Usted está aquí: martes 30 de septiembre de 2008 Economía Economía a la baja

Economist Intelligence Unit

México

Economía a la baja

Ampliar la imagen El actual secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y Felipe Calderón, cuando éste anunció la integración de su gabinete de transición, el 21 de noviembre de 2006 El actual secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y Felipe Calderón, cuando éste anunció la integración de su gabinete de transición, el 21 de noviembre de 2006 Foto: José Antonio López

Pocas economías americanas dependen tanto de la demanda estadunidense como la mexicana, que vende 80% de sus exportaciones en el mercado del país del norte, además de que algunas de sus industrias están estrechamente vinculadas con las del otro lado de la frontera. En consecuencia, el debilitamiento de la economía estadunidense arrastra la tasa de crecimiento de México, aunque con menor impacto que durante pasadas recesiones.

Este mes, la Secretaría de Hacienda redujo su estimación del crecimiento del PIB a 2.4%, de 2.8 (que a su vez se había reducido de una primera estimación de 3.7%). Señaló la menor demanda de importaciones en Estados Unidos (EU) como el factor clave. Conforme a su propuesta de presupuesto para 2009, la dependencia proyecta un crecimiento de 3% en ese año (antes 4%). Los funcionarios esperan con optimismo que las condiciones globales mejoren el año próximo, aunque prevén una declinación en la producción del esencial sector petrolero. (Calculan una baja de 3.8%, y una caída de 8.6 en las exportaciones.)

Reflejando la desaceleración, la producción industrial cayó 0.2% anual en julio, tercer mes consecutivo de reducción. Si bien los fabricantes orientados a la exportación resultaron perjudicados, existen algunos factores compensatorios. Por ejemplo, México se beneficia de algunos traslados de la producción fabril estadunidense, en particular de automóviles, hacia el sur de la frontera. Al mismo tiempo, sin embargo, el debilitamiento de la producción nacional reduce la producción de las empresas orientadas al mercado interno, pues la creciente inflación erosiona el ingreso real de los hogares, a lo cual contribuyen también la menguante creación de empleos y la merma en las remesas (a medida que se profundiza la crisis en EU). El apoyo a la producción manufacturera derivado del crecimiento de la participación mexicana en el mercado automotriz de EU se perderá conforme la demanda se reduzca, y la producción petrolera también seguirá en declive.

También el sector de la construcción ha sido débil en la primera mitad de 2008. La demanda de vivienda se ha moderado, aunque probablemente haya cierta compensación al acelerarse la inversión del gobierno como parte del paquete de estímulos económicos, así como por los proyectos de reconstrucción en Tabasco. EIU prevé que el crecimiento de la producción industrial total del país disminuirá a 1.2% este año y a 1% en 2009, de 1.8% que fue en 2007.

Pese al programa de inversión gubernamental, que se dirige sobre todo a infraestructura, el presupuesto de 2009 en realidad prevé un aumento menor en el gasto público para 2009 que el que el Congreso aprobó para este año (9.8%). Y la mayor parte del incremento de 5.7% irá al rubro de seguridad. (El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, sostuvo recientemente que el crimen y la violencia sobrepasan otros retos económicos del país y cuestan cada año un punto porcentual del PIB, a causa de la pérdida de ventas, empleos e inversión.)

Buenos deseos

Carstens ha dicho que México probablemente habría crecido 4% en 2008 si no fuera por los problemas en los mercados de vivienda y crédito en EU. Sin embargo, la predicción oficial de una elevación en el crecimiento económico a partir del cuarto trimestre de este año podría no ser más que un buen deseo. Supone que el mercado de vivienda en EU comenzará a recuperarse y que la producción industrial del país vecino se incrementará el año próximo, aunque su tasa de crecimiento global se mantendrá sin cambio.

Sin embargo, nosotros prevemos que la economía estadunidense experimentará condiciones recesivas en los próximos 12 meses y después se recuperará con lentitud. Anticipamos un crecimiento de apenas 0.6% en 2009, debajo de la expansión de 1.8% estimada para este año. Y dada la enorme crisis financiera y de crédito que ha estallado en las semanas recientes, en realidad la economía estadunidense podría debilitarse el año próximo aún más de lo que hoy suponemos.

En consecuencia, si bien prevemos que la economía mexicana se expandirá 2.3% en 2008, cerca de las predicciones oficiales, proyectamos un drástico decremento a 1.6% en 2009, conforme a nuestro pronóstico reducido para EU.

Reconociendo, evidentemente, los riesgos de reducción de sus propias expectativas de crecimiento, el Banco de México dejó sin cambio su tasa de interés de referencia el 19 de septiembre, haciendo una pausa luego de tres incrementos consecutivos. Apuesta a que la tasa de préstamo, de 8.25% actualmente, sea lo bastante alta para considerar la creciente inflación de este año, y que al dejarla así se evite un mayor desplome del consumo. Es probable que mantenga esa tasa el resto del año.

La forma en que EU atienda la crisis financiera y calme al mercado será clave para el panorama del año próximo. Si bien México, como otros países latinoamericanos, es mucho más resistente que hace una década, se verá afectado por la contracción de los mercados estadunidenses. La mayor reducción, además de la disminución en el crecimiento de EU, será consecuencia de una mayor aversión global al riesgo y condiciones menos favorables para obtener crédito del exterior, incluso para mercados emergentes con bases sólidas, como el de México.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

 
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