Usted está aquí: jueves 31 de julio de 2008 Capital Utilizarán tecnología de punta para monitorear edificios antiguos del Centro

■ Se usarán rayos láser, microondas y equipo fotográfico robotizado: Jorge Arganis

Utilizarán tecnología de punta para monitorear edificios antiguos del Centro

■ Podrán detectarse desde grietas pequeñas hasta hundimientos en los terrenos, informa

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen La iglesia de la Santísima Trinidad, uno de los edificios antiguos que serán vigilados con tecnología de punta La iglesia de la Santísima Trinidad, uno de los edificios antiguos que serán vigilados con tecnología de punta Foto: Roberto García Ortiz

Las vetustas calles y antiguos inmuebles del llamado México viejo, la zona oriente y norte del Centro Histórico de la ciudad, serán monitoreadas y escaneadas con equipo de la más alta tecnología de vanguardia, que permitirá conocer en tiempo real y con exactitud milimétrica, las condiciones de la infraestructura en la superficie, independientemente de su altura, y del subsuelo, hasta ocho metros de profundidad.

Con rayos láser, señales de microondas y equipo fotográfico robotizado se podrá conocer en detalle desde una minúscula grieta en un edificio o el subsuelo hasta las causas que la generaron sin necesidad de escalar a puntos de difícil acceso en los edificios o hacer alguna perforación, como tampoco interferir en las actividades cotidianas, según explicó el responsable de este programa tecnológico, José Arellano Martínez, que se incorporará a los trabajos de remozamiento del primer cuadro de la ciudad durante el segundo semestre de este año y el primero de 2009.

Edificios históricos como la iglesia de la Santísima Trinidad, enclavada en la calle de Guatemala y Zapata, donde se presentó el equipo, podrán ser inspeccionadas desde el piso, con una especie de radares, al igual que los inmuebles y más de 67 mil cuadrados de superficie, que integran 10 calles y sus respectivos andadores, entre ellas: Moneda, Academia, Justo Sierra, San Ildefonso, República de Cuba, Belisario Domínguez, República de Argentina, Brasil y el corredor cultural alhóndiga.

Otra tecnología a utilizar, pero en una segunda etapa, es la de inyección profunda, con la cual se inyectan plásticos y polímeros en el subsuelo, lo que permite estabilizar y modelar el edificio intervenido. La ventaja de esta herramienta es de que sólo se requiere hacer una perforación de media pulgada para introducir la resina que seca en cuestión de 15 minutos y pesa sólo dos por ciento que una cantidad similar de concreto.

Jorge Arganis, secretario de Obras y Servicios, señaló que este sistema ya se probó con excelentes resultados en trabajos realizados en Paseo de la Reforma, y aunque no precisó costos, indicó que representará ahorros para el gobierno tanto económicos como en tiempo, pues tras el escaneo sólo se intervendrá directamente en las zonas afectadas, por lo que no se requerirá levantar todo el pavimento de las calles.

Esta zona, agregó, no sólo es la más antigua, sino también la de mayor relevancia patrimonial, cultural y social, que presenta características que requieren atención especial por la presencia de hundimientos diferenciales, vestigios prehispánicos, ductos y obras inducidas, así como inmuebles históricos con un alto nivel de deterioro.

“Esta aplicación permitirá el rescate y la nivelación de edificios de gran valor histórico y patrimonial, así como la detección de manera puntual de posibles daños en la estructura existente y la efectiva reparación, utilizando también materiales novedosos”, refirió.

Alejandra Moreno Toscano, titular de la Autoridad del Centro Histórico, recordó que esta zona tiene construcciones sobre el suelo que una vez fuera lago, por lo menos desde el siglo XIV. Hacia el sur, en el entorno perimetral de la Plaza de la Santísima, se encontraba el canal de la Viga; al norte, las atarazanas, donde se arreglaban los bergantines de Hernán Cortés; al oriente, la zona de escuelas de San Pedro, San Pablo y San Ildefonso, de la Nueva España, y una línea más allá, el sitio sagrado del Templo Mayor.

“Es de veras la zona más vieja de la ciudad de México, esto quiere decir que cualquier intervención que hagamos es delicada y la tenemos que hacer con el cuidado que requieren estas infraestructuras tan antiguas”, aseguró, al comparar este mecanismo al utilizado en la medicina para los seres humanos: resonancias magnéticas, tomografías, rayos láser, para detectar el mal con precisión y sin bisturí.

 
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