Usted está aquí: viernes 24 de octubre de 2008 Deportes No manchar el apellido, principal objetivo de Omar Arellano, delantero de Chivas

■ Ser la tercera generación del Guadalajara es una responsabilidad, asegura

No manchar el apellido, principal objetivo de Omar Arellano, delantero de Chivas

■ El atacante cumple cuatro años en primera división

■ Se inició con el equipo del Pachuca

Paula Mónaco Felipe

Ampliar la imagen Omar Arellano suma tres goles en la Copa Sudamericana Omar Arellano suma tres goles en la Copa Sudamericana Foto: Reuters

Primero fue Raúl, La Pina, puntero por izquierda y goleador en el Campeonísimo. Después Omar, delantero y mediocampista, monarca 1986-1987. Ahora el apellido Arellano escribe otro capítulo en la historia del club Guadalajara: es turno de Omar Arellano Riverón.

Con 21 años de edad, conquistó la titularidad en este Apertura 2008, su tercer temporada en Chivas, y ya es jugador del equipo, que compró su pase definitivo.

En la espalda lleva el nueve y está consciente de que “por ser la tercera generación tengo una responsabilidad extra, no puedo manchar mi apellido ni hacer las cosas diferentes de como las hicieron mi padre y mi abuelo.

“Pero esos retos me gustan, me motivan y creo que los jugadores que disfrutan de ellos son los que triunfan y salen adelante”, agrega el delantero en entrevista con La Jornada en Verde Valle.

–¿Qué te enseñaron tu padre y tu abuelo?

–Principalmente a ser sencillo, tranquilo y educado. Me decían que respetara mucho a la gente, a la afición; que por ser jugador no me debo sentir más porque soy un ser humano como todos y la única diferencia es que juego futbol y me conocen. También a disfrutar todos los días de entrenar y jugar, de las cosas sencillas.

Fue a los 15 años cuando Omar optó por el futbol profesional y entonces lo más difícil no fue el peso de su apellido, sino la distancia de sus seres queridos.

Se formó en las fuerzas básicas del Pachuca, lejos de su familia como tantos otros jóvenes, y debutó en primera división en ese club hace cuatro años, el 24 de octubre de 2004.

Aunque siempre reitera su agradecimiento a los Tuzos, al llegar al Guadalajara confesó a La Jornada Jalisco que “buscaba llegar a Chivas lo más pronto posible”. Sin embargo, abrirse su propio camino no ha sido tarea fácil y de nada le ayudó su apellido.

En el torneo Apertura 2007 fue titular sólo en siete fechas y en el Clausura 2008 inició en un solo partido.

Esta temporada, pese una lesión que lo dejó fuera cuatro semanas, lleva ocho encuentros en la oncena de Efraín Flores y ya anotó tres goles en la Copa Sudamericana (uno el miércoles a River Plate) y otro en el torneo local, además de que fue convocado por primera vez a la selección nacional.

Comienza a tener protagonismo, pero aún debe goles (cinco en cuatro años en primera división) y sabe que no será fácil mantenerse allí, porque “Chivas es una institución profesional y debo cumplir todas las expectativas”.

Para ello devela sus armas, con base en esfuerzo y equilibrio: “No sentirse el peor cuando las cosas no salen y mantener los pies sobre la tierra cuando están bien. Trabajar y seguir. He madurado bastante y me siento mucho más sólido en el juego”.

El futbol es un mundo difícil, concluye, porque “te puede ir bien dos, tres semanas, pero después fallas una clara o te va mal un partido y te matan, te sepultan, pero en ese momento hay que seguir. A las críticas malas hay que dejarlas a un lado, tomar lo bueno y hacer caso a lo interno, a los que te pueden ayudar, que son tus compañeros, tu entrenador y tu directiva”.

 
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