■ El titular de la Sagarpa deja sin respuesta las principales preguntas de los legisladores
¡Por el amor de Dios, señor secretario, renuncie!, claman diputados a Cárdenas Jiménez
■ El único momento de la comparecencia en que el funcionario lució fuera de sus casillas ocurrió cuando, en vez de que le dijeran “caballo negro”, como en el pasado, lo llamaron “burro pardo”
Ampliar la imagen La diputada Susana Monreal mostró un cartel durante la comparecencia de Alberto Cárdenas Jiménez, en San Lázaro. La sesión se prolongó unas cuatro horas Foto: José Carlo González
El clamor en la Cámara de Diputados fue prácticamente general: “¡por el amor de Dios, señor secretario, renuncie!” Pero a pesar de esta convocatoria e inclusive de que reiteradamente le llamaron incapaz, o que lo amenazaron con iniciar un juicio político y lo responsabilizaron de la crisis en el campo, lo único que desquició al titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), Alberto Cárdenas Jiménez, fue que no lo llamaran más “caballo negro”, como en la época en la que aspiró la candidatura presidencial por su partido, sino que lo degradaran a “burro pardo” por su impresentable desempeño como funcionario.
Y si tras el mohín de reclamo por el nuevo mote, sus compañeros del Partido Acción Nacional (PAN) le demandaron al presidente de la Cámara que se retirara del Diario de los Debates ese apelativo por considerarlo ofensivo, el propio presidente de la instancia de San Lázaro, el priísta César Duarte, a petición de diputados de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Revolucionario Institucional (PRI), del Trabajo (PT), Convergencia, Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, le pidió directamente a Cárdenas Jiménez que, a su vez, retirara toda las agresiones y actos de provocación que él y sus funcionarios han protagonizado los pasados dos años en la Cámara de Diputados.
Esta fue la constante en la comparecencia del titular de la Sagarpa, tanto como lo fue el hecho de que los legisladores reclamaran reiteradamente que el funcionario evadiera responder a las preguntas. Quizá lo que diferenció a esta comparecencia fue que al final no hubo en San Lázaro quien compartiera del todo la perspectiva oficial de un campo sano y productivo, pues inclusive los panistas, en la intervención que cerró la comparecencia, le pidieron al funcionario que revisara la actuación de sus subordinados, mientras que el resto le reiteró que, simplemente, había dejado de ser un interlocutor válido.
Cárdenas Jiménez inició su presentación al señalar que gracias al rediseño del sector, México aumentó su producción agroalimentaria en los pasados 15 años. En maíz pasamos de 14 a 25 millones de toneladas; en hortalizas crecimos de 6 a 11.5 millones, casi al doble; en fruta de 11 a 17 millones de toneladas; en cultivos industriales avanzamos de 42 a 55 millones. En los cultivos más importantes de la agricultura crecimos cerca de 50 por ciento, al pasar de 118 millones a 175 millones de toneladas; en carnes se mejoró de 3.6 a 6 millones, y en leche pasamos de 7 mil 600 a 10 mil 400 millones de litros.
Así como que las exportaciones pasaron, en los anteriores 15 años, de 5 mil a 17 mil millones de dólares, con los que esperamos cerrar este ciclo, y las importaciones fueron de los 6 mil a los 19 mil millones, por lo que hoy México es el doceavo país productor y exportador de alimentos en el mundo y el octavo importador.
Pero más allá de las cifras, el desempeño del funcionario no resistió el análisis de los diputados. El priísta Alfredo Ríos Camarena le preguntó de plano: “¿cuánto se ha gastado, señor secretario, en confundir al pueblo de México con esos ejercicios televisivos francamente miserables. Díganos cuánto. Y díganos también cuánto, de los más de 9 mil millones para la alianza, se ha entregado en realidad a los productores mexicanos. Y no olvide, señor secretario, que incurre en responsabilidad si sus respuestas no son correctas”. Pero a pesar de la advertencia las respuestas no llegaron siquiera a ser incorrectas, “porque no me contestó nada”, refirió el legislador al iniciar su réplica.
El PRD, en voz de Juan N. Guerra, no sólo destacó la ineficiencia de Cárdenas Jiménez, sino que lo acusó de un presunto fraude con el maíz blanco de Sinaloa. Mencionó el trato preferencial a cuatro empresas: Cargill, Maseca, Minsa y ADM, que acaparan 60 por ciento de la producción “y les regaló 550 pesos por tonelada. Dígame por qué. Usted dirá: flete y almacenamiento, pero el flete ya estaba descontado en el precio, y el almacenamiento son 20 pesos por tonelada/mes, a lo sumo debió haber dado 100 pesos, por qué le regala a sus amigos 550 pesos que no van a productor”, interrogante que, para el funcionario, tampoco mereció respuesta.
“Nosotros percibimos la realidad, el mundo real, y el secretario pareciera que se refiere a un mundo virtual”, apuntó luego de casi cuatro horas de comparecencia el priísta Héctor Padilla, quien sintetizó el rechazo de las oposiciones al desempeño de Cárdenas Jiménez, al enfatizar que el apartado del campo en el Informe presidencial “refleja el caos que vive la Sagarpa”.
Durante la comparecencia todos reconocieron, inclusive los del tricolor, que el rezago del campo no es responsabilidad exclusiva de la actual administración, pero subrayaron que le corresponde a ésta actuar a la altura de las graves circunstancias por las que transita el país, especialmente tras las reiteradas quejas de “todos los estados, los productores de granos, los sistemas productivos, las centrales de abasto, los porcicultores, las ramas pecuarias, entre muchas otras, pues es evidente la incapacidad, la incompetencia y la ignorancia, y así como la falta de voluntad política del titular y su equipo para conducir al campo por el camino adecuado”, señalamientos que, sin embargo, no hicieron mella en la autoestima de Cárdenas Jiménez, quien sólo reaccionó cuando de orgulloso “caballo negro”, pasó a ser un prescindible “burro pardo”.