Usted está aquí: miércoles 27 de agosto de 2008 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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■ Enfrentamientos y descalificaciones entre grupos de la derecha y sus cómplices

■ Comicios de 2009, el telón de fondo

Está claro, como platicamos aquí hace algunos días, que la marcha contra la violencia, convocada y auspiciada por los grupos más duros de la derecha en el país hace cuatro años, resultó, al paso del tiempo, un fracaso, otra burla de quienes tienen el poder, y sus cómplices, para con la ciudadanía.

Ahora que esa derecha no encuentra un blanco preciso para lanzar sus ataques –se niegan a señalar a Felipe Calderón, y al neoliberalismo que representa como los verdaderos culpables de la violencia generalizada–, ha entrado en una fase de enfrentamientos y descalificaciones que tiene como telón de fondo la guerra electoral del próximo 2009 entre el PRI (México Unido Contra la Delincuencia), y el PAN yunquista (Iluminemos México).

A eso se debe, entre otras cosas, que de pronto México Unido Contra la Delincuencia esté fuera de los organismos convocantes a la marcha del próximo sábado, y a que Iluminemos México no apareciera como figura de la reunión inútil que se efectuó en Palacio Nacional.

Cuentan los yunquistas de la marcha, que desde la presidencia de ese organismo se buscó, por todos los medios, hacer contacto con la señora Morera, que es la que jala las rienda en México Unido Contra la Delincuencia, y la misma señora se dedicó a dar largas a los iluminados, pretextando, por ejemplo, problemas de agenda.

El asunto empezó a oler mal cuando desde México Unido Contra la Delincuencia se empezó a decir que ellos, los de la Morera, no marcharía junto con lo más reaccionario de la sociedad mexicana, aunque en el discurso oficial se dijera que los unidos sí apoyarían a los iluminados.

El tono de la crítica aumentó cuando, desde la presidencia del PAN, el inefable Germán Martínez planteó su apoyo a los marchistas, cosa que sirvió, también, para que los unidos dijeran, por debajo de la mesa, que la marcha se había politizado y que ya no servía para los fines para los que había sido convocada.

Total que sin aceptarlo públicamente, los de la Morera salieron del escenario sin que esto causara ningún escándalo mediático. No se dijo que habían roto, ni que tuvieran conflictos internos, todo lo contrario: mientras México Unido Contra la Delincuencia pedía espacio en los diarios para anunciarse, Iluminemos México controlaba algunos programas de radio para convocar a su marcha.

Sea como sea, unos y otros ya no han hallado en el país, o cuando menos en la ciudad de México, aquel llano de yerba seca donde sus ideas prendían y que existió hace cuatro años. Ahora, mal que bien se sabe quiénes son los verdaderos culpables de la delincuencia, qué la provoca, y cuáles pueden ser los remedios, así que la tal marcha servirá, si es que llega a servir, para que los organismos se llenen de reflectores, y reciban más y mejores apoyos de quienes supongan que alguna de esas organizaciones podrá hacer algo en contra de la violencia estructural que pega por todos los lados.

De pasadita

Y ya que andamos en eso de las marchas, les podemos adelantar que las comisiones unidas de seguridad pública, de transporte y vialidad, y participación ciudadana dictaminarán improcedente el proyecto de decreto por el que el Partido Acción Nacional y sus compiches trataron de declarar ilegales las marchas en la ciudad de México, y con la que sucederá el sábado, ni cara les quedará a los azules para hacer reclamos, aunque, como todos saben, esos azules son los amos del cinismo, y harán todo lo que puedan por arrebatarle la calle a la gente.

 
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