■ Celebran con una exposición 16 años del recinto que lleva el nombre del artista

Recibe el museo Cuevas las obras que no tuvieron cabida en Bellas Artes

■ El espacio cultural de Academia 13 también resultó insuficiente y las creaciones “quedadas” se mostrarán en el Centro Cultural San Ángel

■ Encabezó un recorrido para la prensa

Merry MacMasters

El Museo José Luis Cuevas celebra 16 años de vida con una muestra de la obra que “por falta de espacio” no cupo en la exposición homenaje que se rinde al dibujante, grabador y pintor en el Museo del Palacio de Bellas Artes, que concluirá el 3 de agosto.

Tampoco la obra “quedada” tuvo cabida en la muestra que será inaugurada hoy a las 19:30 horas en Academia 13, Centro Histórico. De allí que todavía otra exhibición será abierta el martes 15 en el Centro Cultural San Ángel.

Cuevas recorrió con la prensa, ayer, la exposición de dibujo, grabado y pintura montada en todas las salas de su museo.

En espera de un collage

Casi toda la obra es del acervo del recinto, así como de la colección personal de su esposa Beatriz del Carmen; sin embargo, faltaban por llegar un dibujo y collage sobre cartulina, perteneciente al Museo Tamayo Arte Contemporáneo, así como un fragmento del Mural efímero, hecho en la Zona Rosa, propiedad de Jacobo Zabludovsky. Se trata de Wanted, I am a butcher (Se busca, soy un asesino), de la serie Crimen (1968).

La obra tiene su historia, porque Cuevas no se llevaba bien con Tamayo. Sin embargo, cuando estaba por inaugurarse el museo, su director fundador, Fernando Gamboa, “sugirió a Tamayo que, dejando de lado las rencillas que existían entre ambos, debería haber una obra mía. Tamayo aceptó, seleccionó la obra a Gamboa y se la llevó al museo.

“Cuando se inauguró, allí estaba la obra, pero apareció Olga y dijo: ‘¿qué hace esto aquí?’, cuando vio que se trataba de una obra mía. Además, la habían colocado al lado de los dibujos de Picasso. Dijo Gamboa, ‘no te metas, soy el director del museo, soy quien decide, además Rufino ha estado de acuerdo en que se adquiera una obra de Cuevas’. Eso motivó después la renuncia de Gamboa.

“Entonces, la obra estuvo embodegada durante mucho tiempo. En una ocasión se expuso con toda la colección, después se volvió a embodegar. Ahora, no sé, como nunca voy al museo Tamayo...”

Todo tiene la misma calidad

A Cuevas le parecen “espléndidas” tanto la exposición del Museo del Palacio de Bellas Artes, de 270 piezas, como la de su museo, de 300, museografiada por Manuel Alegría. “No se escogió lo mejor ni lo peor, sino todo tiene la misma calidad”, expresó el artista ante la insistencia de la prensa.

Las obras más tempranas de la muestra del museo Cuevas son La ficha del Barba Azul (1948), hecha con tinta, lápiz, acuarela y collage, y Retrato de una prostituta (1949), óleo sobre carbón. Sobre el cuidado por fechar sus creaciones, dice: “Siempre tuve esta obsesión, porque mi obra constituye una especie de diario de lo que va aconteciendo, igual a lo que escribo”. Como ya no tiene columna en ningún periódico, ahora publica cada lunes en su sitio de Internet. Aclara que para esto emplea una vieja Olivetti, y que en el museo se encargan de subir su columna a la red.

En las salas principales del museo se exhibe obra de gran formato. Entre las diferentes temáticas, no podían faltar sus autorretratos, pues hasta caminando y dormido se ha retratado.