Usted está aquí: viernes 4 de julio de 2008 Espectáculos Ojalá habláramos de cultura para la gente y no de pan y circo: César Bono

■ Más de dos mil representaciones de Defendiendo al cavernícola

Ojalá habláramos de cultura para la gente y no de pan y circo: César Bono

Arturo Cruz Bárcenas

En nombre de todos los hombres, el actor César Bono grita cada fin de semana: “¡No soy un cabrón!”, al final de la escenificación de Defendiendo al cavernícola, de Bob Becker, que hace dos semanas cumplió 2 mil 200 representaciones, en el teatro Centro Cultural San Ángel, donde el histrión ha logrado consagrarse como primerísimo actor, con aplausos del pie del público, muestras de cariño y solicitudes de autógrafos.

En entrevista, la estrella de películas de barriada, como La lechería de Zacarías (1987) o La Negra Tomasa (1989), dijo que es positivo que los niños se enamoren del teatro. Se debe “llevarlos a ver una buena obra; una vez enganchados, no dejarán de ir. Luego, pueden juntar sus domingos para llevar a la novia”.

Bono ha sido dirigido por Luis Alcoriza, José Estrada y Jaime Humberto Hermosillo. En la televisión ha actuado en las series La Familia Burrón, Topo Gigio y Mi secretaria, entre otras. De formación académica, sus papeles abarcan desde el teatro clásico hasta las sexicomedias.

–¿Qué significa haber llegado a más de 2 mil 200 representaciones de Defendiendo al cavernícola?

–Me hace pensar en la suerte. Morris Gilbert pensó en mí para que estrenara esta obra. Incluso, estaban considerados alternantes, pero al final no los hubo. Si me eligieron, entre otros factores, es por que soy afortunado.

La charla se realiza en el salón de sorteos de la Lotería Nacional, donde se anunció que OCESA hará descuentos en sus espectáculos a quienes presenten su cachito. Varias personas se acercan y le piden un autógrafo o tomarse una foto.

–¿Qué se siente dar un autógrafo?

–Me gustaría más intercambiar palabras que poner algo en un papel; pero que (eso) me llene de orgullo o vanidad, no mucho. Siempre he estado consciente de que mi trabajo es público, por eso me conoce la gente. Lo fuerte son el teatro y la televisión, la radio y el periódico, no César Bono.

“Cuando pidieron mi primer autógrafo estaba consciente de que no sabían a quién se lo solicitaban. Entonces trabajaba con actores famosos; aun ahora sé que a veces no saben a quién se lo piden: me confunden. Lo importante es cuando la gente te trata con cariño, porque les has dado buenos momentos. Nosotros damos mejores momentos que los políticos… casi siempre.”

Aportar cosas buenas

–¿Qué significa ser actor en México?

–¡Híjole! Es muy importante y estoy muy satisfecho. Creo que, de alguna manera, es una labor social: llevarle alegría, cultura y cosas buenas a la gente que, por otro lado, se ve agredida por malas administraciones, violencia o muchas otras cosas. Hoy somos los buenos de la película. A los malos ya los conocemos: salen en la sección de política de todos los periódicos.

–¿Qué le dice “pan y circo” para el pueblo?

–Eso nació cuando había circo romano, lleno de violencia. Sé que sucedió y servía para gobernar, para distraer, pero con cosas que no valían la pena. Defendiendo al cavernícola no es circo, pues ha ayudado a muchas parejas mexicanas, a muchos hijos, a muchos padres... Sería pan y cultura. Ojalá hoy pudiéramos decir: para el pueblo, pan y cultura.

–¿Tener éxito en un papel, acartona?

–No. Cuando hice el de Valente en Diseñador ambos sexos me preguntaban eso. Yo respondía que homosexuales no sólo eran como Valente –el personaje de la serie–, sino los que hice en muchas películas y todos muy distintos. En mi carrera nunca he vivido de mis personajes o de mis obras de teatro.

La obra trata la eterna lucha de sexos, con la moraleja de que los hombres y las mujeres son diferentes porque en esencia unos son cazadores y otras, recolectoras.

“Tengo 41 años de trabajo y creo que no me he repetido mucho. He estado con Clavillazo, Pelayo o el Loco Valdés, pero también con Carlos Ancira, Ignacio López Tarso y José Gálvez. He hecho de todo y con todos. Considero válidos todos los géneros, incluidos mis trabajos en producciones ligeras. A final de cuentas es para llevar diversión a la gente y, ¿por qué no?, hacerlos reflexionar para que tengan cambios positivos en su vida.

“Lo ligero no hará reflexionar, pero sí divierte. Está comprobado por los doctores que reír es sano. Yo hago reír durante hora y media en esta obra. He hecho muchas comedias ligeras no muy bien escritas a las que hay que agregarles muchas morcillas, que es cuando el actor pone algo de su cosecha.”

 
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