Usted está aquí: sábado 30 de agosto de 2008 Estados Pugna entre Padilla y Briseño, un capítulo en la larga historia de traiciones en la UdeG

■ Hace casi dos décadas orquestaron la salida del grupo de Álvaro Ramírez; hoy son rivales

Pugna entre Padilla y Briseño, un capítulo en la larga historia de traiciones en la UdeG

■ Asegura el rector depuesto que llegó al cargo por méritos y nada le debía a su contrincante

Juan Carlos García Partida (Corresponsal)

Ampliar la imagen El ex rector y director de la Feria Internacional del Libro (FIL) y el depuesto Carlos Briseño, en los viejos tiempos    El ex rector y director de la Feria Internacional del Libro (FIL) y el depuesto Carlos Briseño, en los viejos tiempos Foto: La Jornada

Guadalajara, Jal., 29 de agosto. Hoy se vivió uno de los momentos más duros de la disputa entre Raúl Padilla López – rector de 1989 a 1995 y cabeza del Grupo Universidad desde hace dos décadas– y Carlos Briseño Torres, en lo que parece la redición de lo sucedido hace 19 años, cuando Padilla López desplazó al entonces padrino del grupo, Álvaro Ramírez Ladewig, en una larga historia de cacicazgos y traiciones en la Universidad de Guadalajara (UdeG).

No hubieron balazos, pero si porros –en menor escala– que han intervenido en las pugnas y reacomodos en la segunda universidad más importante del país, por el número de alumnos, proyección –sobre todo a raíz de la Feria Internacional del Libro–, y los recursos que administra, superiores a los 7 mil millones de pesos, apenas atrás de la UNAM.

El grupo de Raúl Padilla, que hoy parece al borde de la escisión, tiene sus antecedentes en 1948, cuando Raúl Padilla Gutiérrez (padre), Carlos Ramírez Ladewig y los hijos de José Guadalupe Zuno –quien imponía rectores y directores– fundaron la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

“Al margen de su socialismo discursivo, la FEG protagonizó enfrentamientos a balazos por el control de facultades y preparatorias. Sus brazos armados participaron como ejecutores del gobierno en la guerra sucia contra la guerrilla urbana de los años 70, sobre todo la Liga Comunista 23 de Septiembre. También proveía al PRI de cuadros. El presidente de la FEG se convertía automáticamente en diputado federal y esa candidatura era en Jalisco tan intocable como la de un dirigente de la CNC o de la CTM. El bloque Universidad-FEG recibió, de los años 50 a los 80, 27 posiciones de representación popular”. (La Jornada, 10 de marzo 2002).

La UdeG ha jugado un papel fundamental en la vida política y social del país. Lo hizo en el siglo pasado cuando el rector Enrique Díaz de León retomó los acuerdos del primer Congreso de Universitarios Mexicanos (1933) y provocó que la mayor casa de estudios en Jalisco fuera conocida como “la Universidad Roja de Occidente”, con lo cual trajo una escisión. En 1934 el ala derecha de la UdeG abrió la privada Universidad Autónoma de Guadalajara, de la familia Leaño, que luego crearía su propio grupo de choque de extrema derecha conocido como los Tecos.

En ese contexto, los estudiantes de la UdeG auspiciados por Díaz de León crearon el izquierdista Frente Estudiantil Socialista de Occidente (FESO) basando su acción en el texto del entonces recién aprobado artículo tercero constitucional. Eran los años del cardenismo. Después la FESO sería la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG).

La historia de la UdeG no se entiende sin la FEG. Sus dirigentes estuvieron siempre muy cercanos al rector en turno y tenían capacidad para ejercer presión en todos los ámbitos políticos. Consiguieron siempre jugosas prebendas.

En 1975 fue asesinado uno de los ex presidentes de mayor liderazgo en la FEG: Carlos Ramírez Ladewig, lo que motivó que el grupo de ex presidentes de esa organización se convirtieran en lo que ellos mismos llamaron El Sanedrín, grupo que llegó a ejercer un control político como nunca en la UdeG y que se ligó con mayor fuerza al PRI. La dirección del grupo fue heredada por Álvaro, a la muerte de Carlos.

En lo que algunos recuerdan como la última etapa de una FEG “socialista”, Raúl Padilla López fue su dirigente. Después brincó a la rectoría. Ya en esta última posición entró en conflicto con Álvaro Ramírez Ladewig, quien lo había llevado de la mano hasta la máxima posición de la UdeG.

