Usted está aquí: miércoles 22 de octubre de 2008 Política Vamos ganando al hampa, afirma reporte de la PGR

■ Las mafias y no el Estado desataron la violencia en el norte, dice

Vamos ganando al hampa, afirma reporte de la PGR

Gustavo Castillo García

El problema del crimen organizado “es mucho más complejo que el mero tráfico de drogas –la mayor causa–, ya que la operación criminal se ha diversificado (…) también busca controlar toda la ilegalidad, contrabando, piratería, giros negros, robo de autos, secuestros, extorsión, trata de blancas, migración ilegal y tráfico de armas, a partir de la intimidación y captación de cuerpos policiales”, señala el documento “La política mexicana contra la delincuencia organizada”, elaborado por la Procuraduría General de la República (PGR) en julio pasado.

Según el documento, “no es la acción del gobierno la que genera la violencia; la propia violencia ha obligado a la acción inmediata y decidida del Estado. No fueron los operativos conjuntos los que generaron la violencia en Tijuana, (Ciudad) Juárez o Sinaloa. La violencia de las mafias en esos lugares fue lo que motivó (sic) usar la fuerza del Estado para hacerles frente”.

Puntualiza que “al inicio de esta administración (el gobierno de Felipe Calderón), la violencia y la inseguridad tenían secuestradas a muchas poblaciones del país, y la impunidad tenía en estado de indefensión a los ciudadanos frente a los criminales.

“Había que enfrentar no sólo a una red de tráfico de droga, sino a estructuras consolidadas de crimen organizado en todo el país, que con la delincuencia (sic) estaban acabando con el tejido social.”

En ese contexto, el apartado titulado “¿Qué resultados llevamos?” señala que “el Estado es más poderoso en términos de recursos y capacidad de reacción y respuesta, y tiene más solvencia política, ética y moral que cualquier organización criminal por más recursos que ésta posea”.

Agrega: “se tiene un mapeo de inteligencia y se usan los recursos del estado con objetivos estratégicos y tácticos, que nos indican cuándo, cómo y con qué actuar, siendo efectivos y eficaces.

“El ascenso de la violencia, las guerras entre grupos y las ejecuciones no son síntomas de fuerza ni de poder, sino todo lo contrario.

“El crimen organizado era poderoso cuando actuaba con impunidad, controlaban territorios e incidían de forma directa en la vida de la población, ahí no pasaba nada, hasta que el Estado mexicano interviene con la fuerza y contundencia que lo hace ahora.

“Las manifestaciones de violencia revelan una crisis en los sistemas de protección, operación logística de los grupos de criminalidad organizada, particularmente en la vertiente del tráfico de drogas”, señala el informe, que asegura que hoy “se avanza en la inmovilización de nodos y eslabones de sus estructuras operativas, financieras, logísticas y de la cobertura armada que usan para perpetrar sus actos delictivos.”

 
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