Usted está aquí: lunes 13 de octubre de 2008 Opinión Aprender a morir

Aprender a morir

Hernan Gonzalez G.
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■ “Mejor me suicido”

“Si para morir dignamente –escribe Anaís Roa– tengo que pasar por toda esa burocracia y encima pagar los honorarios de un notario público (¿2 mil 600 pesos más IVA?) para que formalice mi documento de voluntad anticipada, y aparte de todo lo anterior siempre puede haber algún alma compasiva que se niegue a cumplir con lo establecido en dicho documento, entonces... ¡mejor me suicido! y a ver cómo y quién me penaliza por esa decisión.”

No le falta razón a Anaís. Políticos, legisladores, funcionarios y no pocos médicos, con un dinamismo mecánico, carecen de empatía y, sobre todo, de tiempo para reflexionar sobre su condición de mortales.

El enorme hueco informativo con respecto a leyes y reglamentos es una de las causas que favorecen ilegalidad, corrupción y el creciente sentido de indefensión que padece la ciudadanía. El Gobierno del Distrito Federal y su Secretaría de Salud deben ponerse en los zapatos no sólo de los enfermos terminales y su familia, sino de toda la población, y difundir a la brevedad los aspectos medulares de la Ley de Voluntad Anticipada, de su Reglamento y de la misteriosa Coordinación Especializada en Voluntad Anticipada. De otro modo, lo realizado carecerá de sentido.

Nunca imaginé recomendar algo de Televisa. Los miércoles, de 20:30 a 21:30 horas, por el canal 203 de Cablevisión, pasa Terminales, una serie que se atreve a abordar temas como derecho a una muerte digna, eutanasia, enfermos terminales, reacciones de los familiares, amigos y médicos e inclusive los problemas de edición de una revista, pues una de las protagonistas es reportera de la misma.

La sorpresa aumentó cuando me topé con un guión, unas actuaciones, unos diálogos, una fotografía y una edición francamente buenos, por no decir excelentes, desde luego inusuales en una empresa que tras haber sido líder en series televisivas siquiera decorosas, hace tiempo fue rebasada por países latinoamericanos con mejores niveles comunicacionales por televisión.

Inteligente, veraz, humana, antisolemne y ágil, Terminales respeta al televidente y se mantiene a mucha distancia de las infames telenovelas producidas en México. Añada las estupendas actuaciones de Ana Claudia Talancón, Alfonso Herrera, Ludwika Paleta, Isela Vega y Andrés Almeida, entre otros, y disfrute-piense con esta insólita serie. Ah, olvídese de los cinco o seis minutos de anuncios en cada corte y de los acelerados créditos al final.

 
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