Usted está aquí: miércoles 25 de junio de 2008 Cultura La poesía es una oleada del inconsciente: Alí Chumacero

■ Rinden multitudinario homenaje al escritor por su cumpleaños 90

La poesía es una oleada del inconsciente: Alí Chumacero

■ Es una de las voces más trascendentes de México: Emmanuel Carballo

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen El poeta Alí Chumacero, antenoche, en Bellas Artes El poeta Alí Chumacero, antenoche, en Bellas Artes Foto: Carlos Cisneros

El poeta Alí Chumacero reveló su amor por la palabra y su afán de hermanar el sentimiento y el rigor para mantener una vocación que se convirtió en la razón de su vida misma, durante el Homenaje Nacional con motivo de su cumpleaños 90, que se realizó la noche del pasado lunes en la sala principal del Palacio de Bellas Artes.

Ante miles de personas que se congregaron en ese recinto, el autor de Páramo de sueños describió a la poesía como una “oleada del inconsciente que sale a flote mediante un esfuerzo en ocasiones violento, siempre venerado, que en ocasiones el poeta ejerce sin restricción al desnudar sombras latentes en el olvido.

“El poeta es en cierta forma su íntimo sicoanalista. La poesía constituye entonces una descarga, un ir más allá de represiones sicológicas; es comprender que frente a los demás su persona es un acusado sin mejor defensa que su propia conciencia, así el amor continúa y continuará siendo, afortunadamente, uno de los temas elementales, inmediatos e inevitables.”

Chumacero explicó que el oficio del poeta es hacer creíble lo increíble y hacer inverosímil lo creíble. Agregó que “entre los autores que ya empezamos a pintar canas, lo adecuado es contribuir con el ejemplo, y cuando sea oportuno con la enseñanza, a aquellos que inician el camino de las letras, para que venzan con pericia los escollos”.

Poderosas imágenes como eco

La poeta Dolores Castro subrayó que todas las palabras en la obra poética de Alí Chumacero son de amorosa raíz en sus libros: Páramo de sueños, Imágenes desterradas y Palabras en reposo, o en sus poemas no seleccionados.

Abundó que se trata de una poesía oscura, porque brota de preguntas fundamentales, cuyas respuestas expresan claramente la oscuridad de donde procede. “Al romper el silencio, brotan esas imágenes poderosas como eco, como movimiento apenas perceptible de alas, pétalos o párpados; imágenes poderosas de lo inasible o inaprensible o inefable”.

Castro definió a Chumacero como un domador de palabras y celebró que durante 90 años el corazón del poeta ha galopado porque ama la vida y la conoce muy bien en su poesía.

En su intervención, Emmanuel Carballo dijo que Alí es uno de los poetas mexicanos a quien admira y uno de los escasos críticos literarios a quien respeta: “Chumacero es una de las voces más limpias y trascendentes producidas en México en la segunda mitad del siglo XX, es poeta por vocación y disciplina”.

En su obra “no se encuentran adjetivos, imágenes previsibles o construcciones ciegas, hijas de la imaginación o el azar”.

El escritor Carlos Montemayor se refirió a las distintas facetas de la vida profesional del poeta y cofundador de la revista Tierra Nueva, director de Letras de México, asesor técnico del Centro Mexicano de Escritores y corrector de pruebas en el Fondo de Cultura Económica.

Indicó que Chumacero es fundamental en las letras mexicanas “porque ninguna voz, ningún verso, ninguna frase, destruye el ritmo interior y perfecto de su poesía, en cuyas letras el sentimiento de la muerte o de la soledad crecen como los ojos perfectos de las estatuas que miran para siempre el infinito”.

En el homenaje también participaron los poetas Eduardo Lizalde y Jaime Labastida, quienes ampliaron la visión sobre la obra de Chumacero.

 
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