Usted está aquí: martes 23 de septiembre de 2008 Sociedad y Justicia Piden retirar comida chatarra de escuelas

■ Firman industriales código autorregulatorio

Piden retirar comida chatarra de escuelas

José Antonio Román

Ampliar la imagen Botargas vegetales de organizaciones que protestaron frente a la SEP, en el Centro Histórico Botargas vegetales de organizaciones que protestaron frente a la SEP, en el Centro Histórico Foto: Ap

Con la exigencia de que los alimentos chatarra se retiren de las escuelas, como medida urgente y básica para enfrentar el deterioro de los hábitos alimentarios de los escolares, diversas organizaciones civiles encabezadas por El Poder del Consumidor se manifestaron frente a las instalaciones de la Secretaría de Educación Pública (SEP), y responsabilizaron a la titular de la dependencia, Josefina Vázquez Mota, de ser uno de los principales obstáculos para que lo anterior se lleve a cabo.

Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, dijo que diversos estudios realizados por entidades públicas concluyen que en México las escuelas se han convertido en fábricas de obesos, y destacó que una causa principal es la venta de comida chatarra, es decir, alimentos y bebidas no recomendables para niños y jóvenes.

Con botargas de personajes creados por esa organización, como sana zanahoria y sana manzana, se manifestaron frente a la sede de la SEP, en el Centro Histórico, donde criticaron “la complicidad” de las autoridades educativas del país con empresas refresqueras o de comida chatarra, a las cuales, con el argumento de “mejoras en los planteles educativos” se les permite permanecer en ellas con productos de muy mala calidad alimenticia.

El director de El Poder del Consumidor, incluso dijo que su organización ya había advertido en septiembre de 2007 que la titular de la SEP “estaba haciendo el juego” a Pepsico y Coca-Cola, y fortaleciendo el posicionamiento de estas empresas en las escuelas, al acoger sus campañas Vive saludable escuelas y Movimiento bienestar, respectivamente, las cuales fueron presentadas engañosamente como programas de promoción de la actividad física y los buenos hábitos alimentarios.

Publicidad autorregulada

Por otro lado, la industria de los alimentos y bebidas firmó un código de autorregulación publicitaria dirigida al público infantil, denominado Código Pabi, que –según los empresarios– pretende contribuir en el combate al sobrepeso y la obesidad, que afectan particularmente a ese sector de la población, aunque no plantea una reducción en la frecuencia de anuncios de dichos productos, sino únicamente la eliminación de mensajes engañosos.

Dicho código tampoco implica sanciones económicas para las empresas que continúen con atribución de bondades inexistentes en la promoción de los productos de consumo, como sí sucede en España, país que se tomó como modelo y donde se fijan sanciones de hasta 180 mil euros, y que cuenta con órganos de representación que examinan los anuncios antes de ser transmitidos en los medios de comunicación.

Durante la firma del acuerdo, que entrará en vigor el primero de enero del próximo año, el secretario de Salud, José Ángel Córdoba Villalobos, recordó que México ocupa el segundo lugar mundial en sobrepeso y obesidad, e indicó que, en promedio, los niños ven 12.5 horas de televisión a la semana, que se traducen en 61 anuncios publicitarios por día y unos 22 mil al año.

De éstos, cerca de 42 por ciento promueven alimentos, 39 por ciento golosinas, 12 por ciento frituras, 9 por ciento bebidas azucaradas, 8 por ciento galletas y 7 por ciento pastelillos. El funcionario subrayó que entre estos productos aparecen leyendas instantáneas con mensajes “que nos dicen: aliméntate bien, come frutas y verduras”. En contraste, expresó, los anuncios relativos a agua, frutas y verduras se transmiten raramente.

Agregó que 40 por ciento de productos dirigidos al público infantil fomentan el consumo de alimentos que propician la obesidad, al consumirse en exceso. Más de la mitad de ellos, apuntó, no serían recomendables como parte de una dieta saludable, por ejemplo, para controlar el peso.

El funcionario federal señaló que aunque no es posible vincular directamente la promoción de alimentos con la creciente tasa de obesidad en México, sí se cuenta con evidencia científica que sugiere que es un factor influyente muy importante.

Finalmente, dijo que la obesidad infantil es uno de los principales problemas que enfrentará México durante el siglo XXI, lo que podría llevar a una disminución en la esperanza de vida.

Con información de Erika Duarte

 
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