Usted está aquí: lunes 14 de julio de 2008 Política Aún no se calcula peso al factor Gordillo en el PRI

■ Obtener mayoría en 2009, objetivo tricolor

Aún no se calcula peso al factor Gordillo en el PRI

Ciro Pérez Silva

Aunque los números electorales de 2007 y el primer trimestre de 2008 muestran un avance del PRI, nadie tiene claro si con los resultados obtenidos hasta ahora, que lo colocan como primera fuerza a nivel estatal, le bastará para conseguir mayoría en la Cámara de Diputados en los comicios de 2009, debido a que las lealtades de sus gobernadores no siempre han estado del lado del partido.

Baste recordar la pasada contienda federal, en la cual le fue escatimado el apoyo a su candidato presidencial, Roberto Madrazo, para favorecer al entonces abanderado del PAN, sin importar que la cosecha de votos para el tricolor fuera tan baja que lo ubicó como la tercera fuerza electoral.

La hegemonía de Elba Esther Gordillo en el Partido Nueva Alianza –ligado al triunfo de Felipe Calderón en 2006 y los nexos que el instituto político mantiene con gobernadores de todos los signos– pueden dar un giro a la carrera de éxitos electorales que el PRI ha cosechado en los estados y podría evitar que alcance la mayoría en la Cámara de Diputados.

Desde el 4 de marzo de 2007, durante su toma de protesta como líder del Comité Ejecutivo Nacional (CEN), Beatriz Paredes decidió centrar su estrategia en los estados, de cuyos resultados informará el próximo 23 de agosto, durante la 20 asamblea nacional ordinaria, que se celebrará en Aguascalientes.

En 2007 el panorama quedó marcado por un descenso del PAN, un ligero repunte del PRD –junto con Convergencia y PT–, aunque luego de los cuestionados comicios internos del sol azteca éste vio amenazada su posición con miras al futuro.

El año electoral comenzó el 20 de mayo en Yucatán, donde el PAN perdió la gubernatura frente a la priísta Ivonne Ortega, así como un número importante de municipios. A lo largo de 2007, el promedio de votación alcanzado por el PRI fue de 42 por ciento y ganó en 14 de 18 entidades federativas.

Estos resultados colocaron al partido como la primera fuerza electoral en términos territoriales, además de que recuperó y conservó plazas simbólicas, aunque en prácticamente todos los estados fue definitivo el papel que ejercieron los gobernadores del tricolor para mantener o recuperar la preferencia de la sociedad.

 
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