Con sus variantes, 19 años después corre la misma cinta. En 1997, Ramírez Ladewig mandó a que la FEG tomara la rectoría con Raúl Padilla dentro. Entonces Carlos Briseño, en ese momento vocero del rector, Tonatihu Bravo y otros miembros del grupo, se alinearon con Padilla, y le ganaron la partida a Álvaro Ramírez.

Los compadres

Carlos Briseño recuerda –en entrevista con La Jornada realizada en la víspera de la sesión del Consejo Universitario– que conoció a Padilla López cuando ya empezaba a crear el liderazgo que ha mantenido desde entonces en la UdeG. Hace memoria de la cercanía: más de 25 años de amistad y hasta un compadrazgo.

“Conocí a Raúl Padilla cuando yo era director de Intercambio Académico y aspirante a la presidencia de la sociedad de alumnos de la Facultad de Economía, en 1982. Siempre vi en Raúl a un líder con ideas de cambio. Pronto nos identificamos; él había sido un presidente de la FEG que en buena medida logró desterrar la imagen negativa de la federación.

“Cuando en 1989 llega a la rectoría de la UdeG y me invita a colaborar como secretario de la escuela vocacional, él nos habla a quienes luego conformaríamos el nuevo Grupo Universidad, de la necesidad de un cambio para democratizar la institución, de hacer una reforma universitaria. Lo apoyamos Trino Padilla, Tonatiuh Bravo, Armando Macías y yo; resistimos la embestida del grupo de Álvaro Ramírez Ladewig”.

La primera confrontación

Aunque Padilla López trabajó e hizo méritos propios –apunta Briseño– en realidad la decisión de que llegara a la rectoría la tomó Álvaro Ramírez Ladewig, pero “más tardó Raúl Padilla en sentarse en la silla que en oponerse a Álvaro Ramírez”.

“Por eso no tienen autoridad moral para decir que yo los he traicionado; yo soporté casi año y medio el yugo de Raúl Padilla López, él no soportó ni día y medio el liderazgo de Ramírez Ladewig. Y los derrotamos, derrotamos a la FEG y al grupo de Álvaro; todos los que se amotinaron contra Raúl Padilla quedaron derrotados políticamente. Ese grupo ya no existe, fue desplazado por el nuevo Grupo Universidad, al mando de Raúl Padilla López, del que yo formé parte hasta hace unos días”.

“En un principio lo conformamos Raúl Padilla, como rector; Trino Padilla, su hermano y ahora ex rector; Tonatiuh Bravo, que entonces era director de Extensión Universitaria, y yo, en ese momento director de Comunicación Social. Todas las reuniones las convocaba Raúl Padilla en la rectoría o en su casa, en el fraccionamiento Altamira. Ahí se decidió apoyar a Víctor González Romero como sucesor de Raúl. Ahí mismo se decidió, seis años después, que le tocaba a Trino la rectoría, y lo mismo ocurrió en el siguiente periodo... ” (con él).

–No fue terso su arribo, Vargas y Durán aceptaron a regañadientes, parecían prever lo que ahora sucede, que atentaría contra el Grupo Universidad–, se le objeta.

–Desde que asumí el cargo de rector general y compromisos públicos con la transparencia, empecé a tener problemas con Raúl Padilla. Él creyó, equivocadamente, que así como a Víctor (González) no le duraron seis meses las ganas de ser rector y a Trino (Padilla) en un año se le acabaron, a Briseño lo iban a doblegar. Y no me pudieron ni me podrán doblegar. Raúl Padilla perdió autoridad moral y política sobre mí. Yo llegué a reconocerlo como mi líder político y de manera clara y transparente, pública, dije: ‘Raúl Padilla es mi líder político’.

“Pero esa autoridad, ese liderazgo político de Raúl Padilla sobre Carlos Briseño se fue deteriorando día con día desde que llegué a la rectoría porque él, día con día me quería dar instrucciones, órdenes, me quería imponer cosas con el argumento de que eran decisiones del Grupo Universidad. Y yo se lo dije de frente: ‘tu liderazgo se está deteriorando, has perdido autoridad moral sobre mí, yo soy el rector general, tú me apoyaste para llegar a la rectoría, pero para ser rector general, no gerente, no empleado, no gato’. Si me apoyó, él sabía de qué estoy hecho. Me conoce desde hace 25 años. ¿Por qué me apoyó? Me la gané con mi trabajo.”

 
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