Usted está aquí: viernes 29 de agosto de 2008 Economía “Inteligencia de mercado”, la apuesta de Cemex ante el proceso de globalización

■ Nadie puede predecir el futuro, pero es importante anticipar las tendencias: Treviño Cantú

“Inteligencia de mercado”, la apuesta de Cemex ante el proceso de globalización

■ Cada peso, dólar y euro que se invierte se sujeta a criterios para asegurar la máxima rentabilidad

David Carrizales (Corresponsal)

Ampliar la imagen Un trabajador descarga bultos de cemento, para su distribución y venta, de la expropiada planta de Cemex en Venezuela Un trabajador descarga bultos de cemento, para su distribución y venta, de la expropiada planta de Cemex en Venezuela Foto: Reuters

Monterrey, NL, 28 de agosto. Javier Treviño Cantú, vicepresidente de Comunicación Corporativa de Cemex, reconoció que la empresa ha tenido grandes dificultades en su proceso de globalización y ha estudiado bien los mercados donde piensa invertir, utilizando la “inteligencia de mercado”.

Hace poco más de 20 años, recordó Treviño, Cemex solamente tenía actividad en el norte de México, “hoy es una empresa con presencia en más de 50 países, con una creciente integración vertical de nuestro negocio de cemento, concreto y agregados.

“Al igual que todos hemos enfrentado muchas dificultades para poder convertirnos en líderes de esta industria. A mediados de los años 80, cuando se empezó a desarrollar la estrategia de crecimiento internacional, la economía mexicana estaba en medio de la crisis de la deuda externa, pero a punto de abrirse al mundo.

“En ese entorno, o nos decidíamos a crecer mediante adquisiciones estratégicas en México y en el mundo, o las grandes empresas europeas que en ese momento dominaban la industria, podían llevar a cabo otras estrategias en nuestro país.

“Desde entonces se ha ido afinando nuestro modelo de negocio con el conocimiento que nos ha ido dando cada una de las adquisiciones que hemos llevado a cabo y que son consistentes en la aplicación del modelo.”

Dijo que para Cemex no es un asunto de crecer por crecer, sino que sea un proceso rentable. “Nuestra idea era centrarnos en nuestro negocio principal, mientras hubo quienes decidieron diversificar su portafolios.”

Treviño Cantú señaló que se establecieron criterios muy rigurosos para decidir el tipo de adquisiciones, y las inversiones de capital para seguir creciendo. Cada peso, cada dólar, cada euro que se invierte, se sujeta a esos criterios para asegurar la máxima rentabilidad.

En segundo lugar, la velocidad de los cambios que experimenta la economía global, la multiplicación de acuerdos, las cambiantes regulaciones y la proliferación de competidores locales y globales, exigen a cualquier empresa estar bien informada.

El manejo sistemático de información –una inteligencia de mercado– es un activo indispensable para tomar decisiones, pues si bien nunca se había tenido tanta información disponible para tomarse en cuenta, nadie puede predecir el futuro, pero es importante anticipar las tendencias.

Por otro lado, dijo que la crisis de Estados Unidos y el incremento global de los precios no es algo novedoso, pues desde los años 70, empresas como Cemex se vieron obligadas a crecer en un contexto de crisis recurrentes.

Cemex creció en medio de esa crisis de fin de sexenio, que tuvo efectos devastadores no sólo para el bienestar de la población y el crecimiento del país, sino para el desarrollo de la cultura empresarial y con visión de largo plazo.

Sobresaltos externos

En cierto sentido, señaló Treviño, las crisis tuvieron un efecto positivo porque exigieron de las empresas que estuvieran dispuestas a competir, que se impusieran una mayor disciplina, claridad en la definición de sus modelos de negocios y capacidad para asumir los riesgos.

Las crisis también fueron determinantes para que el gobierno mexicano se decidiera a abrir la economía a la competencia internacional y en el año 2000, México no sólo transitó a la alternancia democrática, sino que se evitó por primera vez una crisis de fin de sexenio.

Desde entonces, precisó, los sobresaltos económicos más fuertes han provenido del exterior ya no de adentro, por ejemplo la recesión en Estados Unidos por el estallido de la burbuja “punto com”, el impacto de los atentados del 11 de septiembre, el incremento de los precios globales de los energéticos y de los alimentos, y el derrumbe del mercado hipotecario.

Por definición, las crisis son situaciones pasajeras, pero las turbulencias actuales parecen parte de un reacomodo estructural que ha propiciado la globalización económica, concluyó Treviño Cantú.

 
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