Usted está aquí: martes 2 de septiembre de 2008 Mundo Escándalo en Brasil por supuesto espionaje telefónico en los tres poderes del Estado

■ Lula separa de sus cargos a jefes de la agencia local de inteligencia

Escándalo en Brasil por supuesto espionaje telefónico en los tres poderes del Estado

Reuters y Afp

Brasilia, 1º de septiembre. El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, separó este lunes de sus cargos a los altos mandos de la Agencia Brasileña de Inteligencia (Abin), hasta que concluya una investigación sobre una denuncia de que la entidad espió al titular de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Gilmar Mendes, y a varios legisladores.

El presidente tomó la decisión, como habían reclamado políticos oficialistas y opositores, luego de que el gobierno fue sacudido por un reportaje de la revista Veja, que denunció el caso el pasado fin de semana.

Lula apoyó un pedido del jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, general Jorge Armando Felix, al ministro de Justicia, Tarso Genro, para que la policía federal investigue el caso, dijo un comunicado de prensa de la presidencia.

Lula también dispuso que el Ministerio de Justicia elabore, junto a la SCJ, un proyecto de ley que endurezca la responsabilidad administrativa de los agentes públicos que intercepten ilegalmente conversaciones telefónicas.

Veja reportó que la Abin espió al presidente de la SCJ. El semanario publicó la transcripción de una conversación de Mendes con un legislador.

Según la revista, un agente de la Abin que entregó la transcripción, dijo que tales intervenciones telefónicas ilegales de autoridades eran comunes y que también incluyeron al jefe del Senado y a dos miembros del gabinete.

Lula se reunió hoy con Mendes y el jefe de Abin por tres horas antes de ordenar la investigación policial.

En la reunión, “el presidente manifestó indignación y preocupación” ante la posibilidad de que hayan existido escuchas ilegales, dijo a la prensa el vocero de Lula, Marcelo Baumbach.

Dirigentes oficialistas y opositores condenaron el supuesto espionaje como un ataque a la democracia y una vuelta a los días de la dictadura militar de Brasil (1964-1985), cuando los servicios de inteligencia descubrían a disidentes, algunos de los cuales fueron torturados o muertos.

Mendes reaccionó duramente denunciando “un descontrol del aparato estatal”. Una comisión especial del Parlamento convocó al jefe de seguridad de la Presidencia del país, el general Jorge Félix, para que este martes explique las denuncias.

“La denuncia es grave pues habla de escuchas en los tres poderes”, dijo el consultor del centro de estudios Santafe Ideias, Carlos Lopes.

 
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