■ Jaime Rosales presentó su filme Tiro en la cabeza, en Donostia
Realizador catalán explora la violencia en el País Vasco
San Sebastián, 23 de septiembre. El realizador catalán Jaime Rosales presentó en el festival de San Sebastián su largometraje Tiro en la cabeza, en el cual aborda el tema de la violencia en el País Vasco.
“El impacto que pueda tener la cinta es diferente para los que viven el problema y para el público extranjero. Sin embargo, la solución sí tendrá un efecto positivo para el resto del mundo”, explicó.
Basada en un hecho real, en el ámbito local la cinta ha provocado cierta polémica, pues “aunque sí fueron grabados, los diálogos no se escuchan, dándole total importancia al gesto, a lo visual.
“Creo –prosiguió Rosales– que el filme va a ser útil. Ahora bien, en el estado actual de las ideas estamos atascados, dando vueltas siempre sobre las mismas posibles soluciones. La película, en primera instancia, es desconcertante. Creo que he creado un objeto de no fácil adhesión ideológica. La cinta quiere de alguna manera desactivar la idea de que los conceptos y dinámicas que se manejan actualmente no nos van a llevar a una solución.”
El humor, cuestión muy seria
Por otra parte, los directores franceses Benoit Delèpine y Gustav Kerven confirmaron aquí que el humor es una cuestión muy seria, con la proyección de su hilarante filme Louise-Michel, con el que se perfilan para optar por la Concha de Oro.
Aplaudida desde la primera escena, el estilo de los dos creadores, explicado por ellos mismos entre veras y bromas, “se encuentra entre lo que hacen los hermanos Bardem y los Coen”.
Conocidos en Francia por su programa de humor en la televisión, el cual lleva más de 15 años al aire, en ésta su tercera cinta, Delèpine y Kerven encadenan una serie de secuencias hilarantes para contar la historia de cómo un grupo de trabajadoras son despedidas. Escandalizadas, pero realistas, deciden juntar sus ridículas indemnizaciones para autoemplearse.
Luego de considerar varias propuestas, Louise, la más radical, plantea contratar a un sicario para matar al jefe, responsable de que haya desaparecido la fábrica. Michel, el “asesino” contratado, quien vive en una casa rodante, resulta ser un cobarde mitómano.
“Hicimos esta película para exponer con cierto humor negro cómo la economía global rige al mundo. Hemos intentado que la gente reflexione sonriendo. Hoy no existe juez que se atreva a atacar los poderes económicos, porque todos los jueces que han intentado hincarle el diente a los paraísos fiscales, por ejemplo, han tenido que ser removidos.”
En esta comedia, Louise y Michel matan primero a uno y luego a otro, “pero siempre se equivocan de persona. Quisimos plantear que el problema del poder económico nunca se soluciona.
“Nuestra propuesta no creemos que sea violenta, más bien consiste en no dejar que nos manipulen y que debemos recurrir a la solidaridad humana.”