Usted está aquí: martes 23 de septiembre de 2008 Economía El hampa tiene en jaque a Calderón

Economist Intelligence Unit

México

El hampa tiene en jaque a Calderón

Ampliar la imagen Los embates del crimen organizado han obligado a reuniones urgentes del gabinete de seguridad, encabezado por el presidente Felipe Calderón Los embates del crimen organizado han obligado a reuniones urgentes del gabinete de seguridad, encabezado por el presidente Felipe Calderón Foto: Guillermo Sologuren

La crisis de seguridad gravita pesadamente sobre el gobierno de Felipe Calderón. La incidencia de crímenes y muertes violentas continúa elevándose y por toda la nación se reclaman acciones gubernamentales más eficaces. Las autoridades reconocen que, más allá del impacto social, la inseguridad y la violencia tienen un costo económico. Desde el punto de vista político, la ola delictiva es también perjudicial: podría costarle muy caro al partido gobernante en las elecciones intermedias de 2009.

Además del crimen callejero común, el número de secuestros en el país ha crecido con velocidad, casi 40% entre 2005 y 2007, según las estadísticas oficiales, que no reflejan muchos secuestros que no se reportan. En fecha reciente la atención se enfocó en el caso de Fernando Martí, de 14 años, hijo de un acaudalado hombre de negocios. Fue secuestrado en junio y su cadáver fue localizado en la cajuela de un automóvil el 1º de agosto.

En total, ha habido alrededor de 3 mil homicidios en lo que va del año, la mayoría relacionados con el narcotráfico. Hace poco se agregaron a la lista el asesinato de una familia completa, niños inclusive, y el descubrimiento de 12 cuerpos decapitados en el estado de Yucatán.

Después de las manifestaciones a escala nacional, a principios de septiembre la policía federal efectuó una serie de las detenciones de prominentes jefes de la droga en el estado de Tabasco, y encontró y detuvo también a cinco personas, entre ellas el líder de la banda que aparentemente secuestró y asesinó a Martí. Sin embargo, como el cabecilla es un ex policía, la detención sirvió para resaltar el nivel de participación de la propia policía y las fuerzas de seguridad mexicanas en actividades criminales.

En efecto, entre los detenidos en Tabasco estaban el titular de la comandancia de la Policía Federal Preventiva, el director de la policía estatal, el director de seguridad pública municipal y cinco comandantes del municipio de Cárdenas, todos acusados de estar en la nómina del cártel del Golfo. La Procuradoría General de la República (PGR) dice que casi 200 funcionarios tabasqueños han recibido sobornos de jefes de la droga y de un grupo paramilitar vinculado con el narcotráfico, Los Zetas.

Ejército y otros esfuerzos

Esas detenciones destacan cuán arraigada está en México la corrupción relacionada con el tráfico de drogas, y lo difícil que será cambiar la situación. Después de tomar posesión, en diciembre de 2006, Calderón lanzó una agresiva campaña militar contra el crimen organizado al movilizar cerca de 45 mil elementos militares y policías en varias ciudades del país. Sin embargo, la situación no mejora.

Los gastos gubernamentales para prevenir el delito y el sistema de justicia se elevarán. En el presupuesto para 2009 que se sometió al Congreso a principios de septiembre el gobierno propone un aumento total de 30% en gastos de seguridad, que incluye 50% más para la Secretaría de Seguridad Pública, 25% extra para la Suprema Corte, 20% adicional para la Defensa y 13% más para la Marina.

Además, políticos y especialistas en seguridad han anunciado un plan de 74 puntos de emergencia que se enfoca en el despido de policías corruptos, armas más potentes para las fuerzas de seguridad, construcción de nuevos reclusorios y mejor detección del lavado de dinero y tráfico de drogas. Sin embargo, esas medidas, que reflejan viejas promesas, quizá no tengan ningún impacto inmediato si se considera el nivel de los retos y las debilidades institucionales no sólo de las fuerzas de seguridad, sino también del sistema de justicia.

Fallas de las políticas

Mientras tanto, la falta de avances tangibles en seguridad afecta las calificaciones aprobatorias de Calderón. En adelante, la autoridad presidencial dependerá en gran parte de su capacidad de obtener mejoras de esta área. Los votantes bien podrían alejarse del gobernante Partido Acción Nacional (PAN) durante las elecciones intermedias de julio de 2009.

La violencia también tiene impacto económico, ya que afecta a los negocios y a la inversión y obliga al gobierno a invertir enormes cantidades en seguridad. El secretario de Hacienda, Agustín Carstens, declaró hace poco que el crimen y la violencia le cuestan a México un punto porcentual del crecimiento del PIB anual, como resultado de la pérdida de ventas, empleos e inversión. El crimen incrementa los gastos empresariales en 5-10% anual, indicó Carstens.

El crimen también distrae la atención de otras prioridades del gobierno. Entre éstas están las reformas propuestas por Calderón al sector energético, que actualmente se discuten en el Senado. Aunque las agendas de seguridad y energética no se relacionan mayormente, cualquier debilitamiento de la posición política del gobierno por el tema del crimen puede envalentonar a la oposición para oponerse a otras de sus iniciativas. De hecho, los partidos de oposición han demostrado su poder durante las negociaciones de la reforma energética.

Al final, la crisis de seguridad agrava las preocupaciones económicas que afligen al gobierno. En agosto, la tasa de inflación llegó a su punto máximo en cinco años: 5.6%, que ha rebasado durante seis mes sucesivos la meta de 2-4% del banco central. El alto costo de alimentos, bebidas y tabaco (principales componentes del índice de precios al consumidor) ha provocado el aumento; los precios de estos componentes se elevaron 8.9% anual a agosto.

El crecimiento económico se desacelera, en gran parte debido a la reducida demanda del mercado estadunidense. Hacienda ha modificado su pronóstico de crecimiento para 2008 a 2.8 %, por debajo de la cifra anterior de 3.7%, luego que la economía creció 2.8% durante el segundo trimestre. EIU espera que el crecimiento del PIB aumente 2.3% en 2008, pero por ahora pronostica una disminución a 1.6% durante 2009.

Si los niveles de apoyo de Calderón se deterioran, sobre todo en 2009, debido a la creciente inseguridad y a una economía en retroceso, la capacidad del gobierno para promover su programa legislativo y mantener sus curules en el Congreso en las elecciones intermedias se verá disminuida de manera considerable.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

 
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