■ Caluroso recibimiento a paralímpicos
Ávila y Ruvalcaba desean competir vs. convencionales
Apenas regresaron ayer de Pekín con el deber cumplido, los medallistas paralímpicos prometen nuevos desafíos para Londres 2012, como los judocas Eduardo Ávila y Lenia Ruvalcaba, quienes desean competir ahora contra los deportistas convencionales.
La idea, revelaron los dos jaliscienses, surgió en territorio asiático, motivados por el título que ganó él y la plata de ella, pues consideran que su limitación visual no les impedirá alcanzar el sueño en la justa británica.
“Será un poco difícil, porque en México los deportistas paralímpicos no participan en los Juegos Olímpicos. En otros países, una chica que no tiene una pierna participó en aguas abiertas en Pekín y creo que nosotros sí podemos”, señaló Avila, al referirse a la sudafricana Natalie du Toit, ganadora de cinco títulos en natación en la categoría de amputados.
Ante el reto que se proponen, los medallistas en las divisiones de menos de 73 y 70 kilogramos, respectivamente, el entrenador Hilario Ávila, padre de Eduardo, comentó que “es factible” que a los dos judocas los dejen participar, porque las dos federaciones lo permiten (paralímpica y convencional), ya que “su discapacidad no es limitante”, añadió.
Por lo pronto, los atletas avizoran que esto es sólo el comienzo de muchos proyectos en puerta, aunque el compromiso inmediato es el Campeonato Nacional, donde Lenia pretende arrebatar el cetro a la chihuahuense Nida Cordero y cumplir el ciclo en el deporte convencional.
Sorprendidos por el caluroso recibimiento de sus familiares en una fría madrugada, en la Terminal 2 del aeropuerto capitalino, el primer grupo encabezado por el nadador tricampeón Juan Ignacio Reyes señaló que todo afortunadamente se dio bien.
Con porras y mantas de apoyo, Juanito estaba feliz. “Esto es como un sueño y me llena de emoción para pensar en Londres 2012. Tendré 26 años y espero llegar en mejor forma”, dijo el recordista mundial en 50 dorso categoría S4, con un crono de 42.71 segundos.
Los paralímpicos calificaron como excelente la participación de México en Pekín con las 20 preseas obtenidas, 10 de ellas de oro, en una cita en la que por vez primera se fusionaron todas las categorías para que el nivel competitivo fuera más alto.