Usted está aquí: sábado 28 de junio de 2008 Cultura Compila escritor un vasto y disímbolo espectro temático

■ Presentaron libro de Nicolás Alvarado

Compila escritor un vasto y disímbolo espectro temático

Ángel Vargas

Del zapato de tacón a Guillermo Cabrera Infante, del Che Guevara a Madonna, de exóticos cocteles a la arquitectura, de mujeres fatales a la literatura estadunidense. Así de amplio, diverso y disímbolo es el espectro temático que Nicolás Alvarado aborda en su libro La ley de Lavoisier: ensayos (y errores) 1998-2007.

Presentado la noche del jueves, en la librería Gandhi, el volumen incluye una selección de 25 ensayos realizados por el escritor, periodista y divulgador cultural durante casi una década.

La compilación, publicada por Grupo Editorial Norma, tiene como punto de partida el principio científico de: “nada se pierde, nada se crea, sólo se transforma”.

De la mano de Paul Wasso (Pol-vazo, fonéticamente), un heterónimo petulantemente crítico y divertido, Alvarado se revela como un escritor que gusta de caer en las provocaciones, pero al mismo tiempo es un excelente provocador, de acuerdo con lo dicho por Julio Patán.

“Provocar es desde un término con carga igualmente positiva, que se refiere a la capacidad de alcanzar las implicaciones profundas de cualquier experiencia cultural, sea la muestra más cool del arte contemporáneo o la más cutre de las telenovelas; diseccionarla, reorganizar sus partes y ponerla frente a nosotros renovada, enriquecida y, sobre todo, desnuda en sus mil matices, 500 o 600 desconocidos para el lector”, abundó Patán.

Entre los intereses del escritor figuran la televisión, la literatura estadunidense, la moda, Gilles Lipovestky –uno de sus gurús– y la fotografía.

En su intervención, el escritor y editor Rafael Pérez Gay elogió el manejo de la prosa narrativa de Alvarado, a quien definió como digno heredero de la notable tradición decimonónica, de aquellos autores cuyos textos más brillantes aparecieron precisamente en los periódicos de la época.

La editora y promotora cultural Paula Tinoco cerró las intervenciones. Destacó que la Ley de Lavoisier… “revela a un intelectual honrado, capaz de reconocer que sabe de telenovelas, de zapatos de tacón, de pornografía y cine de arte, y es capaz de llevarnos de allí a la historia, la sociología y a la literatura, con amenidad”.

 
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