Usted está aquí: jueves 23 de octubre de 2008 Ciencias Las personas que sienten menos placer al comer tienden a engordar

■ Realizan el primer estudio de obesidad con escáneres cerebrales y pruebas genéticas

Las personas que sienten menos placer al comer tienden a engordar

■ Como tal vez tienen menos receptores de dopamina, ingieren más alimentos para compensar ese déficit de recompensa, explica científico de la Universidad de Oregon

Steve Connor (The Independent)

El misterio de por qué algunas personas se conservan esbeltas mientras otras engordan puede ser explicado en parte por diferencias entre la forma en que los cerebros de los individuos miden el placer de comer.

De hecho, es posible que las personas con sobrepeso encuentren menos satisfacción en la comida grasosa o azucarada que las delgadas, lo cual las lleva a comer de más como forma de compensar la relativa falta de disfrute.

Un estudio del cerebro de jóvenes y adolescentes de sexo femenino encontró diferencias significativas en la forma en que las delgadas y las excedidas de peso respondían a una malteada de chocolate, en comparación con una bebida insípida.

Mediante un escáner que mide la cantidad de actividad en el “centro de placer” del cerebro, y una prueba para determinar la conformación genética de un individuo, los científicos pueden incluso predecir cuáles de las mujeres engordarán durante el año posterior al examen.

Los hallazgos apoyan trabajos previos que sugieren que un factor clave para determinar si alguien se mantendrá obeso o esbelto es la dopamina, neurotransmisor liberado en el centro de placer del cerebro cuando alguien come un alimento sabroso.

“Si bien hallazgos recientes sugieren que los individuos obesos experimentan menos placer al comer, y por tanto comen más para compensar, ésta es la primera prueba prospectiva de esta relación”, señaló Eric Stice, de la Universidad de Oregon en Eugene, Estados Unidos.

La prueba genética usada por los científicos “contó” los receptores de dopamina en el centro de placer del cerebro. Las mujeres cuyos genes dictaminan tener menos receptores parecían comer más para disparar la misma respuesta placentera que las que nacieron con más receptores.

Los científicos dieron seguimiento a las mujeres durante un año, y descubrieron que las dotadas con menos receptores tenían más probabilidades de engordar, indicó el doctor Stice. “Es posible que las personas obesas tengan menos receptores de dopamina, así que comen más para compensar este déficit de recompensa. Necesitan más de una sustancia satisfactoria, como la comida o las drogas, para experimentar el nivel de placer de otras.”

Los científicos monitorearon la actividad cerebral en dos grupos de mujeres: 43 estudiantes de entre 18 y 22 años, y 33 adolescentes de 14 a 18. Cada una de las participantes en el estudio, publicado en la revista Science, se sometió a una prueba para identificar la variante genética conocida como Taq1A1, que se vincula con un bajo número de receptores de dopamina en el cerebro.

Factores sicológicos

El doctor Stice señaló que los hallazgos apuntan a la importancia de factores sicológicos bajo control de la química del cerebro para determinar si alguien está predispuesto a subir de peso en un ambiente en el que se pueden conseguir sin restricciones alimentos de alto contenido calórico.

“Entender las anormalidades de la activación del circuito de recompensa en respuesta a la alimentación es esencial para ayudar a las personas a regular su peso, puesto que la dopamina es el neurotransmisor primario en las rutas de recompensa del cerebro –indicó el doctor Stice–. Si bien las personas con sensibilidad disminuida de los circuitos de recompensa están en mayor riesgo de aumentar de peso en forma perjudicial para la salud, identificar los cambios de conducta o las opciones farmacológicas podría corregir este déficit de recompensa para prevenir y tratar la obesidad.”

Cara Bohan, de la Universidad de Oregon, destacó que este estudio es el primero sobre la obesidad en el que se usan escáneres cerebrales, pruebas genéticas y seguimiento de individuos durante un año, y añadió: “Los hallazgos sugieren que ciertos factores biológicos pueden impactar el riesgo de aumentar de peso, lo cual es importante para entender mejor cómo podemos intervenir para prevenir la obesidad”.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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