■ La medida perjudicará la imagen turística de Roma, dice alcalde
Sale el ejército a vigilar sitios clave en las ciudades italianas
■ La policía acusa a Berlusconi de usar demagógicamente la seguridad
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Un soldado italiano custodia la sede diplomática de Palestina en Roma, en el marco de una campaña contra la delincuencia iniciada ayer
Foto: Reuters
Roma, 4 de agosto. Un total de tres mil militares han sido desplegados este lunes en varias ciudades italianas en cumplimiento del controvertido decreto firmado por el gobierno conservador de Silvio Berlusconi para “garantizar la seguridad de los ciudadanos italianos”.
Los militares deberán vigilar monumentos y lugares importantes, como embajadas, así como las instalaciones donde se encuentran detenidos los inmigrantes ilegales.
Otros militares patrullarán junto con la policía calles y avenidas de la Ciudad Eterna.
En Roma, unos 400 soldados vigilarán una decena de estaciones de las líneas metropolitanas de tren y, sobre todo, la céntrica estación principal de ferrocarriles de Termini, así como un centro de detención de inmigrantes indocumentados.
El alcalde de la ciudad, Gianni Alemanno, se opone a que los militares patrullen las calles del casco histórico, lo que afectaría gravemente la imagen de la ciudad, que recibe cada año millones de turistas.
El papel de los militares en la capital italiana deberá ser limitado, indicó el alcalde romano.
En Milán, unos 150 militares se encargarán de proteger la catedral y la estación central.
En la isla siciliana de Lampedusa, donde se han registrado esta semana numerosos desembarcos de inmigrantes provenientes de África, 70 soldados de la aeronaútica reemplazarán a los carabineros, encargados hasta ahora de la seguridad exterior del centro de detención permanente que aloja a centenares de inmigrantes indocumentados.
Los sindicatos de policía criticaron la medida y acusaron al gobierno de Silvio Berlusconi de querer ganarse la opinión pública usando “demagógicamente la seguridad” y de militarizar las ciudades.
El ministro del Interior, Roberto Maroni, explicó que la medida fue tomada para dar una respuesta a los ciudadanos italianos preocupados por el aumento de la inseguridad.