Usted está aquí: martes 7 de octubre de 2008 Opinión Itacate

Itacate

Marco Buenrostro y Cristina Barros
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■ Nopales y xoconostles

El nopal es uno de los símbolos nacionales. Recordemos que la mayor parte de nuestro territorio es semidesértico y que esta planta ha sido fuente de alimento y medicina desde la época de los recolectores cazadores, que en el norte del país cubrían sus ciclos estacionales todavía en el siglo XVIII.

La importancia del nopal se muestra en el mapa Nopales, tunas y xoconostles que acaban de publicar el Consejo Mexicano de Nopal y Tuna, AC, la Red Nopal y la Comisión Nacional para el Conocimiento y el Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Es resultado de una investigación minuciosa de las más de 80 especies distintas de nopal distribuidas en buena parte del país. De manera sintética podemos obtener ahí información acerca de las partes de la planta, de su origen, domesticación y diversificación; de las maneras de cultivo y producción, así como de los productos que se derivan de esta planta.

Las ilustraciones tienen gran calidad, tanto desde el punto de vista botánico como por su belleza plástica; se deben a Rafael Ruiz Moreno. Hay además fotografías de Juan Manuel Martínez, Fulvio Eccardi y Jorge Larson.

Es notable la productividad de esta planta. Hay especies que producen nueve frutos de cada 10 flores; así, una planta que aparece en el mapa rindió 130 kilos de tunas.

Aunque hay tantas especies de tunas, muchas veces se pueden reconocer diferencias a simple vista. Por su forma puede semejarse a un árbol, aunque también pueden ser rastreros. Otra variante es el tamaño que alcanzan cuando ya están desarrollados; una más es la forma de las pencas: alargadas, redondas, en forma de pala. En cada una de estas formas puede haber distinta consistencia: carnosas, acartonadas, jugosas, secas; sus tonos van del verde al amarillo.

Los colores de sus flores y frutos son una fiesta para los ojos, poco después de iniciada la primavera. Tan sólo de la zapotnochtli o tuna mansa, el zacatecano Eugenio del Hoyo menciona estas variedades: “blancas, zarcas, canelas, camuesas, amarillas, coloradas, chodronas, moradas, enchiladas, chabelonas, matildonas, gregorianas; a esta familia pertenecen también las muy estimadas fafayucas (de Alfajayucan, Hidalgo) y las sabrosas jarrillas”.

El mapa se presentará los días 11 y 12 de octubre en la Universidad del Claustro de Sor Juana, de 11 a 19 horas, y de 11 a 16 horas, respectivamente. El programa abarca conferencias, talleres gastronómicos, actividades para niños y degustación de platillos y bebidas elaborados con nopales, tunas y xoconostles.

 
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