Usted está aquí: sábado 18 de octubre de 2008 Capital Falta mantenimiento en zonas de conservación ecológica del sur-oriente

■ Autoridades de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta descartan desastre ambiental

Falta mantenimiento en zonas de conservación ecológica del sur-oriente

■ Más de 300 asentamientos irregulares y descargas de aguas residuales afectan canales

Josefina Quintero y Alejandro Cruz/ I

Ampliar la imagen La basura se acumula cerca del canal de aguas negras que cruza Tláhuac     Roberto García Ortiz La basura se acumula cerca del canal de aguas negras que cruza Tláhuac Roberto García Ortiz Foto: Roberto García Ortiz

Ampliar la imagen Los vecinos de Xaltocan arrojan sus desechos cerca de los canales de Xochimilco Los vecinos de Xaltocan arrojan sus desechos cerca de los canales de Xochimilco Foto: Josefina Quintero

Descargas de aguas residuales, asentamientos irregulares, erosión de chinampas, tiraderos clandestinos y plagas son parte de la problemática que padecen las zonas de conservación ecológica del sur-oriente de la ciudad. El deterioro en delegaciones de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta, se ha intentado contener, sin embargo, han sido insuficientes los recursos para el rescate y mantenimiento de las zonas con valor ambiental.

El pasado miércoles, diputados de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobaron un exhorto a la jefatura de Gobierno para que emita una declaratoria de desastre ecológico y emergencia ambiental en las zonas verdes de dichas delegaciones, pero a decir de las autoridades jurisdiccionales existe una afectación sin llegar todavía a dar una alerta de tal magnitud.

En recorridos por las zonas fueron evidentes la desaparición de zonas verdes a causa de asentamientos humanos. De acuerdo con registros oficiales, en Xochimilco hay 300 sitios irregulares, y la parte afectada de chinampas es Caltongo. La llegada de más habitantes causó que se improvisaran viviendas, así como el desdoblamiento de familias que saturaron las zonas ambientales. El crecimiento de “islas” y chinampas ha sido conforme a la necesidad, reconocen los propios habitantes.

Vivir “cruzando canal” ha creado una frontera en Xochimilco, porque quienes ocupan las islas buscaron sus propios medios para sobrevivir. Ello dañó pastizales, canales y zonas verdes. Dotarse de servicios en el lugar cuesta el doble, incluso hasta un refresco o botella de agua lleva su valor agregado sólo por “pasar el canal”.

El encarecimiento hizo habitual que las descargas de aguas residuales se hagan en los canales, pues resultan muy costosas las fosas sépticas. Las mismas autoridades arrojan sus desperdicio a las aguas de Xaltocan, ya que el desagüe del estacionamiento de camiones de limpia va directo al canal.

En algunas zonas el agua es fangosa y burbujea por la contaminación. Los propios chamberos, como se les conoce a los remeros de trajineras, comentaron que llegan a padecer urticaria.

El paseo por el canal principal, donde se han reforzado los trabajos, difiere mucho de las zonas habitacionales. En éstas, a decir de los moradores, se ha erosionado la tierra. La familia Delgadillo, que fue de las primeras pobladoras de la “isla” de Atecoxpa, añora la claridad de las aguas que ahora sólo se ven verdes.

Doña Dolores reconoce que muchos de los daños los provoca la gente, “que es muy sucia y no se da cuenta de lo que tiene y otros no tienen dinero, porque los servicios son caros”. Al paso de las canoas son evidentes los basureros de cascajo y desechos de todo tipo. Manuel Salazar, comerciante del canal, comentó que para hacer cimientos firmes la gente rellena de cascajo para sostener los muros. Muchos son avecindados, “ya son pocos los nativos del lugar”, reconocen.

Por los canales se puede llegar de Caltongo hasta Cuemanco; algunas zonas lucen podadas, aunque hay escenarios donde el lirio acuático cubrió toda la superficie, los árboles secos a punto de caer, porque los trabajos para la recuperación de chinampas se detuvieron por falta de recursos: “nosotros paramos, pero el muérdago, la reproducción de plagas sigue avanzando hasta que se lo acaben”, comentaron los productores.

En el caso de la zona de conservación ecológica de Tláhuac también se puede apreciar cierto grado de deterioro, sobre todo en las de humedales y chinampera de San Pedro Mixquic, en los límites con Chalco, estado de México, afectadas por las aguas negras provenientes de ese municipio mexiquense.

Aunque dichas áreas están lejos de ser zona de desastre ecológico, pues, por ejemplo, en los humedales se puede observar ya la llegada de aves migratorias, como patos y garzas que pasan la temporada invernal en ese lugar, así como las cosechas de amaranto y hortalizas en las chinampas.

Otra de las problemáticas son los asentamientos irregulares en suelo de conservación, que en la demarcación se contabilizan en más de 90; por ejemplo, en el conocido como Atotolcochinalco habitan más de seis mil personas, lo que ha provocado la desaparición, casi por completo, de las áreas verdes del lugar, por lo que se tuvo que instalar malla ciclónica para evitar desdoblamiento.

Así, mientras, las autoridades de Xochimilco pugnan por mayores recursos para preservar dichas áreas, para las de Tláhuac se requiere de un plan de manejo integral que permita evitar una emergencia ambiental, pero ambas coinciden en que no se trata de un desastre ecológico.

 
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