Usted está aquí: viernes 5 de septiembre de 2008 Mundo Cometió genocidio la dictadura militar argentina, dice la escritora Pilar Calveiro

■ Investiga la justicia crímenes de lesa humanidad en Mansión Seré

Cometió genocidio la dictadura militar argentina, dice la escritora Pilar Calveiro

Stella Calloni (Corresponsal)

Buenos Aires, 4 de septiembre. En un doloroso testimonio ante la justicia que investiga los crímenes de lesa humanidad cometidos en el centro clandestino de detención Mansión Seré, la politóloga, investigadora y escritora argentina Pilar Calveiro, que vive en México, habló de un genocidio durante la pasada dictadura militar y demostró la existencia de un circuito de la muerte en este caso manejado por la fuerza aérea argentina.

En esta causa contra los responsables de Mansión Seré declaró también el sociólogo Claudio Tamburrini, quien vive en Suecia y junto con otros compañeros protagonizó un célebre escape de ese lugar, relatado en un libro, base de la película Crónica de una fuga. Estremecedores fueron los relatos de estos últimos días.

Calveiro, cuyo compañero Horacio Campiglia fue secuestrado en Río de Janeiro a principios de 1980 y desaparecido en el contexto de la Operación Cóndor, declaró junto a Zoraida Martín y Alejandra Taddei, también sobrevivientes de Mansión Seré, quienes relataron las torturas a las que fueron sometidas y el calvario que vivieron durante aquellos días.

En el caso de Calveiro, fue secuestrada cuando era adolescente, en mayo de 1977 en San Antonio de Padua, al oeste de esta capital, y aunque resistió a sus captores finalmente fue llevada a Mansión Seré –hoy un Museo de la Memoria– y luego a la comisaría de Castelar, y en ese circuito del horror fue “prestada” por la fuerza aérea a los marinos de la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (Esma) y también pasó por la casa del Servicio de Inteligencia Naval.

Todo lo recordó Calveiro: “No faltaba un torturador cristiano que rezaba y confortaba a la víctima, instándola a que tuviera fe en Dios mientras era atormentada”.

Dos días después de haber llegado a Mansión Seré logró levantarse la venda, mirar por una ventana y ubicar dónde estaba y otros datos que la llevaron a tratar de fugarse. Se arrojó por una ventana, pero en la caída sufrió numerosas fracturas y fue rápidamente recapturada y llevada dos días después con signos de torturas al hospital aeronáutico. “Era evidente para todos que yo era una secuestrada”, denunció.

De allí fue trasladada a la comisaría de Castelar, donde actuaba otro grupo de la aeronáutica. El circuito del horror la llevó a la Esma, y dos meses después fue trasladada nuevamente a la comisaría de Castelar.

Esto determinó para los jueces el entramado de una ruta que unía a varios centros clandestinos de detención y la articulación entre los diferentes grupos de tareas. “Mansión Seré era un lugar de primera detención. Era un circuito”, dijo Calveiro, y recordó que la comisaría de Castelar era una “especie de destino final para muchos”.

Por su parte, Zoraida Martín, quien juró ante el tribunal por “los 30 mil desaparecidos”, relató que tenía 17 años en enero de 1977 cuando fue secuestrada en la provincia de Mendoza y trasladada en avión a la base aérea de Palomar, y después a Mansión Seré.

“Para mí funcionó claramente el circuito represivo del oeste porque lo viví en carne propia. Me trasladaron de un lugar a otro... Puedo decir que fue un genocidio porque mis compañeros no están”.

Para los familiares de las víctimas y los sobrevivientes del horror asistentes al juicio, fue un doloroso regreso al infierno que vivieron como prisioneros.

Entre los militares de la fuerza aérea imputados están altos oficiales como César Comes, Hipólito Mariani y Alberto Pedro Barda.

 
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