■ Las tierras fueron cedidas a sus ancestros por un patrón que los ocupaba como peones
Tzotziles de Cruztón luchan contra el despojo de más de 200 hectáreas
■ Integrantes de la caravana de solidaridad con las comunidades zapatistas documentan denuncias
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Adherentes a la otra campaña entonan el himno zapatista para dar la bienvenida a los miembros de la caravana internacional de solidaridad
Foto: Moysés Zúñiga Santiago
Cruztón, Chis., 31 de julio. La lucha que cientos de indígenas tzotziles libran en esta comunidad, ubicada en las entrañas de las montañas del centro del estado, es entre la legitimidad y la legalidad. Hace tres generaciones sus ancestros sirvieron como peones acasillados a un patrón que finalmente les dejó como “herencia” más de 200 hectáreas de tierra que el gobierno federal ahora les quiere arrebatar porque las entregó a otro grupo, al cual, asegura, “jurídicamente” le pertenecen.
Esta historia viva de lucha y resistencia llamó la atención de decenas de integrantes de la Caravana Nacional e Internacional de Solidaridad y Observación con las comunidades zapatistas, quienes hoy denunciaron las “maniobras del gobierno mexicano para sabotear cualquier iniciativa de denuncia pública de la grave situación de acoso en la que viven las comunidades zapatistas”.
Explicaron que sus compañeros, que partieron rumbo a la comunidad La Garrucha, ubicada en la selva, durante el trayecto fueron fotografiados sin su consentimiento por personas que, por su aspecto, podrían estar vinculadas a las fuerzas militares.
A pesar de estos inconvenientes, que consideran un intento de boicotear los encuentros que tengan con las comunidades, los integrantes de la caravana continuaron su viaje. Los que lograron arribar al poblado Cruztón fueron recibidos con los cantos de niños tzotziles, cuyos padres ofrecieron a los visitantes su mejor manjar: arroz, tortillas y frijoles.
La pobreza que se puede palpar con sólo mirar los pantalones remendados muchas veces que portan los hombres de la comunidad, contrasta con la grandeza de ánimo que les permitió, apenas la víspera de la llegada de la caravana, recuperar las 249 hectáreas que reclaman como suyas. “Esta tierra la trabajaron nuestros padres, nuestros abuelos y los padres de nuestros abuelos. Luego, en 1979, el patrón (un finquero de apellido Villafuerte) nos la dejó en donación”, explicó don Martín, un anciano de aproximadamente 70 años, al comentar a los integrantes de la caravana el origen de su lucha.
En 1995, durante la compra masiva de tierra que el gobierno federal hizo para detener las invasiones que en todo el estado estaban realizando los campesinos, alentados por el levantamiento zapatista, por algún “error burocrático” entregó las tierras de Cruztón a habitantes de los municipios cercanos, despojando con ello a sus antiguos habitantes.
Los tzotziles de Cruztón no dejaron el lugar y emprendieron la lucha para que les fuera reconocido su derecho sobre la tierra. Desde entonces y hasta la fecha han sido desalojados en dos ocasiones, y en ambas han regresado a recuperar la tierra.
El más reciente desalojo se dio el 23 de julio pasado y apenas el miércoles de esta semana volvieron a ocupar los terrenos, donde tienen sembrado el maíz y el frijol en que basan su subsistencia.