Usted está aquí: domingo 21 de septiembre de 2008 Política Provoca histeria la caída del sistema en Wall Street

■ “El libre mercado ha muerto”, proclaman

Provoca histeria la caída del sistema en Wall Street

David Brooks (Corresponsal)

Nueva York, 20 de septiembre. Se podría decir que aquí se cayó el sistema, lo cual provocó todo tipo de gritos y exabruptos, desde denuncias de que “el libre mercado ha muerto” hasta lamentaciones de que Estados Unidos ya se ha sumado a la lista de aquellos países del tercer mundo que requieren de un “ajuste estructural” por el Fondo Monetario Internacional.

De hecho, la crisis es tan severa que provocó una suerte de consenso entre izquierdistas y derechistas quienes proclamaron que el país se ha vuelto, en efecto, socialista (aunque por supuesto discrepan sobre el significado de eso).

“En lugar de celebrar el 4 de julio (Día de la Independencia) el año próximo, los estadunidenses estarán celebrando el Día de la Bastilla; el mercado libre para todo propósito está muerto en Estados Unidos”, declaró el conservador senador republicano Jim Bunning, de Kentucky, a fines de esta semana. Al responder sobre la propuesta de un rescate del sector financiero, dijo que eso “nos quitará el libre mercado e instituirá el socialismo en Estados Unidos”.

Varios críticos progresistas han afirmado que esto es “socialismo para los ricos, capitalismo para todos los demás”. O como comentó Robert Bryce, autor de un libro sobre la crisis de Enron: “lo que está sucediendo aquí es una privatización de las ganancias y la socialización de los costos”.

“Estimado Estados Unidos, ¡bienvenido al Tercer Mundo! No todos los días hay un superpoder que opta transformarse en una nación del tercer mundo, y nosotros aquí en el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional queremos ser entre los primeros en darte la bienvenida a la comunidad de estados en necesidad desesperada de la asistencia económica internacional. Al descender en un derretimiento financiero catastrófico, nos complace responder a la solicitud de su Departamento del Tesoro de realizar una evaluación conjunta de estabilidad de su sector financiero. En estos tiempos turbulentos, podemos ofrecer desde préstamos subsidiados a asesores expertos dispuestos a llevar a cabo una renovación de su gobierno entero”, escribe Rosa Brooks, una columnista del Los Angeles Times, en una carta que se imagina podría ser enviada en esta coyuntura por las famosas instituciones multilaterales.

Agrega, en voz del FMI, que espera que Estados Unidos no se sienta “avergonzado” mientras se evalúa su economía y se recomiendan ciertos cambios, al igual que se hizo con Argentina, Indonesia, Sudán y otros. Señala, en referencia a este país: “tus políticas de desregulación gubernamental irresponsable en sectores críticos te permitieron rápidamente desarrollar una crisis energética, una crisis de vivienda, una crisis de crédito y una crisis del mercado financiero, todo a la misma vez, acompañado de (y parcialmente causado por) niveles impresionantes de corrupción y especulación”.

Concluye: “Tal vez esta carta te llega como una sorpresa, y aún no estás listo plenamente para sumarte al Tercer Mundo. No te preocupes. Aunque tal vez no te diste cuenta, te has estado preparando para este momento durante años”.

Mientras que calles de los pueblos donde residen los capitanes de la industria financiera parecían desiertos al estallar la crisis esta semana, los BMW, Mercedes Benz y Lexus transportaban a los jefes ejecutivos de Wall Street a reuniones de emergencia con las autoridades para ver cómo podrían ser rescatados de su propia trampa. Algunos comentan que podría ser un buen rato antes de que muchos de ellos se presenten en foros y conferencias aquí y países como México o Brasil para ofrecer sus recomendaciones sobre cómo manejar la economía y ofrecerse como ejemplos a seguir.

“¿Usted es capaz de manejar una empresa perfectamente buena de 158 años y volverla polvo? Si es que sí, entonces tal vez usted no está ganando todo lo que se merece”, escribe Nicholas Kristof, un columnista del New York Times, y pone el ejemplo de Richard Fuld, ejecutivo en jefe de Lehman Brothers, el banco de inversiones que fue llevado a la quiebra hace una semana. Señala que Fuld ganó casi 500 millones de dólares entre 1993 y el 2007, y que sólo en ese último año sus ingresos personales fueron de 45 millones. “Eso equivale a aproximadamente 17 mil dólares la hora para destruir una empresa”, afirma Kristof.

Mientras tanto, otros son más modestos en responder ante la crisis y el rescate. Una carta de un lector al New York Times publicada ayer dice: “Estimado Sr. Bernanke y Sr. Paulson (el presidente de la Reserva Federal y el secretario del Tesoro, respectivamente): mis préstamos estudiantiles son demasiado grandes y eso está dañando a la economía. Por favor, ¿me podrían rescatar? Necesito 92 mil dólares. Gracias”.

Estados Unidos, entre nacionalizaciones realizadas por los propios campeones y voceros mundiales del libre mercado, está sufriendo una crisis de identidad.

 
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