Usted está aquí: lunes 18 de agosto de 2008 Opinión Tratamiento de aguas negras

Iván Restrepo

Tratamiento de aguas negras

Mientras los países industrializados, o los que van en ese camino, invierten sumas considerables en ciencia y tecnología, México carece de una política en la materia. China e India, que figuraban en la cola del desarrollo, en décadas recientes dieron prioridad a ambas áreas y los resultados están a la vista. Pero aquí la miopía del sector público, de los políticos, raya en la irresponsabilidad. Ejemplos sobran: hace 40 años grupos de especialistas ofrecían una gama de proyectos que, de haber contado con apoyo gubernamental y empresarial, hubieran dado autonomía de gestión para aprovechar la energía solar y la eólica. Hoy el paquete tecnológico de esas energías proviene de España y Estados Unidos. Igual ocurre con los sistemas para tratar las aguas residuales de las poblaciones. Durante años los técnicos mexicanos han ofrecido sus prototipos al gobierno sin que tengan respuesta positiva. Mientras, la inmensa mayoría de esas aguas siguen sin tratamiento y son problema por sus efectos en la salud pública, por contaminar el agua y la tierra.

Existe un novedoso proceso físico-químico perfeccionado por los doctores José Ramos Salinas y Leopoldo Navarro Galindo y el ingeniero Armando Rojas Cortés* para tratar las aguas residuales urbano domésticas con enormes ventajas sobre otros procesos destinados al mismo fin, como los de tipo biológico y similares de uso común internacionalmente.

En este proceso físico-químico el tiempo de retención del agua a tratar va de hora y media a tres, dependiendo de la calidad del agua y el uso posterior que se le dará, mientras en los de tipo biológico lleva de ocho a 24 horas. Además, las plantas requieren poco espacio y son mucho más compactas y económicas. La reducción en costos es aproximadamente de 66 por ciento en relación con las de tipo biológico.

Por otro lado, al no tener que fomentar el crecimiento de bacterias (lo cual se logra mediante la aeración, oxigenación y constante remoción de la vida útil de los lodos activados) se eliminan muchos elementos electromecánicos al poner en marcha todo el proceso purificador. Es una forma de disminuir el costo de funcionamiento y mantenimiento de la planta. Además, en este proceso no se requiere de un estricto control del equilibrio entre la biomasa bacteriana y los microorganismos que contienen las aguas negras. Ni tampoco personal especializado para operar la planta. Basta saber leer y escribir para que el personal adscrito pueda operar. Lo sencillo no está reñido con la eficiencia. Únicamente si la unidad es de grandes dimensiones se exige personal más capacitado.

Otra ventaja del proceso físico-químico de tratamiento de aguas negras es su viabilidad en unidades tan pequeñas o tan grandes como se quiera. De esta manera es la solución ideal para los miles de poblados rurales que, por su aislamiento y falta de recursos, no tratan sus aguas negras y las arrojan en las cuencas hidrográficas y los mantos freáticos, contaminándolos. En cuanto a los lodos, son un excelente abono agrícola, no contaminan.

Otro logro: con pequeñas adaptaciones, el sistema permite rehabilitar plantas de tratamiento obsoletas o que operan con deficiencia, logrando duplicar su rendimiento. De esa manera se podrían resolver los problemas de miles de habitantes de, por ejemplo, Acapulco, que soportan los malos olores provenientes de una planta de tratamiento que funciona mal. Quizá por eso, en su reciente gira por el virreinato, la vicepresidenta de España anunció apoyos por 30 millones de dólares para limpiar las aguas negras de esa ciudad. Algo semejante se promete cada sexenio.

El tratamiento físico-químico ha demostrado su eficiencia y utilidad en el prototipo que funciona en Allende, Guanajuato, y en la unidad instalada en la delegación Magdalena Contreras. Pero como sucede con muchos otros procesos, fruto del estudio de nuestros especialistas, tiene dos enormes defectos: la tecnología es ciento por ciento nacional y no requiere importar insumos o equipos. En el discurso oficial se reitera el apoyo a la investigación científica nacional; en la realidad sucede lo contrario.

* Localizables en: [email protected] y [email protected]

 
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