriba contestaron que la profesora es responsable de esos y más delitos. A gritos exigieron cárcel de por vida para que pague sus culpas.

La marcha

Maestros de los estados de México, Morelos, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Zacatecas, Baja California, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla, además del Distrito Federal, marcharon por las principales calles de la ciudad para exigir al gobierno de la República la cancelación de la ACE y la abrogación de la Ley del ISSSTE.

A las 12 horas, los 32 integrantes de la comisión negociadora del Movimiento Magisterial de Bases (MMB) de Morelos se instalaron en la Plaza de Armas a esperar al gobernador Marco Antonio Adame Castillo, que nunca llegó a la cita a la que lo convocaron el 21 de octubre para dialogar públicamente, buscar una solución al conflicto e iniciar el ciclo escolar 2008-2009.

Después de la una de la tarde la comisión se trasladó al palacio de gobierno estatal donde entregó por escrito una nueva invitación para dialogar, pero no fue atendida.

Los miles de maestros bloquearon durante cuatro horas las calles del primer cuadro de la ciudad, pero no hubo respuesta oficial. Los bloqueos –que comenzaron después de las tres y concluyeron a las cinco de la tarde–, provocó el arribo de cientos de policías estatales y federales que amenazaron con desalojarlos.

Los docentes liberaron las calles cuando terminó el juicio político contra la dirigente del SNTE. Incluso algunos ocuparon los camiones en que llegaron y partieron a sus estados, mientras que otros permanecían en el centro de la ciudad vigilados por unos 300 agentes antimotines que se ubicaron en cada una de las calles que comunican al zócalo.

 
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