Usted está aquí: viernes 11 de julio de 2008 Opinión Penultimátum

Penultimátum

■ Rescate iluminado por el Espíritu Santo

Y para comenzar, la oración para inaugurar una nueva era: “El operativo tuvo la luz del Espíritu Santo, la protección de nuestro Señor y de la Virgen en todas sus expresiones. Fue un operativo de inteligencia comparable con las mayores epopeyas épicas de la historia de la humanidad, sin que se hubiera derramado una gota de sangre y sin que se hubiera disparado un arma”: Álvaro Uribe, presidente de Colombia al celebrar el rescate de Ingrid Betancourt.

Además de distinguida militante panista, Laura Zapata es actriz de telenovelas, publirrelacionista y autora teatral. Su primera incursión en este último oficio no tuvo éxito seguramente porque el público no está preparado para el lenguaje escénico renovador. Por eso no soportó la obra en que narra el secuestro del que ella y su hermana fueron víctimas. Pero la segunda es la vencida y mucho más si el tema es de actualidad: el aborto. Laura planea elevar a los escenarios Vida por amor antes de que termine el año. Espera que, después de verla, las mujeres no consideren jamás la idea de interrumpir un embarazo. Cualquiera que sea la causa para tomar esa decisión.

Laura está muy preocupada porque “estamos en una sociedad de asesinos, que están pidiendo el aborto a la carta, al decir que ‘Ay no puedo estar embarazada ahora que me gradúe en la escuela’ o ‘Chin, se me fue, no me cuidé, pero me voy a hacer un aborto porque me voy de viaje a Europa’”.

Como las estadísticas lo muestran, los dos motivos expuestos por la señora Laura son los que más llevan a las mujeres a abortar. Y para luchar contra ello, da los toques finales a una obra en la que, entre otras cosas, proyectará mediante tres pantallas gigantes lo que es un aborto, “porque las mujeres no saben lo que es, y cuando lo sepan, estoy segura de que no van a querer hacerlo”, sostiene.

La actriz informó que la puesta en escena está inspirada en la vida real de dos personas: la de Bernard Nathanson, “el rey del aborto” por haber practicado 5 mil hace 40 años. “Incluido el de su propio hijo”, dice  Laura. Y la de Norma McCorvery,  quien encabezó en Estados Unidos la lucha por legalizarlo bajo ciertas circunstancias. De la mano de estos dos personajes, la hermana de Thalía  espera llevar al espectador “del mundo satánico del aborto a la conversión, porque ellos caen en drogas, alcohol, ansiolíticos y depresivos, y lo único que los salva de esa involución es la fe”.

Consciente de que se trata de un montaje que merece el mejor de los escenarios y la presencia de miles de espectadores, a Laura le encantaría poder estrenar Vida por amor en la Catedral de la ciudad de México, pues “los nonatos viven ahí”. Afirma la actriz que si el Zócalo capitalino lo usan para todo, “desde selva hasta pista de patinaje, además de que se encueran todos ahí”, por qué no en el feudo del cardenal Rivera. Allí estaremos.

 
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