■ Veintisiete ejecuciones ayer vinculadas al crimen organizado
Tijuana: 13 asesinatos más en otro episodio de guerra del narco
■ Crece inquietud en Jalisco, ante el temor a que se intensifique la violencia
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Así quedó una de las patrullas atacadas por un grupo de sicarios en las afueras de Lagos de Moreno, Jalisco, acción en la cual perdieron la vida cinco policías
Foto: Arturo Campos Cedillo
Este jueves se documentaron 27 homicidios más presuntamente vinculados con el crimen organizado, 13 de ellos en Baja California, donde no cesa la guerra entre narcotraficantes por el dominio de la plaza.
Diez de los asesinatos en ese estado ocurrieron en Tijuana, y tres en Playas de Rosarito. Una de esas muertes sucedió en la colonia tijuanense Cumbres de Juárez y tres en una taquería de la colonia El Florido.
En Mexicali, elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) capturaron a cinco integrantes del cártel de Sinaloa. La corporación indicó que busca a otros 11 sicarios, de quienes sabe que cuatro residen en la capital de Baja California, cuatro en el sur de California y tres en Sinaloa.
En Chihuahua siete personas fueron asesinadas, entre ellas el director de obras públicas del municipio de Gómez Farías, además que se levantó a ocho sujetos en el poblado fronterizo Palomas de Villa, municipio de Ascención.
En tanto, una familia de cinco integrantes, de apellido Aguirre, fue atacada a balazos en el municipio de Guachochi; todos los parientes resultaron heridos, entre ellos una niña de 10 años.
También en Chihuahua, individuos no identificados dejaron una corona fúnebre ante las oficinas de la Subprocuraduría de Justicia en Ciudad Juárez, con un narcomensaje.
Dos personas no identificadas fueron asesinadas en el municipio de Mazatlán, Sinaloa, con al menos 120 balazos de rifle AK-47. Los cadáveres fueron encontrados con los ojos vendados, y atados de manos. Asimismo, un joven estudiante de preparatoria murió a balazos que le propinaron desconocidos cuando salía de su casa para dirigirse a su escuela, en el municipio de Navolato.
Cuernos de chivo y granadas
En tanto, un comando armado intentó levantar a Óscar Burgos, agente de la policía municipal de Culiacán –capital de Sinaloa–, quien se resistió y fue apoyado por otros uniformados, los cuales se enfrentaron a balazos con los sicarios, que lograron huir.
Dos personas fallecieron y dos resultaron detenidas como saldo de un enfrentamiento entre pistoleros y elementos de la Unidad Policial de Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Pública de Oaxaca, ocurrido sobre la carretera federal 185 Ciudad Alemán-Puerto Ángel, a unos 35 kilómetros de la capital oaxaqueña.
Según la Procuraduría General de Justicia del Estado, en el incidente se dispararon más de 600 cartuchos de cuerno de chivo.
En la capital de Colima se dio muerte a Roberto Romero Torres, de 45 años, presunto miembro de una banda de sicarios que mató al regidor perredista Antonio Mendoza Álvarez en Coalcomán, Michoacán, cuando se encontraba a bordo de un camioneta en compañía de su hijo Miguel Ángel Romero Olivares, quien resultó gravemente herido.
La policía estatal investigadora de Sonora informó que Arturo Bermúdez Pliego murió baleado en el municipio fronterizo de Nogales.
Por otra parte, elementos de la Procuraduría General de la República incautaron dos granadas de fragmentación y detuvieron a dos individuos –uno de origen salvadoreño–, durante un cateo efectuado en la colonia Santa Fe, en la capital de San Luis Potosí.
A su vez, efectivos del Ejército arrestaron en la capital de Zacatecas a diez personas, supuestamente miembros del cártel del Golfo.
Por su parte, agentes de Seguridad Pública del estado de Guanajuato y policías de San José Iturbide y San Luis de la Paz arrestaron a Juan Carlos Arrellano, presunto miembro de Los Zetas, brazo armado del cártel del Golfo, quien intentó sobornar a comandantes de la policía ministerial en los municipios citados para que dejaran operar en ellos a su organización delictiva.
Revira narco con asesinatos a bravatas del gobernador
El gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez, anunció a la televisión regional el martes: “Vamos a partirles la madre a los narcos”. Menos de 24 horas después, cinco policías estatales murieron, además de que tres agentes y dos civiles resultaron lesionados en el municipio de Lagos de Moreno, tierra natal del mandatario, donde presuntos zetas se enfrentaron con los uniformados, contra quienes dispararon más de 800 balas.
En la refriega, ocurrida la noche del miércoles sobre la carretera San Juan de los Lagos-Lagos de Moreno, los supuestos zetas arrojaron una granada contra una patrulla, la cual quedó destrozada, además de que otra unidad de la policía estatal jalisciense y un número no determinado de vehículos particulares sufrieron daños diversos.
La noche del jueves una caseta de vigilancia de la policía de Zapopan, ubicada en el fraccionamiento Altagracia, explotó, al parecer por una bomba molotov que le fue arrojada. El director de la Policía del Estado de Jalisco, Alejandro Solorio Aréchiga, se reconoció incapaz de asegurar que el proyectil fuera un artefacto incendiario o una granada de fragmentación, como en primera instancia se creyó, pero dijo que un policía que alcanzó a escapar antes de la explosión narró que vio que un “botecito” volaba hacia él. El incidente no dejó heridos.
Con información de Antonio Heras, Rubén Villalpando, Miroslava Breach, Irene Sánchez, Javier Valdez, Octavio Vélez, Verónica González, Ulises Gutiérrez, Edith Argüelles, Alfredo Valadez, Carlos García, Javier Salinas, Carlos Camacho y Juan Carlos G. Partida