Usted está aquí: lunes 21 de julio de 2008 Cultura Preparan lanzamiento de la última novela del inglés Arthur C. Clarke

■ En El último teorema, el escritor predice los elevadores espaciales

Preparan lanzamiento de la última novela del inglés Arthur C. Clarke

Paul Bignell (The Independent)

Ampliar la imagen Arthur C. Clarke Arthur C. Clarke Foto: Shahidul Alam/ MajorityWorld

Legó al mundo 2001: odisea del espacio y el concepto de la computadora inteligente bajo la forma de la asesina Hal. Predijo los satélites geoestacionarios y las estaciones espaciales. Ahora, cuatro meses después de su muerte, Arthur C. Clarke prepara un deslumbramiento final, cuando se publique su última novela.

El último teorema fue comprada en una suma de seis cifras por la casa editora HarperCollins a principios de este año. Debido a la mala salud de Clarke, el libro fue terminado por el respetado escritor de ciencia ficción Frederik Pohl, quien al igual que Clarke ostenta un premio de gran maestro de la asociación Escritores de Ciencia Ficción y Fantasía de Estados Unidos.

La novela aborda una conjura de alienígenas para invadir la Tierra, la obsesión de un estudiante de astronomía con el último teorema de Fermat, una campaña de bombardeos de la ONU, y otra predicción de Clarke: elevadores espaciales. El concepto implica un cable enorme que conecta a la Tierra con una altitud orbital, a lo largo de la cual se pueden lanzar elevadores mediante vehículos electromagnéticos.

“Con frecuencia me preguntan cuándo creo que se construirá el elevador espacial –señaló Clarke en su última entrevista–. Mi respuesta es que en unos 10 años, cuando todo el mundo deje de reír.”

En un mensaje emitido este fin de semana desde Palatine, Illinois (EU), Pohl reveló que las tensiones entre los tigres tamiles y el gobierno de Sri Lanka sirvió de importante inspiración a la novela.

“Cuando Arthur y yo hicimos una gira de conferencias en Japón, hace unos 30 años, a menudo se ponía a revisar las noticias porque los combates se acercaban a su escuela de buceo en Sri Lanka –narró Pohl–. La ciencia ficción no se escribe en el vacío: uno no puede abstraerse de lo que ocurre.”

Pohl explicó que la enfermedad y el bloqueo del escritor impulsaron a Clarke a pedirle ayuda. “Arthur me dijo que un día despertó sin saber cómo escribir ninguno de los libros que tenía contratados. Sencillamente las historias se le habían salido de la cabeza”.

Durante dos años, con el esqueleto de la historia y un puñado de notas, Pohl dio forma a la novela a partir de las visiones e ideas de Clarke. “Todo lo que hay en ella fue sugerido por él o lo traté con él”, precisó Pohl.

Chris Smith, director editorial de HarperCollins, expresó que su empresa está muy satisfecha con el libro. “Todos estaban conscientes de que Arthur había dicho que éste sería su último libro, tal vez porque sabía que su salud se deterioraba con rapidez debido a complicaciones del síndrome pospoliomielítico que lo acosó durante décadas”.

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

 
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