Usted está aquí: miércoles 16 de julio de 2008 Mundo Rusia renuncia a ser considerada una “gran potencia” en su concepción de política exterior

■ Medvediev presenta nuevos lineamientos para la diplomacia local

Rusia renuncia a ser considerada una “gran potencia” en su concepción de política exterior

Juan Pablo Duch (Corresponsal)

Moscú, 15 de julio. Aunque retoma en 80 por ciento las líneas maestras definidas por su antecesor en el Kremlin, la Concepción de la Política Exterior de Rusia, documento programático firmado este martes por el presidente Dimitri Medvediev, introduce matices significativos.

Por primera vez desde que se desintegró la Unión Soviética en 1991, en el documento rector del quehacer internacional de este país no se define a Rusia como “gran potencia”, se quitó la disposición de seguir reduciendo el arsenal nuclear y se defiende el postulado de “las peculiaridades nacionales de la democracia”.

En las versiones adoptadas en tiempos de Boris Yeltsin (en dos ocasiones, 1993 y 1997), igual que en la “Concepción…” que estaba vigente y se aprobó con Vladimir Putin en 2000, una de las tareas principales de la política exterior de Rusia, en materia de seguridad, soberanía e integridad territorial, era “lograr posiciones sólidas y de prestigio en la comunidad mundial, que se correspondan con los intereses de Rusia como gran potencia y uno de los centros de influencia de la actualidad”.

Ahora, la meta sigue siendo la misma, pero ya no se habla de Rusia como “gran potencia”, la cual permanece sólo como “uno de los centros de influencia” en el mundo, y se menciona a una “nueva Rusia”, para diferenciarla de sus periodos soviético y yeltsiniano (década de los 90) previo a Putin, actual súperprimer ministro.

En el contexto del Consejo de Seguridad de la ONU, cuando se tiene en cuenta el papel geopolítico de Rusia como miembro permanente, se mantiene la definición del país como “una importante potencia euroasiática”. Al mismo tiempo, desapareció la frase sobre un posible aumento del número de miembros permanentes del Consejo de Seguridad y se reivindica que no debe modificarse “el estatus de los cinco miembros permanentes”.

Pero más que enmendarle la plana a su antecesor, la renuncia de Rusia a ser considerada gran potencia ordenada por Medvediev se inscribe en la lógica de la “Concepción del desarrollo económico y social de Rusia hasta 2020”, diseñada y aprobada por Putin, que fija ese año como fecha en que Rusia volverá a ser “gran potencia”.

La insistencia de Estados Unidos en sacar adelante su proyecto de escudo antimisiles en Europa Oriental hizo que Rusia, en el capítulo de “medidas para fortalecer la seguridad internacional”, retirara la disposición anunciada en 2000 a seguir recortando su arsenal nuclear y de cumplir varios acuerdos, como el de fuerzas convencionales en Europa, que Moscú considera obsoletos.

En la versión adoptada hoy, Rusia únicamente “está dispuesta a negociar reducciones de armamento estratégico ofensivo”.

Y el tercer cambio notorio en el documento, en lo que se interpreta como intento de contrarrestar las críticas foráneas y de la oposición a los retrocesos en materia de libertades y derechos humanos, es que Rusia, al tiempo que se proclama afín a los “valores democráticos universales”, sostiene: “es inadmisible una doble moral y, por el contrario, deben respetarse las peculiaridades nacionales e históricas de cada Estado en el proceso de transformaciones democráticas, sin tratar de imponer ajenos sistemas de valores”.

Dimitri Medvediev presentó la nueva Concepción de la Política Exterior de Rusia en la tradicional reunión anual del presidente de este país con los funcionarios de más alto rango de la Cancillería, los embajadores y los representantes ante organismos internacionales de Rusia.

El mandatario, ante los encargados de ejecutar la política exterior rusa, reiteró los principales señalamientos críticos de su antecesor en el Kremlin a Estados Unidos –en especial por el escudo antimisiles, la guerra de Irak y la violencia en Medio Oriente–, así como a la Unión Europea, sobre todo por haber reconocido la independencia de Kosovo.

Entre los éxitos de la diplomacia local, Medvediev destacó el robustecimiento de la relación bilateral con países como México, China, Brasil y Japón, entre otros.

 
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