Usted está aquí: sábado 12 de julio de 2008 Opinión Salón Palacio

Salón Palacio

Carlos Martínez Rentería
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■ No hay políticas para la juventud

Ya hace algunos meses se dio el primer aviso del gran vacío que en materia de políticas públicas para la juventud se vive en el país. Nos referimos al affair punks-emos, que no pasó de la anécdota con muy pocas reflexiones serias y mucho menos acciones concretas (sólo recordamos un buen concierto masivo por la tolerancia en la delegación Álvaro Obregón). Mencionamos esto porque el lamentable caso de lo ocurrido en la discoteca News Divine no sólo ha demostrado las ineficientes y corruptas estructuras gubernamentales en materia de seguridad pública, sino también una nula preocupación por entender, respetar y resolver las necesidades de convivencia social de nuestros jóvenes.

Como auguramos hace dos semanas, la primera reacción del gobierno capitalino fue clausurar varias decenas de antros como si ésa fuera la solución. Nuestros jóvenes (y también los más rucos, por qué no) tienen todo el derecho a divertirse y a disfrutar de una noche segura y libre, con una policía confiable, que no nos infunda miedo, como ocurre ahora.

Dos libros de resistencia

Corte de caja y Tecno guerrilla se presentaron recientemente y, aun cuando sus propuestas editoriales (la primera es una entrevista de Laura Castellanos y la segunda una novela de Fran Ilich) son muy distintas, ambos trabajos giran en torno a alternativas de resistencia ante la imposición de un sistema asfixiante: por un lado el movimiento zapatista y su relectura en un momento en el que podría pensarse que “ha pasado de moda”, y por otro, la fresca reflexión de un joven tijuanense que advierte en el grafiti, los taggers y los recursos cibernéticos que el autor define como tecno guerrilla.

Una primera versión de la larga entrevista realizada por la periodista Laura Castellanos se publicó en la revista Gatopardo, y ahora Corte de caja (editorial Eréndira) reúne la conversación completa celebrada en febrero de 2007. Se tocan temas polémicos y se narran momentos chuscos y emotivos de ese encuentro celebrado en el caracol de la Garrucha, de la selva Lacandona. Las fotografías son de Ricardo Trabulse y el diseño del cada día más exitoso Alejandro Magallanes.

Por su parte, Fran Ilich publica su novela bajo el sello de la editorial española Verbigracia; su postura política se define desde la fotografía de la solapa, en la que Ilich aparece con un pasamotañas zapatista. Entre una desaforada cantidad de proyectos cibernéticos de este escritor y artista visual, se cuenta la creación del servidor possibleworlds.org como una aportación a la Sexta declaración de la selva Lacandona. Esta novela es su más reciente apuesta editorial.

Un “ajuste de cuentas” de Eusebio Ruvalcaba

Tiene algunos meses que se publicó la novela Los ojos de los hombres, de Eusebio Ruvalcaba, cuya principal característica estilística consiste en que la voz narrativa es la de una mujer: “una puta”, para acabar pronto, dice el escritor, quien propone un “ajuste de cuentas entre la vida y los hombres”, pues el género masculino no sale bien librado de esta historia. Este provocador ejercicio narrativo fue el último título publicado por la editorial independiente Nula, que comandó con celebrados aciertos el joven escritor Carlos Bortoni, quien de un día para otro desapareció y quedó a deber otros libros anunciados. Sería bueno que explicara los motivos de su claudicación.

Por fin, Santiago Papasquiaro en el FCE

Hace casi dos años dimos la exclusiva de que el Fondo de Cultura Económica (FCE) publicaría una antología poética del más destacado miembro del incorrecto movimiento infrarrealista. Nos enteramos (no por su oficina de prensa, que no sabemos si la tiene) de que ya circula en el FCE de España dicha obra (“que se alza contra la alevosía de sus ninguneadores”, según se lee en el prólogo de Mario Raúl Guzmán) con el título Jeta de santo. En ella reúne lo escrito por Mario Santiago entre 1974 y 1997.

 
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