Usted está aquí: martes 30 de septiembre de 2008 Mundo La crisis financiera y sus efectos abruma a líderes mundiales en el debate de la ONU

■ Es el final de “una pesadilla neoliberal”: Roy Chaderton, representante venezolano

La crisis financiera y sus efectos abruma a líderes mundiales en el debate de la ONU

■ Concluye Asamblea General; llamados a la acción solidaria en más de un centenar de discursos

David Brooks (Corresponsal)

Nueva York, 29 de septiembre. Si algo novedoso ocurrió aquí durante casi una semana de cientos de discursos ante la Asamblea General de presidentes, ministros, embajadores y más, así como de incontables reuniones paralelas multilaterales y bilaterales de todo tipo durante este rito anual conocido como Debate General, fue que se sumó otra crisis a la larga lista de crisis que se abordaron.

La crisis financiera abrumó esta reunión mundial, dedicada a la crisis alimentaria, la energética, la de salud, la de educación y la del cambio climático, entre otras. Y en la mayoría de las intervenciones, así como en las reuniones paralelas, se expresó la preocupación de que esta nueva crisis amenaza ahora todos los esfuerzos y los compromisos para abordar y resolver las otras.

Miguel d’Escoto, presidente de la Asamblea General en esta ocasión, resumió el punto al declarar hoy lo que todos señalaron: “estamos reunidos en un momento en el que nuestro sistema económico profundamente defectuoso está al borde del colapso. Todos reconocemos la seriedad de esta crisis, la cual tiene sus raíces en ‘la cultura del egoísmo’ que ha llegado a dominar la cultura del ‘yo y lo mío’”. Esta crisis, añadió, se manifiesta sobre todo en el tema principal de este debate, la crisis alimentaria, como en las demás, y profundiza las vastas inequidades que existen en el mundo.

D’Escoto y otros oradores enfatizaron que más que nunca se necesita de la ONU para enfrentar estos graves problemas que amenazan al planeta, y para que funcione esta organización, se requiere democratizarla.

El rescate de pobres... y ricos

Después de 111 intervenciones, ante la presencia de los 192 Estados miembros, se escucharon innumerables apelaciones para la acción conjunta en nombre de la solidaridad y el bien común de la humanidad. Ahora todos regresarán a casa para enfrentar los efectos de una crisis financiera que estallaba con su epicentro en esta ciudad en la que se reunieron. Así, el debate sobre cómo rescatar a los miles de millones de los más pobres en el mundo fue acompañado sobre cómo rescatar a unos cuantos de los más ricos, claro, todo en nombre del bien de todos.

Uno de los últimos oradores fue Roy Chaderton Matos, embajador de Venezuela ante la OEA y en esta ocasión enviado especial del presidente Hugo Chávez, quien en el contexto de la crisis financiera actual como las respuestas democráticas en el continente contra la “religión del neoliberalismo cuyo Dios es el mercado”, declaró que “sabemos que no estamos en el fin de la historia, ni siquiera en el comienzo del fin de la historia. Lo que sí sabemos es que aparentemente estamos al final del fin de una historia; del final de una pesadilla neoliberal donde prevaleció el capitalismo salvaje, como lo calificó Juan Pablo II, la violencia social y la violación persistente y global de todos los derechos humanos”.

Chaderton, al abordar la crisis financiera y su origen, declaró que “en tiempo de la Revolución Francesa alguien dijo ‘¡libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre!’ En estos días podríamos decir, ¡libre mercado, cuánta pobreza, cuánta violencia, cuánta tortura, cuántas guerras, cuántas invasiones, cuánta opresión, cuánta injusticia social se cometen en tu nombre!”

Continuó: “acostumbrados como estábamos a sufrir los efectos perversos de la brutal aplicación de las políticas neoliberales, hoy constatamos el dolor, la angustia y la rabia de millones de nuestros hermanos estadunidenses estafados por delincuentes de clase alta, experiencia que bien conocemos los venezolanos”.

Habló sobre los cambios que ocurren en el continente americano: “El espectro de la democracia progresista está acechando al continente de la injusticia social. Como debe ser, la gente está decidiendo su propio destino, pero haciéndolo con una clara preferencia por tendencias izquierdistas que responden a esa circunstancia. Esta tendencia incomoda a la ultraderecha que no es tan amante de la democracia como pretende ser”.

Chaderton señaló que aunque estos cambios son producto de elecciones más transparentes y participativas que nunca, “los resultados no son bienvenidos cuando los ganadores han sido previamente clasificados como villanos por la superpotencia imperial”, y agregó que para la superpotencia y sus socios en nuestro continente “cualquier ganador de elecciones libres y transparentes bajo la observación de testigos internacionales creíbles es aceptado, siempre que sea un derechista”.

Los disidentes de este esquema no sólo no son aceptados por los poderes, dijo, y señaló que “los magnates de los medios privados se constituyen a sí mismos como una amenaza a la democracia y la libertad, alineándose con los intereses a los cuales sirven, mientras envenenan la siquis colectiva de segmentos sociales asustadizos”.

Acusó que las fuerzas “derechistas y racistas” locales, con el “apoyo importado” buscan promover la inestabilidad, señaló el caso de Bolivia y advirtió que “a Ecuador tampoco le perdonarán el abrumador apoyo popular de ayer al proyecto de Constitución del presidente Correa, así que tendremos que invitarlo al Eje del Mal”, bromeó.

Pasando al plano global, Chaderton dijo que “el drama de la pobreza, la exclusión social y la distribución desigual del ingreso siguen tiranizando a nuestros pueblos” y que el actual modelo no es sustentable. Afirmó que el compromiso con las Metas del Milenio es ahora más importante que nunca, y en ese contexto ofreció una lista de los avances logrados por Venezuela en estos rubros. A la vez, ofreció como ejemplos de solidaridad concretos esfuerzos impulsados por Venezuela y otros países en la región como el Alba, Petrocaribe y ahora Unasur.

Venezuela, como Ecuador por su parte, entre otros países, denunciaron las medidas antimigrantes que se impulsan en este momento en Europa, al igual que en Estados Unidos, y como dijo la canciller María Isabel Salvador Crespo de Ecuador, citando al presidente Correa: “no hay seres humanos ilegales; sólo prácticas que violan los derechos de las personas”.

No todos se atrevieron a denunciar el neoliberalismo, ni identificar esta crisis como algo relacionado a esa “fe”, pero todos entienden que la “nueva” crisis tiene implicaciones para todos, y que hasta podría revelar algunas de las razones por las cuales existen las otras crisis que se abordaron en la agenda suprema de esta reunión, pero a la vez, impedir que se proceda para resolverlas.

De hecho, aunque las Metas del Milenio eran el tema central, esta reunión acabó más bien como una cumbre sobre “la crisis del milenio”.

 
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