Usted está aquí: viernes 4 de julio de 2008 Opinión Penultimátum

Penultimátum

■ Las mujeres de India

Según todos los pronósticos, India será en 25 años más una de las megapotencias del mundo, junto con China. Su crecimiento económico y científico es ya de enorme magnitud. Pero todavía tiene que dar una larga batalla en otros campos, por ejemplo en el de los derechos humanos, en especial los tocantes a la mujer. Una prueba de lo anterior es la oposición de los clérigos musulmanes de ese país, que ahora critican severamente una nueva acta de matrimonio oficial que incorpora fotos, datos precisos de los novios y firmas de testigos. El tribunal supremo indio ordena ya que todas las bodas que se celebren en el país sean inscritas en los libros oficiales correspondientes. La idea central es proteger a la mujer del repudio y otros abusos que se cometen contra ella en ciertas regiones de India.

El nuevo documento facilitará a la mujer acudir a los tribunales para pedir el divorcio o exigir justicia en los casos de maltrato o adulterio del cónyuge. Rechaza además el divorcio por el procedimiento del “triple talaq”. Consiste en que si un hombre desea separarse de su mujer, solamente debe pronunciar tres veces la palabra “divorcio” en presencia de testigos, en estado de embriaguez, ira o mientras la mujer duerme. La nueva forma oficial de registro también ayuda al hombre, pues evita, por ejemplo, que lo casen con una mujer distinta a la que ha escogido. Pero los clérigos chiítas y sunitas dicen que basta con la tradicional hoja de boda, que no firman los contrayentes ni incluye las fotos y edad de los novios, tampoco su lugar de residencia.

Igualmente se trata de evitar en todo lo posible los “asesinatos de virginidad” o los “suicidios de honor” que con frecuencia llevan a la muerte a una mujer bajo el supuesto de que no era virgen al llegar al matrimonio, o porque lo contrajo con la persona que no escogió su familia. Los defensores de los derechos humanos en India y en Turquía, por ejemplo, denuncian esos casos por ser en realidad asesinatos. Recuerdan dos ocurridos en Turquía y de los cuales se ocuparon los periódicos: el de Dilber Ozer, una chica de 17 años que supuestamente se suicidó en febrero de 2007 luego de cinco meses de matrimonio. La joven, que era zurda, recibió un disparo en el lateral derecho de la cabeza. Su familia asegura que Dilber fue maltratada por su esposo desde el día de la boda bajo la acusación de que no era virgen. El viudo y sus hermanos fueron finalmente arrestados acusados de homicidio.

Más recientemente, el mes pasado, otro turco se suicidó después de dispararle a su esposa la noche de bodas. Dejó una nota escrita con el lápiz labial de ella en el baño donde pasaban la luna de miel: “Madre, te quiero; padre, te quiero; la chica estaba estropeada”. Los médicos que atendieron a la joven en el hospital comprobaron que había perdido la virginidad la noche de su boda.

 
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