Usted está aquí: jueves 31 de julio de 2008 Cultura Una sala del Senado lleva el nombre del Nobel mexicano Octavio Paz

■ Él creía en la pluralidad de las voces, expresó su viuda

Una sala del Senado lleva el nombre del Nobel mexicano Octavio Paz

Ericka Montaño y Víctor Ballinas

El Senado rindió este miércoles un homenaje a Octavio Paz al imponer su nombre a una sala de trabajo legislativo, en una ceremonia a la que asistieron la viuda del poeta, Marie Jo Paz, los senadores Santiago Creel Miranda y María Rojo, además de escritores y artistas, como Eduardo Lizalde, Manuel Felguérez y Teodoro González de León.

El homenaje en el Senado ocurrió unos meses después de que en la Cámara de Diputados rechazaron la propuesta de poner el nombre del Nobel de Literatura 1990 en letras de oro en el Muro de Honor, mientras que en la Secretaría de Educación Pública develaron su nombre y unos versos en el vestíbulo de esa dependencia.

La decisión de los diputados “es algo que todavía pueden remediar”, dijo María Rojo, promotora de la iniciativa para nombrar Octavio Paz a esa sala de comisiones, quien adelantó que en la nueva sede del Senado, en avenida Reforma, habrá un espacio dedicado a la cultura que llevará el nombre del Nobel mexicano.

Este homenaje “es muy especial, porque están los tres partidos. Le hubiera gustado a Octavio verlo, porque él creía tanto en la pluralidad de las voces, porque para él ese era el paso a la democracia. Las placas son muy importantes, porque marcan el tiempo, son la memoria del escritor, pero al mismo tiempo de todas sus vivencias. Son estelas de la memoria, por eso es que me gusta que haya una placa”, dijo Marie Jo Paz a La Jornada al finalizar la ceremonia en la que se develó una placa en la que está escrito: “El Senado de la República dedica este salón de trabajo legislativo al escritor Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura 1990, en su décimo aniversario luctuoso. Abril de 2008”.

La libertad necesita echar raíces

En su discurso, la senadora María Rojo subrayó que “en su poesía, como en su obra ensayística, Octavio Paz frecuentó de manera asidua la reflexión, la duda, la afirmación puesta en negro sobre blanco en espera de la opinión del otro, de su lector.

“Al escribir, Paz proponía, jugaba con las paradojas de la experiencia cotidiana o de los hechos históricos; al escribir ejercía al máximo las posibilidades del lenguaje humano”, y destacó una cita del poeta: “La libertad no necesita alas, lo que necesita es echar raíces”.

El escritor Eduardo Lizalde, director de la Biblioteca México, destacó a su vez que aunque Paz afirmaba que no era ni historiador ni filósofo, “sus críticas y sus observaciones sobre el curso de la vida social y política de su país y del mundo, fueron con frecuencia mucho más certeras (y mucho más visionarias) que las de los profesionales y estudiosos de la materia”.

Y recordó las palabras que pronunció hace 10 años, cuando recibió en nombre de la familia de Octavio Paz la Medalla al mérito ciudadano que otorga la Asamblea Legislativa del DF: “aunque hay en nuestro país, y en el mundo de habla hispana muchas señeras figuras de artistas y de pensadores, acaso nuestro siglo XX terminará siendo el siglo de Octavio Paz”.

En sus discursos, los senadores Francisco Arroyo Vieira, también impulsor de la iniciativa para dar el nombre de Paz a ese espacio, y el presidente del Senado, Santiago Creel Miranda, destacaron la trayectoria literaria y diplomática del autor de El laberinto de la soledad.

Octavio Paz “fue un poeta que pensaba y no un pensador que escribía poemas”, dijo Creel Miranda, y advirtió: “todos los senadores tendremos el compromiso de estar a la altura de su obra y de su calidad como ser humano”.

 
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