Usted está aquí: martes 26 de agosto de 2008 Mundo Obama no arrasa en las encuestas, el gran debate tras bambalinas de la Convención

■ La primera noche, para Michelle y Kennedy; futuro y pasado del Partido Demócrata

Obama no arrasa en las encuestas, el gran debate tras bambalinas de la Convención

■ Habla la esposa del candidato sobre cómo éste traerá para EU “el cambio que necesitamos”

■ El “factor Hillary” y racismo, entre los factores que explican retroceso en sondeos: expertos

David Brooks (Corresponsal)

Ampliar la imagen Michelle Obama, esposa del aspirante Barack Obama, al concluir su discurso ayer en Denver, acompañada de sus hijas, Malia y Sasha Michelle Obama, esposa del aspirante Barack Obama, al concluir su discurso ayer en Denver, acompañada de sus hijas, Malia y Sasha Foto: Ap

Ampliar la imagen El senador Edward Kennedy, recientemente diagnosticado con cáncer,  arrancó una ovación al presentarse ayer en la Convención Nacional Demócrata El senador Edward Kennedy, recientemente diagnosticado con cáncer, arrancó una ovación al presentarse ayer en la Convención Nacional Demócrata Foto: Reuters

Denver, 25 de agosto. Los miles de delegados, políticos, funcionarios, representantes de bases, y más, inundan la arena de deportes donde hoy arrancó la Convención Nacional Demócrata aquí enfrentando –y buscando entender– un gran misterio que rodea este festejo: ¿cómo es posible que su candidato presidencial no va ganando?

Michelle Obama fue la estrella de esta noche, junto al senador Edward Kennedy. La combinación fue algo así como la cara del futuro –o por lo menos así se desea– del partido, y la figura que representa la historia romantizada de éste: una Obama y un Kennedy.

Michelle Obama ofreció un retrato de cómo ella y Barack fueron criados por familias trabajadoras con una ética de que “se trata a la gente con dignidad y respeto, aun si no los conoces o si no estás de acuerdo con ellos”, y con la filosofía de “alcanzar tus sueños” con trabajo. Reconoció la lucha de las mujeres por el voto (y destacó la histórica precandidatura de Hillary Clinton), la batalla por los derechos civiles, enalteció a los que buscaron “forjar un futuro con sus ideales”. Presentó a su marido como un hombre del pueblo que de joven “en lugar de ir a Wall Street, se fue a trabajar a una comunidad” en proyectos para apoyar a obreros desplazados por el cierre de plantas siderúrgicas en Chicago. Habló de cómo Obama llevaría a un fin “responsable” la guerra y promovería una economía, salud y educación para todos, y que lo haría al “juntarnos con ese hilo que nos vincula” para “traer el cambio que necesitamos”. O sea, como ella mismo lo dijo: “el sueño americano perdura”.

Y Barack Obama se presentó por primera vez en esta convención, vía satélite. “Hola papi”, le dijo una de sus dos hijas que subieron al podio al final del discurso de Michelle Obama, al verlo por la pantalla. Obama saludó desde la sala de una familia “ordinaria” en Kansas City, donde está de campaña.

Pero el momento más dramático de la noche fue cuando se presentó Kennedy (después de que se pensaba que sólo podría enviar un mensaje) lo cual arrancó una ovación prolongada ya que el senador –uno de los principales promotores de la candidatura de Obama– fue recientemente diagnosticado con cáncer en el cerebro. Pero con voz firme, Kennedy declaró que el aspirante representa el cambio necesario para que “este país alcance a sus mejores ideales”, y su elección marcaría el fin de la política de “raza contra raza, género contra género, de los heterosexuales contra los gay…”, y que encabezaría “una nueva ola de cambio que nos rodea” y llevará hacia “una renovación de nuestro país”. Se comprometió a estar presente en enero en el pleno del Senado para ver esa toma de posesión, y así ser testigo de que “el sueño sigue vivo”.

El tema de la noche (cada una de las cuatro tiene uno) fue Una Nación, y la imagen fue proyectar la visión de una nación reunificada después de ocho años de polarización política, social y económica pero, sobre todo, de un partido unido.

Así, ante el podio del llamado Pepsi Center, rodeado de pantallas electrónicas en los colores y símbolos patrióticos, se presentaron legisladores y otros políticos electos a puestos locales, estatales y regionales (incluida Nancy Pelosi, la presidenta de la Cámara de Representantes, Howard Dean, el presidente del partido; el representante Jesse Jackson Jr.), al igual que líderes afroestadunidenses, latinos y blancos, representantes de varios sectores claves del partido, como sindicalistas, mujeres y jóvenes, y “ciudadanos ordinarios” que cada noche ofrecerán su historia personal de por qué apoyan a Barack Obama.

Pero no hay nadie aquí que no esté discutiendo detrás del escenario del espectáculo diseñado para las cámaras de televisión, cómo es que a estas alturas Obama no está arrasando a su contrincante, el republicano John McCain, en esta contienda.

Las encuestas recientes registran un empate técnico a nivel nacional entre Obama y McCain. Aún más alarmante es que Obama ha perdido uno o dos puntos por semana durante las últimas seis u ocho. En un contexto en el que el país sufre de una crisis económica que cada vez genera mayor desempleo y bancarrotas, la guerra en Irak, y la desaprobación al presidente George W. Bush y sus aliados, el panorama debería de favorecer a Obama, por mucho.

En entrevistas y conversaciones aquí con estrategas, figuras políticas y activistas demócratas identifican varios factores que explican esto, entre ellos, el racismo y/o dudas sobre la “experiencia” de Obama; el “factor Hillary” y la división del partido durante las elecciones internas, las consecuencias de un giro hacia el centro en algunas de sus posiciones y la falta de propuestas concretas sobre su política económica.

El alcalde de San Francisco, Gavin Newsom, comenta que es “un poco aterrador” que Obama esté empatado con McCain, y que esa es la pregunta que se debe resolver. Una de las figuras latinas más importantes aquí, Dolores Huerta, cofundadora con César Chávez del sindicato jornalero UFW, insinúa que tiene que ver con que aún no se ha resuelto la pugna con las simpatizantes de Hillary Clinton (ella fue una). Antonio González, presidente del Proyecto de Empadronamiento y Educación del Votante del Suroeste (SVREP) comenta que es una combinación de estos factores, y que “la estrategia de los republicanos es hacer de esta elección un referéndum sobre la persona de Obama, mientras el objetivo de los demócratas es que sea sobre los temas de la economía, la guerra y otros desastres del gobierno de Bush”.

El representante federal José Serrano comentó que está confiado en que la división con Clinton será superada (él fue uno de sus aliados) y que las tendencias cambiarán “cuando esta campaña empiece a definir a McCain como cuatro años más de Bush”, junto con la ola de nuevos votantes empadronados.

Otros señalan –y la encuesta más reciente del New York Times registra– que con la economía como el tema de mayor importancia entre los votantes, ni Obama (ni McCain) han ofrecido propuestas convincentes en la materia.

En estos cuatro días aquí, se intentará responder a todos estos factores.

De hecho, representantes de la campaña de Obama aquí aseguran que la elección apenas empieza, ya que esto ha sido hasta ahora una pugna interna para seleccionar al candidato. Greg Craig, un alto asesor del candidato comentó que “el país apenas lo está conociendo; de eso se tratan estos cuatro días de la convención, de presentarlo ante el resto de la nación”.

El desafío ahora para Obama es precisar, de forma concreta y convincente, qué es lo que “sí se puede”.

 
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