■ Fue denunciado por su hija de 14 años, por violencia familiar
Detienen a ex dueño del Lobohombo
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Después del incendio en la discoteca Lobohombo, el 19 de octubre de 2000
Foto: Guillermo Sologuren
Por una denuncia de maltrato hecha por su propia hija, Alejandro Iglesias Rebollo, quien era dueño de la discoteca Lobohombo, fue detenido por las autoridades de la procuraduría capitalina ayer en la tarde.
Sin embargo, aunque Iglesias Rebollo se convirtió en uno de los hombres más buscados desde el 19 de octubre de 2000, cuando la discoteca se incendió y dejó saldo de 22 personas muertas y un mayor número de heridos, hasta anoche no se le habían fincado cargos como responsable de este hecho, ya que cuenta con un amparo definitivo.
El ex dueño de la desaparecida discoteca Lobohombo fue detenido en los separos de la agencia 50 del Ministerio Público, por los cargos de violencia familiar.
El fin de semana pasado, su hija, de 14 años de edad, presentó una denuncia por golpes y amenazas en su contra, por lo que fue resguardad por personal de la PGJDF.
La denuncia fue hecha ante la Fiscalía Desconcentrada de Coyoacán, donde se certificó que la menor de edad presentaba signos de maltrato, por lo que fue enviada al albergue temporal de la dependencia.
Por este motivo, Iglesias Rebollo acudió a la PGJDF a conocer la situación de su hija, pero fue detenido.
El delito por el que se le acusa no es grave, por lo que el Ministerio Público tendría que dejarlo en libertad en un lapso máximo de 48 horas.
Cabe recordar que en 2004, Iglesias dejó de ser prófugo de la justicia ya que un juez federal de distrito reclasificó el delito de homicidio doloso, que enfrentaba, por el de culposo, lo que le permitía estar en libertad.
Inicialmente la PGJDF lo acusó de homicidio y lesiones dolosas, sin embargo, desde septiembre de 2001, una jueza federal le concedió un amparo contra la orden de aprehensión.
En 2006, Iglesias Rebollo pidió al juzgado 49 Penal del Reclusorio Oriente, la prescripción de la acción penal.
Asimismo, ganó un amparo que le permitía recibir el pago de la indemnización por el predio donde se encontraba la discoteca, sobre avenida Insurgentes, ya que el Gobierno del Distrito Federal la expropió para construir una estación de bomberos.