■ Pierde impulso la expansión de países emergentes y se frena el crecimiento de avanzados
La crisis ya es global y los riesgos crecen con la desaceleración: FMI
■ Destaca la vulnerabilidad de naciones con “sistemas bancarios financiados internacionalmente”, como México
■ Acumula EU pérdidas por 1.4 billones de dólares o 35% de su PIB, afirma
Ampliar la imagen La bolsa de Nueva York vivió ayer otra jornada de pánico, junto con mercados de Europa y América Latina. En Wall Street el Dow Jones cayó 5.11 por ciento, con lo que se ubicó en niveles de septiembre de 2003 Foto: Ap
Washington, DC, 7 de octubre. La crisis financiera que se recrudeció a partir del mes pasado en Estados Unidos “ya tiene un componente global”, aseguró aquí el Fondo Monetario Internacional (FMI). “Los riesgos han aumentado en todos los sentidos”, afirmó el organismo, el mismo día en que Wall Street acumuló una pérdida anual no vista en siete décadas, y en la mayoría de las plazas bursátiles el precio de las acciones siguió a la baja.
El organismo aseguró que “el riesgo” ha aumentado a medida que se desacelera el crecimiento de las economías avanzadas y pierde impulso la expansión de los países emergentes. Entre las naciones en desarrollo, las más vulnerables son, dijo, las que dependen más de las corrientes de capital de corto plazo “o las que tienen sistemas bancarios financiados internacionalmente”. No lo mencionó, pero en México 90 por ciento de los activos bancarios están en poder de firmas extranjeras.
“El riesgo más significativo es el empeoramiento del círculo vicioso entre el sistema financiero y la economía real”, declaró Jaime Caruana, director del departamento monetario y financiero del FMI. Su afirmación sólo anticipa lo que ocurrirá en los siguientes días.
El organismo publicará este miércoles sus estimaciones sobre el comportamiento de la economía mundial para éste y el siguiente años y ya se prevé que habrá un recorte importante en la expectativa de crecimiento.
Lo dijo hoy mismo John Lipsky, subdirector gerente del organismo. “Existe un riesgo real de que la economía de Estados Unidos se contraiga en los próximos trimestres, antes de subir el próximo año”, apuntó, en una declaración interpretada en el sentido de que el FMI espera una recesión de la mayor economía del planeta.
En la raíz de todo está la crisis del sistema bancario estadunidense, la cual, expuso Caruana, ya no afecta sólo a los créditos hipotecarios “basura”, aquellos que fueron concedidos por los bancos sin garantía en medio de una burbuja de dinero barato, que explotó cuando falta un mes para la elección presidencial en este país. Las pérdidas ya se observan tanto en las llamadas hipotecas subprime, o de alto riesgo, como en las de los deudores calificados con triple A, los usuarios de préstamos al consumo y los corporativos.
Turbulencia sin precedente
El total de pérdidas que acumula el sistema financiero estadunidense llega a 1.4 billones (millones de millones) de dólares. Es una cantidad que supera al producto interno bruto (PIB) de un país como México, que es de 1.1 billones de dólares. Pero además de esas pérdidas ya acumuladas, Caruana dijo hoy que el sistema bancario de Estados Unidos requerirá al menos una inyección de 675 mil millones de dólares (60 por ciento del PIB de México) en los próximos cinco años para que el crédito pueda crecer.
La expansión de la crisis bancaria estadunidense a Europa se ha dado por el hecho de que, como explicó hoy Caruana, de los 1.4 billones de créditos perdidos por bancos estadunidenses, un 40 por ciento, esto es, 416 mil millones de dólares, corresponden a títulos de instituciones de Estados Unidos que habían comprado bancos europeos.
Por eso es que el FMI pidió hoy “una acción concertada” entre los distintos países para hacer frente a la situación que vive hoy el sistema financiero mundial el cual, sostuvo Caruana, “ha entrado en una turbulencia sin precedente en la que la situación sigue siendo frágil”.
Bancos europeos, infectados con activos tóxicos
Además de la danza de cifras y la confirmación de que los bancos europeos están infectados con los “activos tóxicos”, como se ha llamado a los créditos perdidos de los bancos estadunidenses, Caruana aportó un elemento adicional de que el actual sistema financiero internacional no puede salir por sí mismo de la crisis en que se metió.
“La preocupación sobre el crédito se ha ampliado a todos los activos financieros”, explicó al presentar hoy el Reporte sobre la estabilidad financiera internacional, el primero de los documentos que tradicionalmente se hace público en la reunión anual del FMI y el Banco Mundial, que se realiza esta semana. “El financiamiento se ha paralizado”, añadió.
El economista expuso que “cada vez es más difícil” encontrar una “solución privada” a la actual crisis financiera. “La acción de las autoridades no ha reducido la inquietud de los mercados”, añadió. Implícitamente se refirió al paquete de 700 mil millones aprobado en Estados Unidos para rescatar de la bancarrota al sistema bancario, a los anuncios del fin de semana pasado de autoridades europeas de emprender acciones para proteger a sus instituciones bancarias y de nuevas inyecciones de capital al sistema por parte de bancos centrales de Estados Unidos y Europa.
Después de casi tres décadas de postular las bondades del libre mercado –dejar hacer, dejar pasar– ahora se piensa distinto en la esquina de las calles 19 y G de Washington, a dos calles de la Casa Blanca, la sede del FMI.
“Bajo esta inestabilidad sin precedente, para restablecer la estabilidad financiera se requiere […] fortalecer el capital de las instituciones bancarias viables, y reforzar los activos problemáticos con el uso del balance del sector público”, planteó Caruana.
El balance del sector público es la diferencia entre los ingresos y los egresos del sector público. La obtención de superávit fiscales ha sido una de las recomendaciones más firmes del FMI cuando una nación enfrenta una crisis, y es una de las expresiones de las políticas de ajuste que suele imponer el organismo a los países cuando les ofrece préstamos.
“Pensamos que por cierto tiempo será difícil que el sector privado pueda resolver la situación, así que estamos pensando que quizá sea necesario recibir asistencia del sector público para que pueda ocurrir la recapitalización” del sistema bancario, manifestó Caruana.
El reporte presentado hoy por el FMI abunda: “El sistema financiero mundial ha entrado en una nueva fase de crisis, en la que se han incrementado las preocupaciones sobre la solvencia al grado de que mayores recursos públicos han sido comprometidos para contener los riesgos sistémicos y las consecuencias económicas”.
Las crisis bancarias no son novedad. La de México en 1995 provocó una transferencia de recursos públicos para salvar a las instituciones por un monto equivalente a una quinta parte del PIB, mientras el sistema pasó a manos de firmas extranjeras. Aquí mismo en Estados Unidos se registró a mediados de los 80 otra entre instituciones de crédito y ahorro, con pérdidas por 230 mil millones de dólares. La del sistema bancario japonés (1990-1999) tuvo un costo de 750 mil millones de dólares; la de bancos asiáticos entre 1998 y 1999 provocó quebrantos por 400 mil millones de dólares. En todos los casos, se trata de cifras actualizadas por el FMI a dólares de 2007, para hacerlas comparables.
En Estados Unidos esta crisis ya acumula un costo estimado de 1.4 billones de dólares. Es una cantidad que equivale a 35 por ciento del producto interno bruto de este país, indicó el FMI.
Quedó claro tanto en las declaraciones de los directivos como en el reporte del organismo que la crisis no ha tocado fondo. Y este martes el promedio Dow Jones de la bolsa de Nueva York acumuló una pérdida de 29 por ciento en el año, el peor resultado en 71 años.