■ En sus creaciones refleja la inquietud por el callejón sin salida en el que se halla el hombre

Consumismo y glorificación de la tecnología, temas de la obra plástica de Javier Saavedra

■ La mejor cualidad de una obra es comunicar ideas intangibles, explica

■ La muestra, integrada por 17 pinturas y nueve carboncillos, se exhibe en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles

Alondra Flores

Nuestras sociedades se mueven cada vez más hacia una peligrosa glorificación de la tecnología y el consumismo, advierte el pintor Javier Saavedra, a quien inquieta que la humanidad se encamine hacia un callejón sin salida en términos de supervivencia, temor que protagoniza su próxima exhibición en la casa de Cultura Jesús Reyes Heroles.

La muestra, integrada por 17 pinturas de mediano formato y nueve dibujos en carboncillo, carece de título. Sin embargo, la obsesión recurrente hacia ciertas ideas unen las obras que durante su creación fueron encarnándose de manera individual. “Quizá si quisiera englobar la muestra bajo un título, podría ser Expresiones existenciales”, sugiere el artista mexicano con 23 años de trayectoria.

Formas geométricas en una variedad de tonalidades mates se distorsionan en un abstracto que remite hacia el camino al que el hombre dirige su mundo material y el de las ideas. Así, encontramos un asteroide con el planeta como fondo, árboles que se desbordan del suelo, manos que huyen de la extinción y pensamientos que rompen con violencia.

En una reflexión sobre su obra más reciente, Saavedra considera que hay una suave transición hacia bocetos imaginativos más minuciosos y calculados, donde predomina la fusión entre las figuras y el fondo. En sus anteriores exposiciones, 10 individuales y 23 colectivas en Chicago, París, Madrid, ciudad de México y varias entidades del país, los objetos se mostraban francos, naturales y coloridos.

“Aún soy un pintor figurativo”, se define Saavedra. La evolución apunta hacia formas más despreocupadas por la definición, “me parece que el insinuar más y definir menos puede hacer más interesante un cuadro, pues invita al espectador a participar activamente en su lectura”.

Algunos objetos que marcan el punto de partida en el lienzo son en su mayoría orgánicos, como rocas, conchas, maderas y huesos, “porque me remiten al apego por la tierra y lo natural”, explica Saavedra.

“Me siento muy atraído hacia los objetos volumétricos y sólidos con límites más claros; estas tendencias establecen últimamente cierta tensión durante el proceso de pintar.”

Pero son las ideas y la necesidad de expresar lo que indica el principio “quizá lo más delicado y elusivo de todo el proceso creativo”. Las ideas, las preocupaciones, las angustias son fundamentales, sin ser expuestas en la obviedad, como en su obra más reciente.

“No creo en la pintura como simple medio para ilustrar las ideas. La mejor cualidad que puede tener la pintura es comunicar ideas intangibles a nivel subjetivo”, afirma el artista, nacido en la ciudad de México en 1962.

Por ejemplo, relata Saavedra, el cuadro La sobreviviente está inspirado en la vida de Ayaan Hirsi Alí, feminista somalí que vive oculta por sus críticas al Islam, y en el que expresa la terrible situación de muchas mujeres en el mundo. “Mucho de ese sentimiento se transparenta en el título y en el lienzo, pero tampoco pretende ser una ilustración de una biografía, sino una metáfora más abierta”, explica Saavedra, quien también da paso a la ironía en Ascenso a la humanidad, que cada vez le es más difícil vivir en armonía y paz consigo misma. La obra de Saavedra se expondrá del 2 al 4 de octubre en la Casa de Cultura Jesús Reyes Heroles, en Francisco Sosa 202, Barrio de Santa Catarina, Coyoacán.