Usted está aquí: domingo 28 de septiembre de 2008 Política Insuficiente, la cobertura del programa Oportunidades, revela estudio del Coneval

■ Los planes federales no han reducido la pobreza: expertos de la UAM

Insuficiente, la cobertura del programa Oportunidades, revela estudio del Coneval

Mariana Norandi

Ampliar la imagen Para el investigador de la UAM-Xochimilco, Sergio de la Vega Estrada, la pobreza se divide en alimentaria, de capacidades y patrimonial, siendo esta última la que realmente está aumentando en el país. En la imagen, un indigente duerme bajo un puente en el Río de los Remedios Para el investigador de la UAM-Xochimilco, Sergio de la Vega Estrada, la pobreza se divide en alimentaria, de capacidades y patrimonial, siendo esta última la que realmente está aumentando en el país. En la imagen, un indigente duerme bajo un puente en el Río de los Remedios Foto: Alfredo Domínguez

Según los resultados de las evaluaciones 2007-2008 presentados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), aunque el programa Oportunidades atiende actualmente a cinco millones de familias, la cobertura no es suficiente y no llega a los hogares más pobres del país, al tener éstos menos acceso a un centro de salud o a una escuela.

En este sentido, el investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco (UAM-X) Sergio de la Vega Estrada aseguró que México no ha podido acabar con la pobreza mediante estos planes, porque “no todas las personas pobres se pueden beneficiar de programas como Oportunidades, ya que las que viven en condiciones más extremas y aisladas, en localidades que están a más de 10 kilómetros de una clínica o una escuela, quedan excluidos de los programas públicos porque, para el Estado, el costo-beneficio no es prudente”.

De acuerdo con estudios realizados por el investigador de la UAM- Iztapalapa, Enrique Hernández Laos, las remesas y las transferencias públicas otorgadas por el programa Oportunidades apenas han representado uno por ciento en la reducción de la pobreza; sin embargo, se observa que, si bien la magnitud y la intensidad de la pobreza en México continúan siendo extraordinarias, se está produciendo un cambio comparativo entre los ingresos de las personas sin instrucción, que son las más pobres, respecto a aquellos que tienen un nivel de estudios medio-superior.

“Los salarios de las personas sin instrucción está aumentando y los que tienen estudios de grado medio superior están empezando a disminuir, lo cual está impactando en los hogares más pobres. El salario es un precio, y si la oferta es mucha, el precio disminuye y viceversa. Esto quiere decir que lo que realmente está empezando a incidir en la pobreza no es una reactivación de la economía, ni la remesas ni el programa Oportunidades, sino el cambio de distribución del ingreso”.

Por su parte, De la Vega Estrada afirma que la pobreza hay que estudiarla en sus tres aspectos: alimentaria, que es aquella cuyo principal parámetro es la nutrición; capacidades (que se refiere a la cobertura de salud y educación) y patrimonial (relativo básicamente a la cobertura de necesidades de vivienda y transporte). El experto asegura que la pobreza alimentaria en México tiende a la baja; la pobreza de capacidades se mantiene estable, mientras que la patrimonial se incrementa.

Sostiene que el fenómeno que observa Hernández Laos referente al factor educación, tiene que ver con esta “pobreza patrimonial”, es decir, personas que en contextos paupérrimos han logrado mayor escolaridad y, sin embargo, este progreso no se refleja en el aumento del salario.

Por ello, agrega, cuando el gobierno o el Coneval afirman que la pobreza está disminuyendo, se refieren básicamente a la alimentaria y, aunque en sus evaluaciones diferencian estas “pobrezas”, a la hora de presentar resultados las suman y, entonces, afirman que el índice baja.

El investigador señala que Oportunidades, y los programas sociales federales en general, ubican la pobreza en el sureste del país, porque ahí se presenta la alimentaria relacionada con la marginación; sin embargo, también se requiere atender la de tipo patrimonial, que se localiza principalmente en el norte del país.

“Hay que cambiar la noción de los programas y ver que la pobreza patrimonial se relaciona con un desarrollo regional asimétrico de la economía de México.”

Una de las recomendaciones emitidas por el Coneval a Oportunidades es que éste podría tener complementariedades y sinergias con otros planes federales, como el Programa Social de Leche. En este tema, Hernández Laos explica que sería conveniente que Oportunidades siguiera esta recomendación; sin embargo, a veces la sinergia de programas federales abre la puerta a la corrupción, ya que por “amiguismo” hay familias que se benefician de varios programas sin tener la necesidad, perjudicando a quienes realmente los requieren.

“He sabido de familias que estaban hasta en 14 programas distintos; por lo tanto, es cierto que hay quienes se podrían beneficiar de más de un programa, pero habría que buscar la manera de encontrar el mecanismo que evite la corrupción.”

 
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