Usted está aquí: lunes 4 de agosto de 2008 Política Llamado al mundo a luchar contra el sida

■ Reconocimiento de ONU y OMS a activistas y seropositivos

Llamado al mundo a luchar contra el sida

■ Deberían servirnos de ejemplo de cómo actuar con dignidad, dice Ban Ki-moon

■ No podemos bajar la guardia, señala Margaret Chan

Ángeles Cruz y Claudia Herrera

Ampliar la imagen El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su discurso en la inauguración de la Conferencia Mundial sobre VIH/sida El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, durante su discurso en la inauguración de la Conferencia Mundial sobre VIH/sida Foto: Marco Peláez

La movilización del mundo contra el VIH/sida y los logros que se tienen hasta ahora, se deben al coraje y al trabajo de los activistas. “Ellos echaron las cosas a andar y la comunidad internacional empezó a participar en la construcción del barco que ha hecho frente a ese desafío”, afirmó Margaret Chan, directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

A este reconocimiento se sumó Ban Ki-moon, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quien resaltó la valentía de las personas que viven con VIH/sida. “Son valientes, motivados y deberían servirnos de ejemplo, de cómo actuar con dignidad frente a la adversidad. El hecho de que se les discrimine, incluso con restricciones para viajar, debería llenarnos de vergüenza”.

Al participar en la inauguración de la 17 Conferencia Internacional sobre VIH/sida, Ki-moon señaló que la historia de la respuesta ha sido una constante superación de obstáculos, en la que los activistas han desempeñado un papel fundamental. Así es como “hemos logrado trabajar más allá de las fronteras de la salud pública”.

Se pueden conseguir los medicamentos antirretrovirales, los precios pueden bajar. Se pueden conseguir los fondos y servicios médicos para los seropositivos, y también las actitudes pueden cambiar. “Con la voluntad suficiente, compromiso y recursos, una situación deprimente y triste se puede convertir en una situación de esperanza”, aseguró.

En una larga ceremonia a la que el presidente Felipe Calderón llegó una hora y media después de que iniciaron los discursos, acompañado por Ban Ki-moon, todos los oradores se sumaron al lema de la conferencia: “Acción universal, ¡ya!”.

Chan también resaltó que la del VIH/sida es una epidemia sin piedad, la más infecciosa, compleja y devastadora. “No debemos bajar la guardia, porque nos puede atacar de formas sorprendentes. La enfermedad está lejos de terminarse”, advirtió, para luego llamar la atención sobre el riesgo de que la infección resurja entre los hombres que tienen sexo con hombres.

Este sector es uno de los principales afectados por la epidemia, por lo que no debe haber retroceso. Sin embargo, el fenómeno ya se ve en esta región y en otras partes del mundo, indicó.

A  su vez, Ban Ki-moon exhortó a los países a cumplir con sus compromisos para ejercer o reforzar la legislación que proscribe la discriminación contra las personas que viven con VIH, y los miembros de grupos vulnerables, como las mujeres, los hombres que tienen sexo con hombres, los usuarios de drogas y las minorías étnicas.

Enseguida, pidió a los políticos del mundo que se manifiesten contra la discriminación y a las escuelas que enseñen a respetar; a los líderes religiosos, que prediquen la tolerancia, y a los medios de comunicación a condenar el prejuicio en todas sus formas. Señaló que mientras la lucha contra la epidemia se acerca al fin de su tercera década, aún se enfrenta al déficit de recursos, e hizo ver que las respuestas al VIH requieren de financiamiento a largo plazo.

Ahí mismo, ante cientos de delegados que asistieron anoche al Auditorio Nacional, la vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, anunció que su país aportará 10 millones 200 mil euros al fondo global que administra Naciones Unidas por conducto de Onusida, de los cuales 3 millones serán para las investigaciones de la vacuna contra la infección y un millón 500 mil para la asociación internacional que investiga sobre microbicidas.

Mony Pen, originaria de Camboya y quien es portadora del virus, lo dejó claro desde el principio: “Me niego a convertirme en una víctima o a buscar lástima. Las personas que vivimos con VIH tenemos derecho a vivir. Sin embargo, es una realidad triste que la falta de compromiso político de los países, y que la calidad, el cuidado, trato y apoyo a los portadores de virus son promesas vacías”.

Todavía más, llamó la atención sobre el cúmulo de necesidades que tienen los seropositivos y que van más allá de medicinas: “Abramos los ojos a la pobreza. Faltan recursos para comida. La gente debe tener empleo para sobrevivir”, señaló, y se ganó el aplauso de los delegados.

Luis Soto, copresidente de la conferencia, pidió poner atención en las mujeres y en los más pobres: en los trabajadores sexuales, los indígenas y los migrantes, porque son los sectores donde el VIH ha crecido de manera desproporcionada. Y en medio de aplausos, demandó que los gobiernos, las instituciones y la familia combatan la homofobia.

Tras la intervención del secretario de Salud, José Ángel Córdova, en la parte alta del auditorio varias personas desplegaron una manta que decía “Vivienda para personas con sida, ahora”, frase que repitieron en inglés.

Un tema recurrente en las presentaciones fue la defensa de  los recursos que los países destinan al combate del VIH. Margaret Chan resaltó que por esta lucha también se ha logrado fortalecer los sistemas de salud.

También reiterada fue la mención a la decisión de Estados Unidos de eliminar las restricciones de ingreso a las personas que viven con el mal. Pedro Cahn, presidente de la Sociedad Internacional de Sida, la calificó de gran victoria y ejemplo a seguir.

Keren Dunaway-González, adolescente hondureña, dijo que los seropositivos tienen sueños, los cuales podrán cumplir “cuando nos den medicamentos, nos acepten en los centros educativos y nos den oportunidad de crecer en un ambiente sin violencia, sin estigma ni discriminación”.

Peter Piot, director ejecutivo de Onusida, advirtió sobre la importancia de fortalecer programas de prevención como la mejor alternativa para detener la epidemia. Hasta ahora “hicimos la parte fácil, debemos estar preparados para lo más difícil”, señaló, y con una canción de Bob Marley invitó a los asistentes a no rendirse: “Levántense, no se den por vencidos”.

 
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