Usted está aquí: miércoles 3 de septiembre de 2008 Economía Inaugura Lula extracción de crudo en aguas ultraprofundas

■ Nuevos yacimientos elevarán en 50% las actuales reservas

Inaugura Lula extracción de crudo en aguas ultraprofundas

■ En cuatro años deberán invertirse 600 mdd, estiman analistas

Reuters, Afp y Dpa

Ampliar la imagen El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, posa con trabajadores de Petrobras en la plataforma P-34, frente a costas del estado Espirito Santo, desde donde arrancó la extracción de nuevos yacimientos petroleros El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, posa con trabajadores de Petrobras en la plataforma P-34, frente a costas del estado Espirito Santo, desde donde arrancó la extracción de nuevos yacimientos petroleros Foto: Reuters

Río de Janiero, 2 de septiembre. El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, inauguró este martes la extracción de petróleo en los nuevos yacimientos descubiertos en aguas ultraprofundas, con cuya renta espera mejorar la educación y erradicar la pobreza de Brasil.

Lula abordó la plataforma P-34 de la estatal Petrobras y recogió muestras del crudo del campo Jubarte, frente a las costas del estado Espirito Santo, extraído de un yacimiento a 4 mil 400 metros de profundidad y bajo una capa de sal de entre 100 y 200 metros. La P-34 extraerá unos 15 mil barriles diarios de ese pozo.

Este es considerado por Petrobras una especie de “escuela” para afrontar los desafíos de la explotación de los nuevos yacimientos que tardarán años en entrar en operación y requieren tecnología especial. Petrobras espera en marzo impulsar una explotación experimental similar en el campo Tupi, en la Cuenca de Santos (550 kilómetros al noreste de Río de Janeiro), que se calcula debe tener entre 5 mil y 8 mil millones barriles de petróleo, a 6 mil metros de profundidad y bajo una capa de sal de más de mil metros.

Tupi fue el primero de los nuevos yacimientos anunciados por Petrobras a fines del año pasado, y de confirmarse su potencial aumentaría en 50 por ciento las actuales reservas de 14 mil millones de barriles. Si además se confirman las reservas de los otros yacimientos a lo largo de una franja de costa de 800 kilómetros, el país se erigiría en uno de los mayores productores mundiales de crudo.

Lula ha saludado el descubrimiento de estos campos como una “bendición de Dios” y se propone revisar las normas actuales de prospección y explotación de hidrocarburos a fin de que el Estado brasileño gane más dinero. Lula ha insistido que los fondos de esos nuevos recursos deberán ser volcados para combatir la pobreza y mejorar la educación.

Sin embargo, el camino a recorrer es muy largo. Acceder a ese tesoro exigirá elevadas inversiones y con ello deberá determinarse si las extracciones serán rentables, reconocen ejecutivos de Petrobras.

Analistas han estimado en 600 mil millones de dólares las inversiones necesarias en al menos cuatro años, cifra considerada sobredimensionada por Petrobras. La petrolera también afirma que dispone de la tecnología necesaria. “No hay barreras tecnológicas para producir en las áreas de pre-sal (como se han bautizado los nuevos yacimientos ubicados a miles de kilómetros bajo el mar y bajo una gruesa capa de sal) de la Cuenca de Santos”, donde están los campos potencialmente más ricos, dijo Guilherme Estrella, gerente de explotación y producción de Petrobras.

La petrolera estatal tiene previstas inversiones por 112 mil 400 millones de dólares hasta 2012, pero el presidente de la compañía, Sergio Gabrielli, ya indicó que esas inversiones deberán aumentar con los nuevos yacimientos. Mientras, el gobierno busca cómo asegurarse una ganancia mayor que la que le garantiza la actual ley del petróleo.

Las propuestas serán presentadas al presidente Lula a fines de este mes. Una idea es crear una nueva empresa estatal que se encargaría de administrar la explotación de los nuevos yacimientos; otra prevé aumentar la participación del Estado en Petrobras, que tiene 60 por ciento de su capital en acciones (aunque está controlada por el Estado). Otra posibilidad sería mantener el sistema actual de licitaciones pero aumentar los royalties e impuestos que deberían pagar las empresas que liciten la explotación. Mientras diseña el nuevo régimen, el gobierno suspendió las subastas de campos petroleros de esas áreas.

 
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