■ Inauguran la muestra Aquí no pasa nada, por los 40 años del movimiento estudiantil

Documentan cómo el 68 se convirtió en tema para una generación de escritores

■ Se recuperan imágenes y textos de Elena Poniatowska y Fernando del Paso, entre otros

■ Marcó el final de una década de ruptura con la tradición en las letras, dijo Enzia Verducci

Fabiola Palapa Quijas

“Aquí no pasa nada./ Comienza nuestro reino...”, escribió con sarcasmo el poeta chiapaneco Jaime Sabines, cuando en México sucedía todo de la manera más increíble.

El 68 mexicano se convirtió de inmediato en tema literario en la obra de los escritores que los fotógrafos Ricardo Salazar, Héctor y María García, así como un joven Rogelio Cuéllar retrataban.

Con motivo del 40 aniversario del movimiento estudiantil de 1968, el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), por conducto de la Coordinación Nacional de Literatura, realizó la muestra documental Aquí no pasa nada: una historia literaria del 68, que recupera imágenes y textos acerca del conflicto a cargo de una nueva generación de escritores.

En la inauguración de la muestra, hoy a las 19 horas en la sede de esa coordinación (Brasil 37, Centro Histórico), los autores Emmanuel Carballo, María Luisa Mendoza y Sergio Mondragón participarán en una mesa de debate sobre el conflicto estudiantil.

La titular de la coordinación de Literatura, Enzia Verducci, explicó que el 68 mexicano no sólo fue un conflicto, ya que aportó nuevas temáticas en la narrativa, el ensayo, la poesía y el teatro.

“Durante esa época hubo un cambio cultural en la sociedad civil porque de 1967 a 1969 se publicaron libros fundamentales para las letras mexicana, así que era muy importante realizar la exposición y mostrar, mediante documentos y fotografías, la labor que los escritores hicieron en ese momento para defender y entender el movimiento estudiantil en México, Praga y Francia.”

Una generación de medio siglo

Según Verducci, el recuerdo del movimiento del 68 suele desdibujarse en la memoria de un año de intensa actividad artística impulsada por los Juego Olímpicos. Sin embargo, también marcó el final de una década de ruptura con la tradición en el espacio literario.

Con la muestra documental se propone una visión de la vida literaria en México durante ese año. Una vida animada a ritmo de rock, con algo de beat y jazz en la Zona Rosa: urbana, clasemediera y a contracorriente; la que se dejaba crecer el cabello y escribió como hablaban los jóvenes; esa literatura que, en el bar La Ópera, se decidía si se publicaba o no; la que experimentaba en la galería Edward Munch y también se escuchaba en la Casa de Lago en voz de poetas, dramaturgos y ensayistas.

En 1968, el Instituto Nacional de Bellas Artes, bajo la dirección de José Luis Martínez, tuvo la encomienda de preparar y realizar el Programa de la Olimpiada Cultural. El dramaturgo Héctor Azar, a su vez, realizaba montajes escénicos desde la Casa del Lago y los departamentos de Teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México y del INBA.

El área de literatura, dirigida en ese entonces por Antonio Acevedo Escobedo, se propuso dos importantes actos: un ambicioso y fallido Encuentro Mundial de Poetas, que sólo convocó a cinco de los 20 invitados, entre ellos el ruso Evgueni Evtushenko, quien “atrajo multitudes de jóvenes a su recital”, según informaron los diarios Novedades y El Universal.

La segunda actividad fue el ciclo de conferencias con autores contemporáneos Los narradores ante el público, que se realizó en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Entre los participantes figuraban Fernando del Paso, René Avilés Fabila, Juan Tovar y Elena Poniatowska, cuyas charlas podrán escucharse en la exposición.

La muestra, explicó Enzia Verducci, incluye el audio de cuatro grabaciones de ese ciclo, que fue muy exitoso. Toda una generación de medio siglo pasó por el Palacio de Bellas Artes. Los escritores hablaban sobre su experiencia literaria personal y leían un fragmento de su obra.

Resaltó la grabación de Elena Poniatowska, quien el 13 de septiembre de 1968 leyó la carta de una madre a su hijo granadero, la cual incluyó en su célebre obra La noche de Tlatelolco. “En este audio se puede escuchar no sólo la misiva, sino el ambiente de hace 40 años en la sala Manuel M. Ponce, a unos días del 2 de octubre.”

Indignación y poesía

Aquí no pasa nada: una historia literaria del 68 también incluye información sobre las editoriales que contaban en su catálogo con los autores mexicanos más representativos de la época, como Novaro, con Luis Guillermo Piazza al frente; Porrúa, Joaquín Mortiz, Siglo XXI y Era, así como el Fondo de Cultura Económica, que tenía entre sus escritores a Juan Rulfo y Alí Chumacero.

La muestra documenta que José Revueltas en el 68 se disponía a abandonar su escondite para volver, otra vez, al Palacio Negro de Lecumberri acusado de sedición, entre otros delitos que también se imputaron a jóvenes estudiantes.

Mientras, poetas como José Carlos Becerra, Juan Bañuelos, Rosario Castellanos y Rubén Bonifaz Nuño, entre muchos otros, traducían en sus poemas su indignación contra un México que celebraba en technicolor la inauguración de los Juegos Olímpicos.

Aquí no pasa nada: una historia literaria del 68 –que incluye 120 imágenes provenientes de los archivos General de la Nación, Histórico del Distrito Federal y de algunas instituciones– concluirá exhibición en enero de 2009.