Usted está aquí: jueves 16 de octubre de 2008 Sociedad y Justicia Escasa cultura de pacientes para atenderse por males mentales

■ En México, un enfermo deja pasar 10 años sin tratarse: experta

Escasa cultura de pacientes para atenderse por males mentales

■ Ansiedad y depresión, factores discapacitantes que bajan la productividad

Ángeles Cruz Martínez

Hasta 30 años pueden pasar antes de que personas afectadas por enfermedades mentales reciban atención médica especializada en México. Los usuarios de drogas tardan, generalmente, 10 años en solicitar ayuda profesional, señaló María Elena Medina Mora, directora de Investigación Epidemiológica y Social del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente.

Resaltó que a diferencia de otros países en donde el servicio médico para la salud mental está disponible en el primer nivel de atención, en México, los pacientes deben acceder a servicios de especialidad.

Durante la cátedra en siquiatría, que ayer se realizó en El Colegio Nacional, la especialista comentó que menos de uno por ciento de las personas afectadas por algún trastorno mental busca apoyo en el primer año de la enfermedad, mientras que en España lo hace 19 por ciento y en Estados Unidos 10 por ciento de los pacientes. Además, los mexicanos reportan una mayor cantidad de afecciones severas, en un nivel comparable con Colombia y Estados Unidos.

Desde la década de los 90 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) determinó modificar la clasificación de carga de enfermedades e incluir a las afecciones mentales, éstas se ubican ya en el segundo lugar de morbilidad, medida por años de vida saludable perdidos, recordó Dan Chisholm, jefe del Departamento de Sistemas de Financiación de la OMS.

No obstante, a la fecha sigue sin reconocerse plenamente las consecuencias de que las personas padezcan depresión o ansiedad, ambas discapacitantes y causantes de la disminución de productividad y el bienestar de los individuos. Tampoco se toma en cuenta la carga económica que implica el tratamiento y, sobre todo que contribuye al incremento de la pobreza, indicó.

Chisholm destacó que la erradicación del estigma debe ser una prioridad de las estrategias institucionales encaminadas a disminuir las enfermedades mentales. Enseguida comentó sobre el programa propuesto por la OMS para enfrentar la problemática, el cual involucra el compromiso de los gobiernos de aumentar los presupuestos para este tema, proporcionar un tratamiento integral que incluya acceso a medicamentos, apoyo sicosocial y participación familiar, entre otras.

Señaló que en México se requeriría destinar 5 por ciento del gasto en salud, a la atención de los trastornos mentales.

En la sesión también participó José Luis Ayuso, del Departamento de Siquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid, quien expuso la experiencia de España en la puesta en marcha de la estrategia diseñada por la OMS. De la mitad de las personas con depresión que recibe atención clínica, 20 por ciento puede lograr el control del padecimiento con un tratamiento integral.

Mientras tanto, en México se ha demostrado que la realización de acciones sanitarias de apoyo a los pacientes deprimidos puede evitar entre 100 mil y 200 mil años de vida perdidos a causa del padecimiento, según explicó Carmen Lara, representante de la Universidad Nacional Autónoma de México en la cátedra en siquiatría.

Respecto al consumo de alcohol, María Elena Medina Mora resaltó que entre los factores que inciden en la problemática está el abuso en el consumo, principalmente por parte de los hombres, y la falta de un sistema de sanciones para quien incurra en conductas poco responsables. Puso como ejemplo el caso del cinturón de seguridad, el cual durante una época fue obligatorio y los policías vigilaban el cumplimiento de la disposición. Ahora, dijo, la mayoría de las personas se lo coloca porque sabe que puede salvar su vida en caso de algún accidente de tránsito.

Otro factor comentado por la especialista es la existencia de las bebidas adulteradas y el contrabando. Además del aspecto educativo y aprendizaje de hábitos de consumo de alcohol, Medina Mora propuso el aumento en 50 por ciento de los impuestos a las bebidas alcohólicas. Está demostrado que las medidas impositivas desalientan el consumo, indicó.

 
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