Usted está aquí: jueves 14 de agosto de 2008 Capital A la delincuencia le conviene que se desprestigie a la policía: Martí

■ Lo importante no son las penas, sino las acciones para prevenir los actos delictivos, afirma

A la delincuencia le conviene que se desprestigie a la policía: Martí

■ Manifiesta fe renovada en las instituciones

■ Niega que vaya a dejar el país

■ Creará con otros empresarios una fundación contra el hampa

■ Lamenta no haber denunciado de inmediato

Alfredo Méndez

Ampliar la imagen El empresario Alejandro Martí y uno de sus empleados, durante la conferencia de prensa El empresario Alejandro Martí y uno de sus empleados, durante la conferencia de prensa Foto: Cristina Rodríguez

A dos semanas de que se conociera la muerte del joven Fernando Martí, lo que desató una crisis de credibilidad en las instituciones federales, estatales y del Distrito Federal encargadas de la seguridad pública, el empresario Alejandro Martí sostuvo abiertamente que está arrepentido de no haber recurrido desde un inicio a las autoridades policiacas que actualmente investigan el paradero de los asesinos de su hijo.

Levantaron a mi hijo gentes disfrazadas de elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI); eso me obligó a no acudir a la policía; ahora quiero decir, con una fe renovada en nuestras instituciones, que cuando acudí a la policía me trataron de tal forma que me arrepentí de no haber ido de inmediato, en vez de haber acudido el segundo o tercer día”, sostuvo el empresario en una inusual conferencia de prensa.

“Lamentablemente nadie de nosotros estamos preparados para un shock de éstos. Ahora sé que al delincuente le conviene que sí se desprestigie a la policía”, añadió.

Con voz lánguida y por momentos entrecortada, Martí aseguró frente a una muchedumbre de fotógrafos, camarógrafos y periodistas nacionales y extranjeros que creará en México una fundación contra la delincuencia –que llevará el nombre de su hijo– integrada por importantes empresarios mexicanos a los que no quiso identificar.

“En nombre de mi hijito Fernando y su muerte, más bien dicho su asesinato tan criminal, para que este caso sirva de algo, les digo que nos vamos a quedar (en México) a luchar para que se haga justicia dentro del marco de la ley.

“Vamos a buscarle un sentido positivo a esto que nos sucedió; no queremos que ningún mexicano, de la condición que sea, vuelva a sufrir lo que hemos pasado; por eso en mi familia decidimos dedicarnos, lo que queda de nuestras vidas, a coadyuvar con la sociedad civil, presionar a nuestras autoridades y hacer propuestas que eliminen la impunidad”, indicó.

Durante una larga conferencia, el empresario y uno de sus empleados de confianza narraron sus experiencias al haber sido víctimas de la delincuencia.

Alejandro Martí contó cómo el 4 de junio pasado un grupo de seudopolicías levantaron a su hijo junto con el chofer y un escolta. En lugar de denunciar, el empresario recurrió a Ernesto Mendieta, un ex fiscal antisecuestros de la Procuraduría General de la República (PGR) que hoy funge como negociador de rehenes en una empresa de seguridad privada.

Dos días después de los hechos notificó a las autoridades capitalinas, pero las negociaciones las siguió realizando Mendieta. Una semana más tarde Martí pagó el rescate. Sin embargo, su hijo no regresó a casa. Fue ejecutado en cautiverio y su cadáver abandonado en la cajuela de un automóvil que fue ubicado al sur de la ciudad de México.

Aurelio Murguía, un chofer de Martí que lleva dos décadas trabajando para el, narró que su hermano tuvo que partir a Estados Unidos por temor a la delincuencia. El empleado contó que desde que fue asaltado su hermano, de oficio taxista, nunca pudo reponerse y decidió irse de México.

La inseguridad afecta por igual

Según Alejandro Martí, la historia de Murguía demuestra que la inseguridad afecta por igual a pobres y a ricos, por lo que pidió a la sociedad civil exigir a las autoridades que nos garanticen la seguridad pública a la que constitucionalmente tiene derecho todo mexicano.

Aunque lo sucedido a su hijo pudiera haber generado en Alejandro Martí un instinto de venganza, el empresario sostuvo que para él la aplicación de la pena de muerte no es la solución más viable para abatir los índices de secuestro.

“Ni la pena de muerte, ni ninguna otra de las penas son tan importantes como las acciones para prevenir los actos delictivos; tenemos que combatir la impunidad”, agregó el hombre que tras pagar hace dos meses un rescate millonario que le pidió la banda de plagiarios conocida como de La Flor a cambio de la libertad de Fernando, lo que recibió fue el cadáver de su hijo.

Lo que hace falta es dignificar a los cuerpos policiacos, mejorar sus salarios y sus expectativas de desarrollo profesional, dijo Martí al tiempo que propuso unificar los códigos penales para que un delincuente sea sancionado de la misma manera en cualquier entidad del país donde sea detenido.

 
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