Usted está aquí: sábado 30 de agosto de 2008 Ciencias Poseen moscas una conexión cerebral para evadir ataques

Poseen moscas una conexión cerebral para evadir ataques

Reuters

Ampliar la imagen Ante la sospecha de una amenaza, "en unos 200 milisegundos", las moscas ajustan su posición de descanso para volar en sentido opuesto, señalan. Arriba, varios de los insectos se posan sobre un niño paquistaní  Reuters Ante la sospecha de una amenaza, “en unos 200 milisegundos”, las moscas ajustan su posición de descanso para volar en sentido opuesto, señalan. Arriba, varios de los insectos se posan sobre un niño paquistaní Reuters Foto: Reuters

Chicago, 29 de agosto. Los cerebros de las moscas tienen conexiones para evitar los matamoscas, señalaron investigadores estadunidenses.

Ante la mera sospecha de una amenaza, los insectos ajustan su posición de descanso para volar en la dirección opuesta, garantizando un escape seguro, dijeron los investigadores, en un descubrimiento que ayuda a explicar por qué las moscas evaden los golpes de sus enemigos humanos.

“Estos movimientos se realizan muy rápido, en unos 200 milisegundos, pero en el tiempo en que el animal determina de dónde viene la amenaza, activa una serie de movimientos apropiados para posicionar sus patas y alas”, explicó Michael Dickinson del Instituto Tecnológico de California.

“Esto ilustra cuán rápido puede el cerebro de una mosca procesar la información sensorial para generar una respuesta motora apropiada”, agregó Dickinson, cuya investigación aparece en la revista Current Biology.

El equipo de Dickson estudió este proceso en moscas de la fruta utilizando equipos de imágenes digitales de alta velocidad y un extravagante matamoscas.

En respuesta a una amenaza de frente, el insecto mueve sus patas de enmedio hacia delante, se inclina hacia atrás y levanta sus patas traseras para un despegue trasero. Si la amenaza viene del costado, la mosca se inclina hacia el otro lado antes de despegar.

Los descubrimientos otorgan nuevas miradas dentro del sistema nervioso de una mosca, y entrega pocas nuevas pistas en la manera de engañar a una mosca.

“Lo mejor no es golpear la posición inicial de la mosca”, comentó Dickinson, agregando que es preferible apuntar a la puta de escape.

Dickinson, un bioingeniero, ha dedicado su vida de trabajo al estudio del vuelo de los insectos. Ha construido una pequeña mosca robot llamada Robofly y un simulador tridimensional de vuelo llamado FlyO-Vision.

 
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