Usted está aquí: jueves 26 de junio de 2008 Opinión Dinero

Dinero

Enrique Galván Ochoa
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■ McCain: comiendo pichón

■ Los puentes de Reforma

■ Desabasto en la frontera

A punto de terminar el mandato presidencial de Vicente Fox, en una conferencia de prensa en el rancho San Cristóbal, un reportero le preguntó: –Señor Fox, ¿a qué va a dedicar su tiempo ahora que deja las intensas actividades de la Presidencia?

–Mira muchacho... pues voy a atender el rancho, voy a montar a caballo y, sobre todo, voy a tratar de terminar mi primer libro...

–¿Su primer libro, señor? ¡No sabíamos que estuviera escribiendo uno!

–No, no lo estoy escribiendo, lo estoy leyendo –contestó Fox.

Nadie podría asegurar, tampoco negar, que este diálogo ocurrió realmente o es un chiste de los muchos que circulan en Internet. Pero lo que está fuera de duda es aquel desafortunado lance con que se echó encima a la comunidad afroamericana del país del norte. Sin venir al caso, se fue de la lengua: “los mexicanos se ocupan de los trabajos que ni los negros quieren”. No bastó que don Rubén intentara explicar lo que quiso decir, tuvo que hacer un acto público de desagravio. Barack Obama, hombre de piel oscura, del Partido Demócrata, aspira a la presidencia. Enfrenta al republicano John McCain y esta semana ambos se lanzaron tras el voto latino. A mediados de julio, Obama y McCain asistirán a la convención del Consejo Nacional de la Raza en San Diego, California, entre muchos actos de proselitismo. McCain anuncia una visita a México la semana próxima con la mira de ganar el voto de un millón de ciudadanos estadunidenses que viven en la República (eran más, pero la violencia los hizo huir). Se reunirá con el presidente Calderón y coinciden en un punto: el Tratado de Libre Comercio. Ambos están en favor de que continúe su vigencia como hasta hoy; en cambio, Obama se pronuncia por su revisión, haciéndose eco de los sindicatos que reclaman la fuga de empleos hacia los sueldos miserables de México. Cuando regrese a su patria, el candidato republicano seguramente hablará de sus puntos en común, habrá debate. Hay muchos votantes despistados que ignoran que el tratado sólo ha favorecido a las grandes empresas, pero ha perjudicado a la gente pobre. Tal vez no se ha dado cuenta, pero el astuto McCain ya metió a Calderón a su campaña. Comió pichón.

Los puentes de Reforma

A la delegada en Miguel Hidalgo, Gabriela Cuevas, el make up no le cubre la ambición. Siente que tiene una carrera política promisoria, pero sabe que, como dijo el profe Hank, un político pobre es un pobre político, y la regla no hace diferencia de sexos. Quiere lanzarse a la construcción de cinco pasos a desnivel en el área de Palmas y Reforma, lo que conlleva jugosos contratos de generosas empresas privadas. Los vecinos se oponen porque serán destruidos muchos árboles y ya salieron a protestar a las calles. Dice la delegada que los inconformes son muy poquitos y quiere hacer una consulta para que la mayoría exprese su opinión. Entonces, ¿se vale hacer consultas sobre los contratos, perdón, los puentes de Gabriela mas no sobre la privatización de Pemex?

e@Vox Populi

Asunto: nuestros jóvenes

No nos engañemos, como sociedad estamos matando a nuestros jóvenes: los matamos de hambre, por falta de oportunidades; los matamos manteniéndolos en la ignorancia, asfixiando su diversión y su vida en la única puerta de salida de la paradójicamente llamada New’s Divine. O renunciamos todos a ser cómplices de esta sociedad suicida o resulta detalle de poca importancia y hasta de mal gusto ver la pelea por quiénes salvan su pellejo, quiénes ganan y quiénes pierden sobre cadáveres de jóvenes. Estamos siendo espectadores de nuestro suicidio... (y a ver si el 10 por ciento transitorio nos permite usar los velatorios del ISSSTE).

Celia Bulit/ Tlalpan

R: Querida Celia: ¿por qué culpar a la sociedad? Es víctima de los gobiernos que hemos padecido. Quizá su único pecado es tolerarlo abnegadamente.

Asunto: muebles Dico

En febrero de este año, mi hermana y yo acudimos a la sucursal Mixcoac de la cadena de mueblerías Dico a comprar un antecomedor. Nos explicaron que no tenían en existencia, que llegarían en abril, pero debíamos pagar para hacer el pedido, y así lo hicimos. No lo entregaron, sólo nos daban largas, hasta que en junio decidimos que no queríamos seguir esperando y fuimos a cancelar la compra. Nos dijeron que en cinco días hábiles pasáramos a recoger el cheque. Fuimos ocho días después y no hubo tal. Cuatro meses después no tenemos ni el mueble ni el dinero. Por lo menos que nuestra experiencia sirva para que la gente esté prevenida.

Mariana Saiz/Distrito Federal

R: Dico es una empresa de prestigio; les tocó la purita de malas. Tal vez algún jefe inmediato inferior que se siente superior está demorando la devolución del dinero. Adviértanle que van a quejarse en Profeco. Lo que no sé es si tomarán en serio al ombudsman del consumidor.

Asunto: el desabasto de combustibles

Contra el desabasto de combustible en la frontera: ¿qué no procedería exigir a los consumidores de gasolina un comprobante de domicilio mexicano o credencial de elector? Sé que esto no conviene a los concesionarios, pero quizás podría establecerse una ley que así lo especifique para evitar lo que usted llama el “subsidio a los conductores americanos”.

Juan Bolter/Distrito Federal

R: Es buena idea pero, ¿cuáles serían los resultados? Es posible que más adelante tengamos dos problemas: el desabasto y una sucursal de la Plaza Santo Domingo imprimiendo comprobantes falsos. Con la corrupción que padecemos…

 
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