Usted está aquí: miércoles 16 de julio de 2008 Cultura El retiro de Nelson Mandela se plasma en timbres postales

El retiro de Nelson Mandela se plasma en timbres postales

■ Mañana cumple 90 años

Mónica Mateos-Vega (Enviada)

Johannesburgo, 15 de julio. A punto de cumplir 90 años el próximo jueves, Nelson Mandela ha estado inusualmente activo desde que anunció su retiro de la vida pública, en 2004. Tan sólo esta semana ha participado en dos actividades con la prensa y asistido a una escuela para recibir tarjetas de felicitación realizadas por niños.

Siempre lo acompaña su esposa Graça Machel y un sinnúmero de asistentes que le susurran mil cosas al oído pues, debido a su edad, ya no escucha bien. Camina con paso firme, con calma, con la ayuda de un bastón blanco, y al menor pretexto sonríe. No sabe estar serio, por lo menos frente a las cámaras.

Este martes, “luego de intensas negociaciones” con los responsables de la fundación que lleva su nombre, Mandela asistió a la presentación del timbre postal que en su honor imprimió la oficina de correos del país.

Sólo se permitió la entrada a la prensa extranjera, entre ésta, una comitiva de periodistas culturales de México.

No es común verle en actos oficiales, dice uno de los voceros de la South African Post Office, pero “está contento y eso nos ha ayudado. Este encuentro es importante, pues quizá sea de las últimas veces que podamos convivir con él”.

Cada uno de los actos especiales en la vida de Mandela ha sido registrado en una estampilla postal, las cuales, añade Lose, no son sólo piezas de papel con el precio que hay que pagar por enviar una carta, “son pequeños embajadores que llevan las imágenes de nuestro país a todo el mundo. Los sudafricanos queremos que todo el mundo se fije en ellos y Mandela es nuestra mejor carta de presentación”.

Cuando entra Madiba, como llaman con respeto al líder, las personas a su alrededor le ceden el paso y sólo se escucha el sonido de los obturadores de las cámaras.

La legión de empleados que lo auxilian pone como condición a los medios de comunicación para permitirles estar ahí que no se usen flashes y que se coloquen en la parte trasera del auditorio. A Mandela no le gustan los tumultos, aseguran, pero sí le agrada dejarse ver de vez en cuando, aun sabiendo que todo mundo quiere abrazarlo, darle la mano, tomarse la foto con él.

Mandela busca con la mirada los rostros de cada una de las personas frente a él, aunque se encuentren lejos. “Siempre le han gustado las personas, se trate de reyes, presidentes, millonarios o un jardinero, eso es parte de su carisma, su interés por el otro”, comentan quienes lo conocen.

A manera de bienvenida, los periodistas entonan el happy birthday y el ex presidente se siente halagado, dice unas cuantas palabras de agradecimiento antes de ocupar el asiento donde permanecerá el breve tiempo que dura la ceremonia.

Luego se irá como llegó, todo sonrisas y calma, a seguir con un par de encuentros privados antes de partir hacia Cabo del Este, donde se efectuará su fiesta de compleaños.

Será una reunión “sólo con amigos muy cercanos”, cerca de 500 invitados, entre ellos líderes de otros países africanos y algunos de sus compañeros de lucha. Se ha pedido a todos que asistan vestidos con los trajes típicos de sus lugares de origen.

Mientras tanto, el pueblo, como ocurre desde hace cinco años, organizará una gran fiesta popular mañana jueves.

Saldrá en tropel a las principales plazas de todas las ciudades del país para participar en decenas de actividades para niños, competencias deportivas, baile y mucha música para celebrar al hombre que encarna el vital espíritu de la joven y prometedora nación sudafricana.

 
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